Gaby Vargas - Energía: tu poder: Descúbrela, transfórmala, utilízala

Para terminar este libro te comparto un hermoso cuento muy antiguo, una de las joyas de la literatura universal que fue escrito en el siglo XI en forma de poema, por uno de los maestros sufíes persas más sabios, Farid al-Din Attar. En él se describe el viaje de las aves —almas— que decidieron aventurarse en busca de la Verdad, a pesar de todo lo que dejaban atrás. Lo anterior con la esperanza de que una criatura soberana iluminara su mundo de nuevo.

En la “Conferencia de los pájaros” una parvada de mil aves captó un atisbo de la perfección: una pluma iluminada. “¿A quién pertenecerá esta hermosura?”, se preguntaron. Alguien comentó que tal vez era del ave suprema, El gran Simurg, el alma de las almas. Su belleza inspiró a las mil aves a emprender un largo y arduo viaje.

“Nos vemos a su regreso, si es que regresan…”, sentenció la abubilla —una hermosa ave de pico largo—, a los pájaros que decidieron ir en busca de El gran Simurg para pedirle que fuera su líder. “Esta ave soberana —contó la abubilla— habita en la montaña Kaf, en cuyo centro, sobre la copa del árbol más grande encontrarán el nido de El gran Simurg”, el cual en el misticismo sufí es una metáfora de Dios. “En dicha tarea —siguió la abubilla— tendrán que participar representantes de todas las especies del mundo. Sólo que ya lo saben: quienes han ido antes en su búsqueda no han regresado.”

Los siete valles

Los pájaros que tuvieron el valor de lanzarse a la aventura, no contaban con que encontrarían retos y obstáculos muy difíciles de vencer al atravesar los siete valles. Muchas, muchas aves desertaron ante las dificultades del camino; de los miles que eran, sólo 30 persistieron, insistieron, sufrieron, lucharon, hasta que por fin llegaron a la cima de la montaña Kaf, tal como les había advertido la abubilla —el pájaro filósofo—. Ahí divisaron sobre el árbol más grande el nido de El gran Simurg. Se acercaron y tocaron una y mil veces la puerta sin éxito alguno. Gracias a su persistencia, por fin las invitaron a entrar; aunque estaban apenadas por su estado verdaderamente deplorable, luego de la travesía.

Cuando se encontraron con El gran Simurg los deslumbró su belleza, a su vez, los embelleció con un espléndido plumaje, tan hermoso como el suyo. Entonces, los héroes salieron acicalados y maravillados por su sabiduría; pero al intercambiar sus impresiones se percataron de que cada quien había escuchado un discurso totalmente diferente. ¿Cómo?

Con ello se les reveló que cada una de las aves había escuchado lo que necesitaba para encontrarse y dar respuesta a sus propias inquietudes. La belleza de este cuento es la metáfora del viaje del héroe, del viaje interior, que es personal y cada uno tiene sus propios valles que atravesar.

Las 30 aves se dieron cuenta de que su perseverancia, sacrificio y fe en el camino eran en sí la pluma iluminada que vive escondida dentro de cada uno de ellos, y se les reveló en la determinación por buscar la verdad y lo divino.

Como su piar cambió debido a la experiencia y su plumaje se volvió más hermoso del que tenían antes de partir, a su regreso nadie en sus poblados, ni sus familias y amigos los reconocieron, tampoco los comprendieron. Los 30 héroes regresaron al mundo ordinario con el tesoro de la transformación. Dedicaron su vida a servir, a guiar y a dar, por lo que transmitieron su secreto y conocimiento a un bien mayor, al hombre.

El destino no es casualidad, es una decisión

La enseñanza fundamental de este cuento es la misma que por siglos la visión mística de distintas culturas nos ha tratado de enseñar: aquello que iluminará de nuevo el mundo está en el corazón. El destino no es una casualidad, es una decisión; no está predeterminado, tú eliges cómo vivir tu vida. Los siete valles son tus grandes retos, representan las sombras, los dragones internos contra los que todos tenemos que luchar. Con sólo nombrarlos, es ya un gran paso para retomar el poder.

Al final de la historia se revela un acertijo: el número 30 representa un ciclo completo, los días en un mes durante los cuales la luna viaja de la oscuridad a la luz creciente y de ella a la luna llena, completa y plena, símbolo de la madurez total: el viaje del héroe. El punto medular es que se complete el ciclo de ver, buscar, caer, morir, renacer para dar paso a una nueva visión.

Desprenderse, volar lejos, lanzarse a la aventura para encontrarse en la distancia, aunque en realidad debemos buscar en nuestro interior.

El gran secreto, la pluma iluminada, vive dentro de ti y de mí, esa es la energía que finalmente… es tu poder.