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© 2006 por Editorial Betania
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
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A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society y puede ser usada solamente bajo licencia.
Editora en Jefe: Graciela Lelli
Diseño: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-0-88113-953-2
Impreso en Estados Unidos de América
Contenido
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Kathryn y Joshua Junior, «el profeta de Dios»
Kathryn y Joshua Jr. «el frasco de aceite»
Quiten los «topos» y los «gusanitos» de su matrimonio
Ayuda idónea en la crítica constructiva
El amor entre hermanos
Cuidarlos espiritualmente
Ejemplo de fe y determinación hacia al futuro
Ejemplo al oír, enseñar y mostrar lo que es el amor a sus hijos
La hospitalidad debe ser practicada sin murmuraciones
Miren hacia arriba y sigan adelante a pesar de las pruebas y las luchas
L a familia es, desde el principio, ideada por Dios para ser el ejemplo y la base de todas las instituciones humanas. Génesis 2.24 dice: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne». Esto denota un cambio de prioridades por parte de quien contrae matrimonio. La palabra «unirá» contiene la idea de una pasión amorosa y a la vez de permanencia entre ambos. Una sola carne implica ciertas circunstancias entre las que se incluyen la unión sexual, la concepción de los hijos y la intimidad espiritual y emocional.
El orden divino desde el principio en cuanto a la unión de un hombre y una mujer ha sido, es y siempre será, la base de la moralidad, el respeto y el eje central de la decencia de la sociedad humana. Génesis 5.1, 2 establece: «...El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo...» La Biblia es clara: ¡Dios los creó! No fue un gobierno humano, ni un partido político ni una filosofía humana, fue Dios. Y siendo que los creó Dios, Él estableció en su Palabra ciertas reglas, mandamientos, estatutos, ordenanzas y preceptos para educar, guiar y echar las bases para un matrimonio saludable, feliz y duradero entre el hombre y la mujer.
Y dice: «...y los bendijo...» ¡Dios bendijo! No fue un tribunal, un juez ni una autoridad eclesiástica... fue Dios quien los bendijo. Por lo tanto, Él tiene la autoridad absoluta y la palabra final en la cuestión del matrimonio. La crisis en la familia de hoy se debe a la desobediencia al orden divino, a lo que Dios estableció en las Escrituras desde el principio en cuanto al matrimonio. Así como no se pueden alterar las leyes de la física en nuestro planeta, y tendríamos serios problemas si lo hiciéramos, tampoco se pueden alterar las leyes divinas en la Palabra de Dios en cuanto al matrimonio, pues tendríamos serios e irreparables problemas si lo hiciéramos. Por lo tanto, los problemas causantes de la crisis en la familia de hoy se deben al pensamiento humano de intentar quitar, reemplazar o añadir lo que Dios ya estableció, hechos incambiables e inmutables pues están eternamente solidificados en la Palabra de Dios, la Biblia, como dice 2 Timoteo 3.16: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia».
E n mi primer libro, El Poder de la Palabra de Dios, mi énfasis fue llevar al pueblo de Dios a una madurez firme en el conocimiento de las Escrituras. En el segundo, Heme aquí, Señor, envíame a mí, mi prioridad fue traer a la iglesia de Cristo el sentir del corazón de Dios con relación a la necesidad del evangelismo y la urgencia de involucrarse aun más en las misiones mundiales.
En este mi tercer libro, La Crisis en la Familia de Hoy, usted encontrará principios basados en la Palabra de Dios que le llevarán a fortalecer, madurar y solidificar su matrimonio y su vida familiar de acuerdo a las reglas divinas establecidas en las Escrituras.
Deje que Dios le lleve de la mano y le guíe a través de este libro para que al final de su lectura sea cambiado a un mejor esposo y padre, a una mejor esposa y madre, a la vez que logra un mejor matrimonio y vida familiar a todos los niveles que esta unión requiere. El énfasis de esta obra es llevarle a una vida matrimonial más profunda y consciente de sus responsabilidades en la familia, tanto al hombre como a la mujer, y de sus deberes en cuanto a la educación de los hijos.
Para que un matrimonio sea saludable, la pareja debe entender tanto los privilegios como los deberes de ambas partes para así desarrollar sus funciones debidamente en el núcleo familiar.
Todos, en el matrimonio, sabemos que hemos crecido con nuestra pareja al aprender juntos a desarrollar nuestro potencial en todas las áreas que esta institución demanda para alcanzar la felicidad conyugal, como dijo John Bowring: «La familia es una especie de cielo prematuro». Dios la ideó así. Yo creo, debido a lo que he vivido, que el amor, el cariño, la comprensión y la felicidad matrimonial y familiar es la antesala de lo que disfrutaremos en el cielo por la eternidad junto a Cristo.
Lamentablemente cuando los principios bíblicos son ignorados, rechazados y violados, como algo anticuado y del pasado debido a la modernización de hoy, el resultado es lo que tenemos en nuestros días, el derrumbe del matrimonio y de la familia.
Las enseñanzas actuales del humanismo y del secularismo anti-Dios han dejado sus marcas profundas en la sociedad en la cual vivimos y el resultado ha sido la destrucción de millones y millones de hogares por el adulterio, el abandono, el alcoholismo, el odio, el dinero, las drogas, el divorcio, la separación y, principalmente, la causa más grande: el rechazo prepotente y soberbio del hombre a obedecer lo que Dios ha establecido en su Palabra.
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