LA BELLEZA ENTRA POR LA BOCA
Txumari Alfaro
1.ª edición: abril, 2013
© Txumari Alfaro, 2008
© Ediciones B, S. A., 2013
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
Depósito Legal: B-31158-2012
ISBN DIGITAL: 978-84-9019-417-1
Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright , la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.
El autor
Jesús María Alfaro Martón nació en Arguedas, Navarra. Desde su infancia conoció la utilización de remedios caseros y naturales en su entorno familiar, ya que su madre le trató una dolencia común mediante cebolla asada y miel. Este hecho dejó en él una profunda huella e incentivó su temprana vocación por la práctica de la naturopatía. Ya adolescente, continuó su interés por este ámbito del conocimiento. La repentina muerte de su padre y la necesidad económica de ayudar en casa le obligaron a dejar los estudios y a empezar a trabajar como aprendiz de tornero. Sin embargo, motivado por su sueño de ser médico naturista siguió estudiando. Se doctoró en Naturopatía, Iridología y Acupuntura y Moxibustión, por la Asociación Francesa de Iridología Renovada y la Academia Canadiense de Iridología en Escondido, California.
Ha viajado por América Central y del Sur, Canadá y el norte de África, Oriente Medio y toda Europa, intentando recoger el saber y las costumbres de la medicina popular transmitida durante siglos de generación en generación.
Juan Mugarza Zaldumbide nació en Bilbao, Vizcaya. Su inquietud por conocer al máximo las propiedades de la botánica medicinal le ha llevado a realizar los recetarios más útiles, cuya base la componen las plantas medicinales que sirven de ayuda y complemento a la medicina moderna.
Durante treinta y siete años, el autor ha viajado por diferentes zonas de Europa, Asia, África y América con el propósito de estudiar y verificar las fórmulas medicinales elaboradas con plantas, sus aplicaciones y contraindicaciones. Juan Mugarza ha firmado diversas publicaciones y escritos centrados en el apasionante mundo de la naturopatía; asimismo, ha participado en numerosas conferencias y exposiciones sobre el tema. Ha colaborado con el naturópata navarro Txumari Alfaro en los programas de televisión La botica de la abuela y La botica de Txumari , así como en el libro Afrodisíacos .
· PRÓLOGO ·
Hace unos cuantos años cayó en mis manos un libro cuyo título, traducido del inglés, sería algo así como «Lo que ellos no quieren que sepas». En uno de sus apartados aconsejaba: «Una crema que no puedas tomarla por la boca no te la pongas en la piel.» Posteriormente leí un informe de unos científicos ingleses que habían sido denunciados por una potente multinacional de cosméticos por divulgar que las pieles mejor conservadas del planeta eran en primer lugar las de los esquimales y, en segundo, las de las monjas de clausura.
La explicación que daban era convincente: enfrentados a temperaturas de hasta 30º bajo cero, los esquimales tenían que aplicarse a modo de vaselina una grasa extraída de las focas para que la piel no se les quemase, cuartease y agrietase con el intenso frío y el viento al que estaban continuamente expuestos. Esto tan simple hacía que tuvieran la piel mejor conservada.
En cuanto a las monjas de clausura, el motivo era aún más sencillo si cabe: al estar enclaustradas, su piel no estaba expuesta a agentes contaminantes y factores de envejecimiento prematuro, como el humo del tabaco, la polución, el sol… Así preservaban el cutis y lo mantenían joven.
Dudo mucho que ambos colectivos hayan utilizado alguna vez cremas con semen de ballena, partículas de oro, caviar, extractos de ácidos frutales y derivados de vitaminas encapsulados en liposomas o presentados en envases minúsculos, a un precio elevadísimo y en ocasiones escandaloso, cuando se pregunta al respecto a los expertos, farmacéuticos, biólogos, bioquímicos, cosmetólogos, etc.
En este libro, las cremas y mascarillas para la piel, nutritivas, hidratantes y enriquecedoras son todas… comestibles. Ahí es donde he querido jugar teniendo en cuenta que también la alimentación embellece. ¿No hay acaso alimentos que suben el colesterol, la tensión, el ácido úrico o nos hinchan? ¿Y no hay también alimentos que bajan el colesterol, el ácido úrico, la tensión y nos deshinchan como la sandía o el apio, por ejemplo? Del mismo modo hay alimentos que embellecen la piel, como la levadura de cerveza, la papaya, la col o el pepino, no solamente aplicados externamente, sino también ingeridos. La leche, sin embargo, es uno de los peores enemigos de la piel por sus ácidos grasos y la intolerancia a la lactosa, causa frecuente de acné, eczema, dermatitis, picores, descamación, alergias... La leche es un alimento más bien reservado para los bebés hasta que tienen dientes. (Sin embargo, los humanos somos los únicos animales que tomamos leche después del destete.) Hay alimentos que nos oxidan y envejecen y no aportan más que enfermedad, como algunos congelados, enlatados y envasados. También el abuso de alimentos de origen animal nos oxida. Otros, sin embargo, nos aportan vida y juventud, como los cereales integrales, las legumbres y los vegetales frescos de cultivo biológico. Estos alimentos pueden germinar y dar vida. Por eso son los alimentos más completos y que más vida nos aportan. Tengamos presente, entonces, por la boca no solo entran la belleza y la salud, sino también la enfermedad, si no cuidamos lo que tomamos. Cuántas veces, cuando uno se siente un poco enfermo o simplemente con mal cuerpo, los demás suelen notarlo enseguida en la piel y nos dicen: «¡Qué mala cara tienes!»
Porque la belleza es salud. Y entra por la boca. Y además se irradia. Qué maravilla esas personas llenas de salud y felicidad que siempre lo ven todo bello: porque la belleza también está en los ojos con que se mira.
Este libro te va a revelar fórmulas y recetas que posiblemente conocieron y utilizaron las más bellas mujeres de la historia: Cleopatra, Nefertiti, Jézabel, Lucrecia Borgia, María Valeria.
Precisamente, uno de los tratamientos favoritos de Cleopatra eran las mascarillas, muy recomendadas para tener una piel joven, tersa y sin arrugas. Porque la belleza ha estado siempre ligada a la juventud y una de las mayores inquietudes del hombre ha sido y será pretender detener el paso del tiempo. Pero no hay que cuidarse solo la piel del rostro o el cuello. A veces las mujeres «se olvidan» de la edad que tienen, pero sobre todo se olvidan de que es en el escote donde primero se nota que empiezan a envejecer y ahí es donde realmente se adivina la edad que tienen. Hay que mimar esa zona tanto como se hace con la piel de la cara o el cuello.
Aunque, para mantenerte bella por más tiempo, no cuides solo el aspecto externo… Cuida tu cuerpo en general y dale los mejores alimentos, para que trabaje de la mejor manera posible durante el mayor tiempo posible, porque la alimentación es la principal fuente de juventud, belleza y salud.
Quiérete mucho y mima tu cuerpo por dentro y por fuera: el espejo te devolverá lo mejor que hay en ti.
Txumari Alfaro
· EL CUIDADO DE LA PIEL: CUTIS Y CUERPO ·
Cremas faciales limpiadoras
1. Los cosméticos, contaminantes externos y otros productos agreden la piel día a día.
2. La piel de cara y cuello debe ser tratada con productos preferiblemente naturales que ayuden a eliminar esas sustancias agresivas en su totalidad, sin dejar rastro alguno, y aporten así protección y vitalidad.
Página siguiente