Índice
En el mundo viven más de 400 millones de personas con diabetes, en México se estima que hay alrededor de 10 millones de niños, adolescentes y adultos con esta enfermedad.
En este contexto y en medio de la era digital, se vuelve fundamental para las personas con diabetes, sus familias y la sociedad misma, contar con información confiable, actualizada y oportuna. La obra 170 consejos para vivir bien con diabetes logra, de manera perfecta, entregar al lector elementos muy claros para prevenir y atender la diabetes en el día a día de las personas, incluyendo las posibles complicaciones de la enfermedad.
Como profesional de la nutrición y la salud pública aprecio mucho que en este libro, además de entregar consejos de forma muy ilustrativa y responsable, se enfatice la importancia de llevar una alimentación saludable y realizar actividad física, además de invitar firmemente a las personas con diabetes a que acudan al médico y al nutriólogo, para garantizar un adecuado control de la enfermedad y con ello calidad de vida.
Anabel Fiorella Espinosa De Candido,
licenciada en Nutrición, maestra en Salud Pública
e investigadora en Salud alimentaria en
El Poder del Consumidor A.C.
Estamos en medio de una epidemia global. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2014 alrededor de 347 millones de personas en el mundo sufrían de diabetes. En 2015 eran 415 millones de adultos con esta enfermedad. Esta epidemia está creciendo a una velocidad alarmante. Tanto si tienes diabetes como si eres médico especialista a cargo de una persona diabética, este libro te ayudará a entender qué es esta enfermedad y cómo lidiar con los problemas que puede crear. Escrito de una manera clara y en un formato de pregunta y respuesta, este libro pone al alcance de tus manos información valiosa sobre este padecimiento.
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta cómo una persona produce y responde a la insulina, una hormona clave que desbloquea las células de tu cuerpo para permitirle al azúcar entrar y brindar energía. Si las células se vuelven resistentes a la insulina o si no la producimos en cantidad suficiente, nuestro cuerpo no funcionará correctamente. Las personas con diabetes tipo 2 no suelen presentar síntomas a menos que su nivel de azúcar esté dos veces por arriba de lo nor mal y, aun así, los síntomas son sutiles y hasta comunes en personas que no la padecen: fatiga, irritabilidad o despertar en la noche con una gran necesidad de orinar. Sin el tratamiento adecuado, un nivel elevado de azúcar en la sangre puede causar enfermedad vascular periférica, daños en los nervios de pies y piernas, deterioro de la vista, insuficiencia renal y enfermedades cardiacas. Por ende, para evitar complicaciones, la diabetes debe ser tratada y cuidada. Pretender atenderla sólo cuando los síntomas ya aparecieron podría ocasionar alguna discapacidad.
Hay varios tipos de diabetes. El tipo 1 ocurre cuando el cuerpo ataca y destruye las células en el páncreas que producen insulina, suele presentarse en las personas jóvenes y las obliga a ser inyectadas diariamente con esta sustancia para poder controlar sus niveles de azúcar.
La diabetes tipo 2 se desarrolla gradualmente y, aunque suele afectar a personas adultas, cada vez es más frecuente entre los jóvenes. Es la forma más común de la enfermedad. Empieza cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina y reduce su habilidad de regular los niveles de azúcar en la sangre. Con el paso del tiempo esto ocasiona niveles de azúcar elevados que, de no ser atendidos, podrían generar serios problemas de salud.
Este libro está enfocado en la diabetes tipo 2, principalmente porque el 95% de las personas que sufren esa enfermedad tienen este tipo. El tipo 1 es más raro pero, con algunas excepciones, la mayoría de los tratamientos y el cambio de estilo de vida pueden ayudar en ambos casos.
La diabetes gestacional es otro tipo de esta enfermedad, que afecta a entre el cuatro y el nueve por ciento de las mujeres embarazadas. Aunque suele desaparecer al concluir este periodo, quienes la padecieron pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes posteriormente.
¿Qué deberías hacer si tienes diabetes? El conocimiento es tu mejor defensa. Habla con tu doctor, enfermera o educador. Ellos pueden ayudarte a controlar la glucosa en la sangre, así como la presión arterial y los lípidos sanguíneos. Además, te enseñarán a tener cuidados preventivos con tus ojos, riñones y pies, y a mantener un estilo de vida saludable a través de una dieta y actividad física adecuadas.
Finalmente, tengo un mensaje para ti: cuídate. Aprende tanto como puedas sobre la diabetes, conoce cómo te sientes y por qué, y qué esperar de ello. Aprende a reconocer los cambios. Prueba nuevas recetas. Camina más. V ive tu vida al máximo tomando decisiones saludables. No tengas miedo a hacer preguntas y s é miembro activo de tu equipo de cuidado médico. Es tu diabetes, es tu vida y todos estamos aquí para ayudarte.
Doctor John Buse,
presidente de Ciencia y Medicina en la
American Diabetes Association
Ahora que tienes
diabetes
No. Fue identificada por primera vez hace dos mil años por Aretaeus de Capadocia, un médico griego. Sin embargo, no fue sino hasta 1869 cuando Paul Langerhans la describió como pequeñas islas (islotes) en el páncreas, aunque tampoco reconoció la función de este órgano para regular los niveles de azúcar en la sangre. En 1889, el científico alemán Oskar Minkowski descubrió una conexión fundamental entre el páncreas y la diabetes. Su experimento consistió en extraer el páncreas a un perro, y observó que el animal orinaba con mayor frecuencia y que su orina contenía azúcar.
En 1909, el científico belga Jean de Meyer utilizó el término insulina para describir una sustancia hipotética dentro del páncreas encargada de regular los niveles de azúcar en la sangre, esto sucedió antes de que se descubriera oficialmente la insulina. Finalmente, en 1921 y después de una serie de experimentos, J. J. R. Macleod, Charles Best, Frederick Banting y James Collip lograron purificar la insulina y aplicarla exitosamente a un paciente con diabetes. Este descubrimiento salvó a muchas personas de morir a causa de un coma provocado por altos niveles de azúcar. Aunque la diabetes ha estado presente desde hace mucho tiempo, aún necesitamos nuevos y mejores tratamientos.
Las palabras diabetes y mellitus tienen dos historias y significados diferentes. El vocablo diabetes suele atribu í rsele al médico griego Aretaeus, que vivió en el año 200 a. C., y significa « extraer o fluir a través de » , esto se relaciona específicamente con una enfermedad en la cual el agua que una persona ingiere fluye rápidamente a través del cuerpo. No fue sino hasta finales del siglo XVIII cuando el término mellitus se agregó al diagnóstico de la diabetes. El inglés John Rollo y el alemán Johann Peter Frank usaron en la literatura médica esta palabra, que significa «dulce como la miel», para describir la dulzura de la orina. Literalmente, diabetes mellitus es la condición en la que un paciente bebe mucha agua y orina con frecuencia; además, la orina es dulce porque contiene azúcar.
No. La diabetes no es como una gripa o un resfriado, nadie puede contagiarte, aunque lo beses. Hay muchos tipos de diabetes, pero ninguno es infeccioso o contagioso. La mayoría de los casos de diabetes se da por una tendencia genética que te vuelve propenso a contraer la enfermedad. Si heredaste este gen, puedes desarrollar diabetes tipo 1 al exponerte a un elemento desconocido en el medioambiente; este factor activa el inicio del padecimiento. La diabetes tipo 2 puede desarrollarse si, además del gen mencionado, subes de peso y no te ejercitas con frecuencia. También hay otras causas mucho menos comunes, como la ingesta frecuente y excesiva de alcohol o tener demasiado hierro en la sangre. Aunque existen diversos factores que pueden provocar diabetes, que alguien más te contagie no es una posibilidad.