E. Canella
ACEITES, AROMAS,
ESENCIAS,
SALES DE BAÑO
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Mi más sincero agradecimiento al señor P. Zibetti, propietario de una tienda de antigüedades en Locarno (Suiza), a la señora Leeman, de la tienda Petit monde ancien de Lugano (Suiza) y al señor T. Bellerio, también propietario de una tienda de antigüedades en Locarno, por haber puesto a mi disposición objetos antiguos.
También quiero agradecer la inestimable colaboración de la florista V. Palluao y a L. Degani del herbolario de Locarno, así como a mi hermano Luca, mi madre y Fabiola, al igual que a mis amigas Barbara, Maria y Sabrina, que siempre me han animado y apoyado.
Traducción de Ariadna Martín Sirarols.
Fotografías de la cubierta y del interior de M.Giberti y del autor, excepto las de lasfotos, que es de S. Maggi.
Dibujos de M. Ameli y el autor.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-370-9
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
ÍNDICE
I NTRODUCCIÓN
Mi principal intención con el presente libro es contribuir a descubrir el mundo de los perfumes, que desde hace siglos hablan al corazón de los seres humanos, les aportan alegría y fascinación, y despiertan el deseo de abrirse al mundo y a nuevos horizontes.
Los antiguos egipcios ya conocían las propiedades de los aceites esenciales y los utilizaban en sus ritos religiosos, en medicina y como producto de belleza.
Hoy en día se sabe que el perfume se difunde por el nervio olfativo, de la nariz a la parte del cerebro donde se encuentran la intuición, las emociones y la creatividad (sistema límbico). A diferencia de los demás sentidos, no podemos escapar en absoluto al olfato y, gracias a este, estamos en permanente contacto con el mundo exterior. Un olor desagradable puede provocarnos náuseas o sensación de malestar, un aroma demasiado intenso nos puede hacer estornudar, mientras que un perfume agradable nos invita a respirar profundamente. Esto explica por qué los olores provocan distintos tipos de reacciones, que van desde el bienestar hasta la ansiedad o a la nostalgia. Los aceites esenciales que entran en contacto con el ser humano a través de su sistema olfativo y de su piel, influyen tanto en su mente como en su cuerpo. Para lograr aprovechar al máximo los efectos de las esencias, se pueden utilizar para la preparación y elaboración de productos cosméticos y ambientadores. Estos beneficios son especialmente importantes en una sociedad como la nuestra, en la que todos los productos de uso cotidiano (alimentarios, higiénicos y cosméticos) contienen conservantes, pesticidas, antioxidantes, sustancias abrasivas, tóxicas, cancerígenas, etc. Además, en una época tan caótica y tan frenética, nos dejamos guiar demasiado a menudo por el egoísmo, la envidia, la intolerancia y el estrés, y nos olvidamos de que tenemos que cuidar de nosotros. Es, pues, importante y sano que nos detengamos un instante a cuidar nuestro aspecto físico, para deleitarnos y reequilibrar tanto nuestra mente como nuestro cuerpo. Se trata de una invitación a detenernos un instante y escuchar con atención qué dice nuestro cuerpo y dejar que este exprese sus necesidades, su malestar y sus deseos.
Este libro presenta muchas recetas que se pueden ejecutar fielmente o modificar según el gusto personal, las necesidades, la imaginación y la creatividad. Todos los ingredientes y materiales propuestos son de origen vegetal, fruto del cultivo biológico y la biodinámica. Al no contener conservantes, la duración de los preparados está limitada a algunos meses.
L OS ACEITES ESENCIALES
Los aceites esenciales, llamados también aceites etéreos, volátiles o esencias, son el alma, la naturaleza y la fuerza vital de la planta.
Se trata de sustancias complejas y concentradas que se presentan en forma de minúsculas gotas aceitosas, presentes en una o varias partes de la planta aromática, en las flores (como el jazmín), en las hojas (como la salvia), en los frutos (como la naranja), en las semillas (como el hinojo), en la resina (como el incienso), en la corteza (como la canela) o en la raíz (como la angélica).
Los aceites esenciales se evaporan por efecto del calor, protegiendo así a la planta de las bacterias, los parásitos y los hongos. Al mismo tiempo, la planta se asegura su reproducción atrayendo a insectos. Las plantas que contienen aceites esenciales son las plantas medicinales más importantes.
Cuando se absorben esas sustancias perfumadas, se absorbe también la energía vital de la planta aromática instaurando un puente entre el mundo vegetal y el animal.
La producción de esencia está estrechamente ligada a la intensidad de la luz y a la duración de su exposición. Para obtener algunas gotas de aceite esencial, es necesaria una gran cantidad de planta.
C ARACTERÍSTICAS DE LOS ACEITES ESENCIALES
Los aceites esenciales son, en general, incoloros, salvo algunos aceites que presentan un color amarillo claro, azul verdoso o marrón, y se distinguen por su perfume y su sabor. A menudo son más ligeros que el agua y, al no ser hidrosolubles, deben disolverse en aceite vegetal, leche, miel, crema, jabón, alcohol, sal o arcilla. Las pocas excepciones son los aceites que poseen un fuerte contenido aromático, como la canela, el clavo y la mostaza.
Los aceites esenciales son sustancias volátiles que se evaporan sin dejar rastros aceitosos en contacto con el aire. Por lo tanto, es preciso conservarlos en frascos oscuros, cerrados herméticamente y en un lugar fresco. Estos frascos o botes deberán cerrarse en seguida después de su uso.
La consistencia de los aceites esenciales (líquida, resinosa o densa) puede variar con el tiempo: especialmente debido a la acción de la luz y el oxígeno, se vuelven bastante resinosos.
Página siguiente