Isabel M. Vega - Vivir En Tiempos de Crisis

Cuando el mundo

parece caerse en pedazos,

la regla es aferrarse a la propia bienaventuranza.

Esa es la vida que sobrevive.

JOSEPH CAMPBELL

PRÓLOGO

La civilización actual está atravesando por una crisis de grandes proporciones que se manifiesta en un desequilibrio creciente de las fuerzas naturales y sociales. Esto ha generado una tendencia progresiva al caos y a la destrucción del sistema de vida que conocemos.

Ante la situación crítica en que nos encontramos tenemos básicamente dos opciones: anestesiarnos y ceder nuestro poder a las fuerzas de una masa anónima, o fortalecernos para sobrevivir en la mejor forma posible a los cambios que están ocurriendo. Si elegimos la primera opción, no necesitamos modificar nada, lo cual parece tentador, ya que en general preferimos la comodidad de los espacios conocidos. El peligro, en este caso, es encontrarnos con un enorme precipicio al final del camino. Si escogemos la segunda posibilidad, tendremos más trabajo, porque será necesario realizar algunas transformaciones de fondo en nuestra manera de ser y de estar en el mundo. Esto también conlleva un riesgo, que es salirse del rebaño, lo cual requiere mucha valentía; pero puede tener como recompensa la conservación y mejoramiento de la calidad de vida, a nivel individual y planetario. La responsabilidad no es del gobierno ni de las iglesias, es de todos nosotros, “la supervivencia es la segunda ley de la vida. La primera es que todos somos uno”, afirma Campbell.

Es necesario mirar con una nueva perspectiva, salirnos del escenario en que nos encontramos, sacarnos el personaje con el que estamos identificados y observar los acontecimientos desde una cierta distancia, para poder visualizar una imagen más global. Para lograr esto es indispensable despertar, no es posible avanzar con los ojos cerrados, y seguir cometiendo una y otra vez los mismos errores. Pero, ¿qué significa despertar? Para Ignacio Larrañaga, “es el arte de ver la naturaleza de las cosas, en uno mismo y en los demás, con objetividad, y no a través del prisma de los deseos y los temores”. Esta propuesta resulta interesante, ya que el despertar aleja el sufrimiento... y con el amanecer llega la luz que disipa las tinieblas y desfigura los fantasmas que creíamos ver en la oscuridad.

No podemos seguir esperando que ocurran cambios colectivos radicales, tenemos que empezar a prepararnos en forma individual y buscar con urgencia aquello que necesitamos para liberarnos de los condicionamientos negativos y de los bloqueos energéticos que nos impiden evolucionar.

En este camino de desarrollo espiritual no estamos solos, estamos siendo asistidos por seres espirituales que se comunican con nosotros a través de intuiciones, sueños, visiones, experiencias místicas, y curiosas “casualidades” que nos ocurren cotidianamente. Si permanecemos abiertos a recibir la información que nos llega y solicitamos ayuda para realizar los cambios internos que necesitamos, estaremos preparados para atravesar las fronteras interdimensionales que nos esperan en el futuro, sin miedo y sin muerte.

En el libro El Nuevo comienzo del mundo, José Triguerinho sostiene que: “Los universos están continuamente transformándose, y con ellos, hasta los que alcanzaron una evolución más sutil. Dentro de este universo, el planeta Tierra tiene ahora una oportunidad sin igual, juntamente con todos los seres que viven bajo su aura; es como si el movimiento de integración universal hubiese emitido un llamado, y los hombres que respondieron a él estuviesen pasando por una rápida transformación. La evolución futura tendrá un nuevo hombre, con una cultura que ya no lo apartará del estado Dios-Hombre. Esa cultura le dará una conciencia inteligente que lo integrará, durante milenios, a otras civilizaciones que pueblan el cosmos infinito de energía y amor (...) Los problemas que hoy vive el hombre por ignorancia y por exceso de densidad, se perderán en los tiempos. El mundo comenzará un nuevo ciclo y ya no prevalecerá su negro pasado (...) Esta será la época del reencuentro, en todos los niveles. Es el nuevo comienzo del mundo tras su purificación global.”

Me parece que este planteamiento contiene una afirmación de gran valor, en el sentido de que la única salida de la crisis actual, es que el ser humano despierte a un nuevo nivel de conciencia, a una conciencia espiritual. Las estrategias y los recursos para enfrentar la adversidad están en nuestro interior. Podemos descubrirlos y desarrollarlos para superar las dificultades que tenemos en el presente, y que inevitablemente, continuarán presentándose en el futuro.

Este libro es una contribución a esta causa. En él comparto algunas reflexiones y experiencias personales, que unidas a valiosas palabras que he recogido a lo largo de más de 20 años de lecturas y conversaciones, me han permitido, hasta ahora, vivir con esperanza y confiar en el mañana.

Voy andando por tratar de encontrarme en
los pasos que conforman la vida.

Voy andando con la frente llena de estrellas, y
llena de curiosidad mi búsqueda, y llena de incógnitas
mi conciencia.

Voy andando por este misterio como andan
por la superficie del aire los pensamientos y
como andan las ideas por dentro y fuera de las cosas.

Voy andando, sabiéndome andando, y parándome
Para consolar mi andar.

Voy andando desde el alba
hasta el ocaso de todas las preguntas no explicadas,
y de todas las incertidumbres sin respuesta,
en esta aparente oscuridad de las formas pasajeras.

CAYETANO ARROYO

ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA

Si consideramos que toda crisis involucra la necesidad de un cambio a nivel individual y/o colectivo, tendremos que aceptar que la actitud más razonable es enfrentarla sin oponer resistencia. Las crisis no son una maldición del demonio ni un castigo, sino una situación que obliga a desentrañar un misterio. Ellas apuntan a una necesidad de revisión con el fin de mejorar las condiciones de vida en que nos encontramos. De modo que, aun cuando este proceso pueda significar dolores y pérdidas, sólo tomando conciencia de lo que ocurre es posible buscar los recursos adecuados para superar las dificultades.

A lo largo de este libro analizaremos diversas actitudes y conductas que pueden ayudar a actualizar nuestro potencial. Algunas de ellas se refieren a aspectos físicos, otras a aspectos sicológicos y otras a aspectos espirituales de la existencia. Se verá cómo poniéndolas en práctica es posible conseguir esa serenidad, esa comprensión y esa confianza que necesitamos para sobreponernos a cualquier prueba. Asimismo, podremos darnos cuenta que conocer las causas del comportamiento propio y ajeno es el primer paso para mejorar nuestra autoestima y nuestras relaciones con los demás.

La idea es identificar las estrategias más adecuadas para enfrentar los tiempos de difíciles, organizando la gran cantidad de recursos internos con que contamos. Ellos no cuestan dinero, no requieren de estudios especiales ni dependen de nadie más que de nosotros mismos. Para su desarrollo y aplicación efectiva sólo se necesita apertura, perseverancia y una firme resolución de liberarnos de aquellos esquemas mentales que nos impiden evolucionar.

Otro requisito indispensable que subyace a este enfoque es la esperanza. Sin ella, los cambios pueden costar demasiado. No obstante, si nos cobijamos bajo su luz y su fuerza, estaremos en condiciones de utilizar nuestro poder como co-creadores del porvenir. Por lo demás, – reflexiona Carl Jung – ¿Por qué privarnos de algo que ayuda a superar las crisis y da sentido a nuestra existencia?