HECHIZOS MÁGICOS
PARA DESTERRAR VILLANOS
Prevención de abuso sexual infantil
ISBN: 978-84-18520-95-2
© 2021 by Elena Laguarda
© 2021 by Gratia Ediciones
Calzada de las Aguilas 94-501, Col. Los Alpes, CDMX 01010, México
gratiaediciones.com
Edición: Valeria Le Duc
Diseño editorial: Karina Flores
Portada: Ilustración, Anabel López • Diseño gráfico, Alejandra Guerrero
Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor.
Para María Fernanda Laguarda Ruiz, compañera de trinchera, cómplice en la vida, la voz del entrañable dragón Ati.
AGRADECIMIENTOS
L a experiencia que sustenta este libro, no hubiera sido posible sin las instituciones educativas y las familias que depositaron su confianza en el programa de educación sexual integral (ESI) de Sexualidad ATI, para impartir talleres, cursos y conferencias en sus comunidades. Mil gracias por eso.
Gracias también a Olivia Guerrero, por sus reflexiones y comentarios que enriquecieron esta propuesta. Gracias a Valeria Le Duc, por la confianza y el apoyo brindado, por creer en mí. Gracias, Juan José Saravia, por leer una y otra vez este libro, por sus comentarios siempre enriquecedores y por las preguntas que me llevaron a dar lo mejor de mí en este escrito.
Igualmente importante, mi agradecimiento profundo a María Fernanda Laguarda, Georgina Montalvo, Beatriz Tovar, María del Carmen Villaseñor, Berenice Velázquez y Laura Novelo por todas las reflexiones que compartieron alrededor del tema, y por la búsqueda de información que realizaron. Sobre todo, por acompañarme en el camino de brindar educación a niñas, niños y adolescentes. Sin ustedes hoy no existiría este libro.
EL POR QUÉ DE ESTE LIBRO
D esde hace un poco más de 20 años, me he dedicado a desarrollar programas educativos en el área de sexualidad humana. Ha sido una experiencia profunda y enriquecedora, sobre todo el trabajo con niños de la primera infancia. Son cariñosos, participativos, espontáneos, divertidos, pero también muy vulnerables. La parte triste y dolorosa de mi labor ha sido detectar cuando alguno de ellos sufrió abuso sexual. Si bien se ha visibilizado la existencia del mismo, también ha ido en aumento. Tenemos que frenarlo, erradicarlo.
Existen muchas deudas pendientes con la infancia en México y esta es una de las más lacerantes. Este libro es una forma de compartir mi experiencia de años de enfrentarme con el tema de prevención del abuso sexual infantil (ASI). También pretende establecer un diálogo abierto con las familias para cerrar filas alrededor de los niños y protegerlos con estrategias claras. Solo si trabajamos de la mano podremos lograrlo.
Este texto forma parte de una colección de tres libros que abordan este doloroso tema. Decidí separarlo por edades, porque creo que es fundamental profundizar en las diferentes etapas por las que atraviesan los menoresque en este primer libro aborde solo lo referente a la primera infancia. El segundo plantea la misma problemática, de los siete a los diez años de edad. Y en el último se brindan estrategias para menores que se encuentra en la etapa de la pubertad y adolescencia.
En la primera parte de este libro analizo el tema del abuso sexual, el perfil del abusador y sus estrategias. También brindo información de cómo poder detectar la posibilidad de que un niño haya sido víctima y qué hacer para acompañarlo de forma asertiva en su camino hacia la recuperación. Hay un apartado específico para encontrar referencias de ayuda.
La segunda parte, está dedicada a brindar estrategias puntuales para prevenirlo en esta etapa de vida, así como poner los cimientos para fortalecerlo cada vez más a medida que el niño vaya creciendo. No menos importante para mí es la reflexión sobre los factores sociales que debemos modificar para poner un alto a esta situación, logrando que los niños de hoy tengan una infancia libre de violencia de todos tipos, y no se conviertan en nuevos abusadores sexuales en el futuro.
Notas al pie
En este libro uso “menores” para referirme a menores de edad o niños y niñas. En ningún momento tiene una intención discriminatoria.
ÉRASE UNA VEZ…
EL ABUSO SEXUAL, EN BUSCA DE UNA DEFINICIÓN
E l abuso sexual ha estado presente en la sociedad desde sus inicios, junto con muchas otras formas de violencia hacia la infancia. Hay conductas que hoy reprobamos, pero que a lo largo de la historia han sido, no solo permitidas, sino que también avaladas como formas de vida. Ejemplo de esto es el matrimonio de hombres con niñas, o la utilización de niños para la gratificación sexual de adultos, práctica difundida y aceptada en numerosas culturas en diferentes tiempos, desde la antigua Grecia, hasta la edad media. Hoy en día, esta última práctica es considerada como ilegal. Sin embargo, la prostitución de niños y los matrimonios forzados siguen vigentes y muchas organizaciones luchan a diario para erradicarlas.
Lo cierto es que la conciencia de los derechos de la infancia comenzó a existir hasta el siglo XIX, cuando la niñez comenzó a valorarse desde otra óptica. La primera sociedad para la prevención de la crueldad hacia niños se creó en Nueva York, Estado Unidos, en 1874. Sin embargo, fue hasta 1924, cuando la entonces Sociedad de Naciones, antecesora de las Naciones Unidas (ONU), aprobó la Declaración de Ginebra, en donde reconoció por primera vez la existencia de derechos específicos de los niños y la responsabilidad de los adultos en cuanto a su cuidado. En 1959, se mejoró esta propuesta y se elaboró una segunda Declaración de los Derechos del Niño por la ya existente ONU, considerando como idea básica que “la humanidad le debe al niño lo mejor que puede ofrecerle”. Esta declaración contó con diez principios. El noveno sostiene el derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación. En esa época, el interés de la sociedad por el tema cobró fuerza con el trabajo sobre el síndrome del niño golpeado, realizado por el doctor Henry Kempe, en el Journal of American Medical Association en 1960. Con este estudio inició la preocupación por el abuso en general y la negligencia hacia los niños.
A partir de ahí surgieron estudios en muchos países del mundo, aunque de forma aislada. Fue hasta 1999 que la Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo un esfuerzo por recopilar la información y contemplar el problema de manera global. Esto le permitió realizar el primer Informe mundial sobre violencia y salud, en el que hizo un esfuerzo por estimar la cantidad de millones de niños y niñas que sufrían maltrato o negligencia en el planeta. El reto al que se enfrentó, desde ese entonces hasta nuestros días, es que no hay una definición consensuada de lo que se considera como maltrato a nivel mundial, sino que cada país reporta los casos de manera distinta y muchos de ellos, como México, no contaban, ni cuenta aún, con un registro nacional adecuado. No hay manera de medir a ciencia cierta la realidad. Es en este informe de finales de la década de los noventa que, por primera vez, se contempló el maltrato y abandono de menores como un problema grave de salud, a la vez que se estableció la correlación entre la violencia sufrida en la infancia con la posterior perpetración de delitos e inadaptación social. La OMS marcó la importancia de estrategias de prevención a nivel mundial y se comprometió a definir el problema y ayudar a dimensionarlo, a crear investigaciones al respecto y a evaluar intervenciones de atención y de prevención. En dicho informe se incluye el abuso sexual como forma de maltrato:
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