Agradecimientos
Quiero manifestar mi agradecimiento a mis pacientes (presentes y pasados) por lo mucho que me han enseñado acerca de la salud mental. Es un gran honor para mí haber podido cuidarlos. Me gustaría también dar las gracias a los numerosos investigadores y académicos de todo el mundo que han proporcionado las bases científicas de este libro. Es muy difícil hacer estudios científicos de calidad sobre la salud mental y la alimentación. Les estoy eternamente agradecido. Aunque hay opiniones para todos los gustos acerca de lo que hay que comer, creo que, por primera vez, se ha llegado a un consenso cada vez más unánime acerca de que, efectivamente, las decisiones nutricionales que tomamos afectan a la salud mental y a la salud del cerebro. Estoy especialmente agradecido a Felice Jacka por su liderazgo; a John Cryan y a Robert McIntyre por sus entrevistas, y a los numerosos investigadores citados en las notas. Gracias, Laura LaChance, por todo tu trabajo en el desarrollo de la Escala de Alimentos Antidepresivos, y a ti, Emily Deans, por tu amistad, por tus reflexiones sobre la nutrición y por escribir para el público. Estoy agradecido a todos mis colegas interesados en la psiquiatría nutricional y sobre todo al capitán Joseph Hibbeln, a Phil Muskin, a Georgia Edes, a Lisa Masconi y a Uma Naidoo.
Mi trabajo sobre cómo usar la alimentación en beneficio de la salud mental ha crecido exponencialmente durante los últimos años. He viajado mucho para dar conferencias y organizar talleres en todo el país con el apoyo de un equipo pequeño, pero muy potente. Gracias, Samantha Elkrief, por tu amabilidad, tus habilidades clínicas y tu amistad. Gracias, Andrew Luer, Xiaojue Hu y Jennie West por nuestro trabajo juntos y por el apoyo que me habéis prestado.
Gracias, Karen Rinaldi, por publicar mis libros, por creer en el poder de la comida como medicina y por compartir tu buena onda. Gracias a ti, Haley Swanson, por tus acertadas correcciones y a Rebecca Raskin, Leda, Penny, Sophia y todo el equipo de HarperWave por todos vuestros esfuerzos para hacer de este libro una realidad y un éxito.
Gracias, Caroline Chambers, por haber desarrollado las recetas del libro y también gracias a vosotras, Christine Locascio y Lindy Speakman por vuestra ayuda con los datos nutricionales. Gracias, Kayt Sukel, por toda la ayuda para conseguir que el libro sea lo que es. Katrin Wietek y yo nos conocimos en Instagram cuando colgó un dibujo sobre un podcast en el que aparecía yo. Fue ingenioso, informativo y eficaz, una combinación que me encanta. Desde entonces, Katrin ha creado docenas de dibujos acerca de la salud del cerebro y la nutrición, muchos de los cuales han acabado en este libro. Enhorabuena por tu creatividad.
Mi agente, Joy Tutela, y la David Black Agency me han apoyado e impulsado durante todo el camino. Gracias por haber mantenido siempre la vista puesta en la meta final.
También quiero dar las gracias a los psicoterapeutas y amigos que han contribuido a mejorar mi salud mental a lo largo de los años y sobre todo a mi psicoanalista, Ron Puddu. Gracias por ser un profesional excelente.
Mis colegas de profesión en el ámbito de la salud mental me han mostrado un apoyo increíble. Todo mi agradecimiento a mis colegas del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia, sobre todo a Lloyd Sederer, a Deborah Cabaniss y a nuestro presidente, Jeff Lieberman. Trabajar con el Consejo de Comunicaciones de la Asociación Americana de Psiquiatría ha sido un gran honor para mí. Gracias a mis colegas en el Consejo por todo lo que hacéis. Este libro se ha hecho realidad gracias a los grandes pasos que dieron varios de mis colegas y amigos y a la inspiración de muchos de los profesionales de la salud mental que han empezado a crear contenidos, como Greg Scott Brown, Pooja Lakshmin y Jessi Gold, que escriben sin parar. Me inspiráis y me siento muy orgulloso de lo que hacéis.
Nada crece en el vacío. Tengo una deuda enorme con muchos medios de comunicación que me animan en mi trabajo. Disfruto muchísimo del proceso creativo y, con cada proyecto, aprendo algo nuevo acerca de los medios de comunicación modernos. Gracias a Rich Dorment, Spencer Dukoff, Marty Muson, Nojan Aminosharei y el equipo de Men’s Health, donde trabajo como asesor. Gracias a mi familia en Medscape y especialmente a mi editor Bret Stetka, John Rodriguez y Liz Neporent. He tenido la suerte de poder contar con el sabio consejo y el apoyo de muchos de los principales asesores en el espacio del bienestar: Melisse Gelula, Mark Hyman, Dhru Purohit, Jason y Colleen Wacob, el chef David Bouley, Jim Gordon, Kathie Swift, y el Center for Mind Body Medicine; The Omega Institute, Kripalu y TEDx, por nombrar solo unos cuantos. Gracias a vosotras, Maria Shriver, Annie Fenn y el Women’s Alzheimer Movement. Me animáis y me inspiráis con vuestro impulso creciente para abordar la salud mental y combatir la estigmatización. Gracias a todos por seguir insuflando viento en las velas de la innovación para mejorar la salud mental, el bienestar y la forma física.
Gracias a Marcia Lux y a Jerret Emmet y Hanna Matter por todos los buenos momentos que hemos pasado, a Ian McSpadden por su compañerismo y a Dan Chrzanowski por su amistad y el ejercicio físico compartido. En el entorno rural del condado de Crawford (Indiana), tenemos la suerte de contar con una comunidad comprometida, una naturaleza generosa y un grupo de educadores en casa progresistas: gracias a las familias McSpadden, Howard y Timberlake por todo lo que hacéis para educar a nuestros hijos. Gracias a Nikola Alford y a la familia de Maelstrom Barn por haberme ayudado a encontrar el equilibrio.
Para terminar, me gustaría dar las gracias a toda mi familia por los sacrificios que hacen por mí y por mi trabajo. Escribir libros es complicado y hace que los escritores nos volvamos neuróticos, nos ensimismemos y nos despistemos. Escribí este libro en la granja familiar en la que vivimos en el sur de Indiana durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19. Vivir con mis padres, mi esposa, nuestros dos hijos y nuestras gallinas me dio el espacio y la fuerza que necesitaba para continuar con mi trabajo como médico (que de repente ejercía la telemedicina) y como hombre en continuo desarrollo. Aunque tuvimos que superar baches por el camino, os estoy muy agradecido por vuestra comprensión y por vuestra fe en mí. Gracias, Lucy, por tu valor, tus risas, tu amor y por tu apoyo incondicional a mí y a mis fantasiosas ideas. Y gracias a vosotros dos, Greta y Forrest, por aseguraros de que dé prioridad a lo mejor que hay en la vida. Y lo mejor de la vida sois vosotros y la alegría de compartir mi vida con vosotros. Este es el primer libro que he escrito que podréis leer y espero que me ayude a explicar la abundancia de salmón salvaje, rúcula y legumbres que hay siempre en nuestra mesa y lo que ha ocupado mi mente todos estos meses. Os quiero.
Capítulo 1 LA NUEVA CIENCIA DE COMER PARA MEJORAR LA SALUD MENTAL
¿QUÉ DEBERÍAN COMER PETE Y SUSAN?
El movimiento que defiende que «la comida es medicina» ha cobrado un gran impulso durante la última década. Ahora, tanto los médicos de familia como los cardiólogos y los oncólogos entienden que lo que nos metemos en la boca cada vez que nos sentamos a la mesa influye significativamente en nuestra salud. De hecho, es muy probable que en su último chequeo anual le formularan algunas preguntas generales acerca de su dieta o que, al menos, le entregaran un folleto sobre alimentación cardiosaludable. Sin embargo, y a pesar de estos grandes avances en otros campos de la medicina, la mayoría de los profesionales de la salud mental no han emprendido todavía este camino. Sabemos que lo que es bueno para el cuerpo es bueno también para el cerebro, pero las conversaciones acerca de la comida siguen siendo la excepción en lugar de la norma en la evaluación y el tratamiento de trastornos habituales como la depresión y la ansiedad.