Índice
Gracias por adquirir este eBook
Visita Planetadelibros.com y descubre una
nueva forma de disfrutar de la lectura
¡Regístrate y accede a contenidos exclusivos!
Primeros capítulos Fragmentos de próximas publicaciones Clubs de lectura con los autores Concursos, sorteos y promociones Participa en presentaciones de libros
|
Comparte tu opinión en la ficha del libro y en nuestras redes sociales:
Explora Descubre Comparte
|
Sinopsis
Cada vez se sabe más de la relación entre la microbiota –el conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino– y la salud. Pero ¿sabías que su estado también tiene mucho que ver con nuestro bienestar mental? ¿Que existen unas sustancias llamadas psicobióticos, presentes en ciertos alimentos, que pueden ayudarte a sentir menos ansiedad, tristeza o irritación? ¿Que en función de cómo cuidas de las bacterias que viven en tu intestino podrías estar ayudando a tu cuerpo a prevenir enfermedades como la depresión?
Y es que el intestino está estrechamente relacionado con el cerebro en una permanente comunicación que condiciona nuestra forma de estar en el mundo. La doctora Amanda Rodríguez Urrutia, psiquiatra e investigadora referente en este ámbito, nos desvela en este libro los misterios de uno de los órganos más desconocidos del cuerpo humano. Lejos de fórmulas mágicas y basada en los últimos descubrimientos científicos, con la propuesta de la doctora distinguirás los alimentos más adecuados para potenciar tu salud, la importancia del ejercicio físico y de un descanso adecuado, así como muchas otras ideas que te ayudarán a tomar conciencia de que la salud de tu mente empieza en el sistema digestivo.
SIENTE LO QUE COMES
Emociones, alimentación y la extraordinaria conexión mente-intestino
Dra. Amanda Rodríguez-Urrutia
Dedico este libro a mis padres y a mi hermano, por haberme acompañado siempre, siempre y con todo, que no es fácil. A mis hijos, porque me aferran a la vida.
Hombre soy, nada humano me es ajeno.
P UBLIO T ERENCIO A FRICANO , 165 a. C.
Toda enfermedad comienza en el intestino.
H IPÓCRATES , hace más de 2.500 años
Introducción
—Hemos estado demasiado centrados en el cerebro.
—¿Y en qué si no...? —me pregunta mi paciente.
A lo largo del libro entenderás adónde lleva esta afirmación, que en sí misma es un cuestionamiento no solo del papel de psiquiatra, sino también del modelo predominante en la medicina actual, que tiende a parcelar a la persona según sus síntomas, sin acabar de verla como un todo ni contextualizarla en su entorno, en sus vivencias, etcétera. Es decir, de la visión del paciente como un sujeto pasivo, hasta ahora, de su salud.
Imaginemos que vamos a un gastroenterólogo porque tenemos un cuadro de diarrea que no mejora a pesar de la dieta o que es recurrente, es decir, que se repite cada dos por tres. Por lo general, nos harán pruebas para saber de dónde vienen las diarreas y si hay un problema concreto, y entonces nos darán alguna medicación. En estos casos, el médico no suele preguntarnos qué otras cosas nos están pasando en la vida, cómo estamos emocionalmente... Pone el foco en el problema que se manifiesta y en cómo solucionarlo, porque su especialidad es esa. Y es que la gran especialización ha hecho que compartimentemos la medicina, de modo que a veces acabamos tratando las cosas por separado, como si fueran piezas que no se relacionan entre sí, como si cuerpo y mente no formaran parte de un todo: la persona.
A veces ponemos remedio a un síntoma en concreto y empeoramos otro porque no hemos preguntado qué otras cosas le pueden estar pasando a esa persona. Es importante saber el contexto en el que ocurren los síntomas, y preguntando podemos obtener mucha información que evita un sinfín de pruebas y de medicamentos que podrían llegar a ser contraproducentes. Hay quien, en situaciones de estrés o ansiedad, puede sufrir episodios de diarrea: por mucho que le demos fármacos para cortarla, no llegaremos a la raíz del problema. De la misma manera que la persona que dice que le cuesta respirar puede tener un episodio de ansiedad o un problema pulmonar, la diarrea puede deberse a una gran cantidad de factores. También puede ocurrir que un psiquiatra recete sertralina a un paciente sin saber que este está sufriendo de diarrea, lo cual empeorará las cosas, porque este medicamento puede provocar diarrea y eso, a su vez, aumentará los nervios del paciente. ¿Por qué pasa esto? Porque hay un problema de comunicación con el paciente, con el sistema, y porque tenemos cierta tendencia a centrarnos en el síntoma, en el problema concreto, sin ver al paciente, sin dibujar un cuadro completo de lo que le ocurre y de cómo está. La pregunta «¿Cómo se encuentra?» ha quedado a veces convertida en protocolaria por el uso, pero la intención real de saber cómo está la persona debería ser clave para conocer realmente cuál es su estado de salud global.
Entender que somos un todo conectado y que podemos hacer mucho por nuestro autocuidado y nuestra salud es clave para mantener o recuperar la salud física y emocional. En mi recorrido como psiquiatra con amplia experiencia en el ámbito de la psiquiatría psicosomática, volcada en la investigación y la consulta con pacientes, sé lo mucho que mejoraría la salud de las personas con un enfoque integral más allá de la dolencia concreta que se manifiesta. En este libro encontrarás una nueva perspectiva sobre el papel que creo que deberíamos desempeñar los médicos y los pacientes usuarios del sistema sanitario. El objetivo es que, con responsabilidad, comunicación y respeto podamos tomar las riendas de nuestra salud con el mejor acompañamiento posible: el de profesionales sanitarios dispuestos a salir del compartimento de nuestra especialidad en aras de un trabajo multidisciplinar. Hablo de una medicina cada vez más personalizada y de un modelo de decisiones compartidas que contemplen al paciente no como un manojo de síntomas a los que hay que dar solución como si de la avería de un avión se tratase, sino como un individuo cuyas circunstancias personales, vitales, sociales, emocionales, etcétera, tienen mucho que ver y decir tanto en la enfermedad como en la recuperación.
¿ P OR QUÉ SE HABLA TANTO DE LA MICROBIOTA?
¿Sabes que es posible que una enfermedad como la depresión empiece en el sistema gastrointestinal? Y es que no iba nada descaminado Hipócrates hace más de dos mil quinientos años cuando declaró que «toda enfermedad comienza en el intestino». Las investigaciones actuales sobre la relación entre las bacterias del intestino y la salud física y mental están arrojando mucha luz al respecto.
Por eso, si nuestro estado anímico se ve perturbado, vale la pena analizar cómo está nuestro sistema digestivo, revisar lo que tenemos en nuestra cocina e incorporar hábitos más saludables. Y aquí se abre un campo de la psiquiatría muy prometedor, que lleva a un cambio en la investigación y también en la relación médico-paciente, de forma que la manera de tratar a las personas tenga en cuenta todas las interconexiones entre el cuerpo y la mente.