Agradecimientos
Nuestra lista es tan larga que deberíamos escribir otro libro entero solo con ellos. El amor, el apoyo y el aliento de tanta gente han sido para nosotros una bendición increíble, y les debemos a todos ellos nuestra capacidad para cambiar muchas vidas.
En primer lugar, nuestro inmenso agradecimiento a Justin Schwartz, nuestro valeroso editor, por compartir tu valiosísima experiencia y tu búsqueda infatigable de la perfección con nosotros y con este proyecto. Por favor, edita tú todo lo que hagamos a partir de ahora y para siempre. Gracias.
A Bruce Nichols, Natalie Chapman, Cynthia Brzostowski, Rebecca Liss, Allison Renzulli, Brad Thomas Parsons, Jessica Gilo, Marina Padakis, y a todo el equipo de Houghton Mifflin Harcourt (incluida Brianne Halverson): sencillamente, os decimos «gracias». Gracias por creer en nosotros y en nuestra misión; por apoyar el método tal y como estaba diseñado; por vuestra entregada dedicación, vuestro increíble talento y vuestras generosas muestras de aliento. Nos sentimos felices, orgullosos y agradecidos por formar parte de la familia de HMH.
También estamos agradecidos con Liz Gough, de Yellow Kite/Hodder, y con Andrea Magyar, de Penguin Canada. Gracias por apoyar este libro y nuestro mensaje. Vuestra fe en nosotros significa mucho: gracias a nuestro duro trabajo y vuestra dedicación, nosotros podemos transformar más vidas.
A Christy Fletcher, Lisa Grubka, Grainne Fox, Melissa Chinchillo, Rachel Crawford, Hillary Black, y al equipo de Fletcher and Company, decirles que este libro es tan vuestro como nuestro. Habéis sido nuestras defensoras, animadoras, mentoras y amigas, y os estamos tan agradecidos que ni siquiera vamos a expresarlo de manera sofisticada: gracias. Por todo. Asociarnos con vosotras ha sido la mejor decisión que hemos podido tomar.
A Alexandra Grablewski, Suzanne Lenzer y Nidia Cueva, nuestro talentoso y apasionado equipo de fotografía y estilismo gastronómico: habéis dado vida a la alegría, el sabor y la belleza de las recetas Whole30, y estamos enamorados de todas y cada una de las apetecibles imágenes de este libro.
Estamos en deuda todos los días con nuestros familiares y amigos. Creísteis en nosotros cuando dejamos nuestros empleos estables para perseguir nuestra pasión, y rezasteis por nosotros hasta que pudimos permitirnos contar de nuevo con un seguro médico. A nuestros padres, hermanas y hermano, gracias por vuestro apoyo infinito, vuestras palabras de aliento, vuestros consejos. Al único miembro díscolo de la familia (tú ya sabes quién eres), ya va siendo hora de que hagas un Whole30. Y de parte de Melissa a Mel Joulwan, Stephanie Gaudreau, Michelle Tam y Julie Mayfield: nuestro pequeño grupo de correo electrónico me ha salvado la vida y la salud mental más de una vez. Os quiero a todas y os deseo lo mejor.
Tenemos la suerte de contar con amigos y colegas de una inteligencia extraordinaria, y damos las gracias por que se mostraran dispuestos a poner su cerebro, su nombre y su pasión al servicio de este proyecto, que pretende cambiar vidas. A Jamie Scott y a la doctora Anastasia Boulais, gracias por vuestros conocimientos científicos, por vuestros comentarios sarcásticos y vuestra disposición constante a ejercer de abogados del diablo. Somos colegas en todos los sentidos de la palabra y damos las gracias por ello. A la doctora Emily Deans le agradecemos que siempre nos haya dedicado su tiempo para responder preguntas, leer algún párrafo y aportar su impecable perspectiva: eres una buena amiga y la mujer más inteligente que conocemos. Al doctor Luc Readinger, gracias por ser el mayor defensor del Whole30 en la comunidad médica ordinaria. Nosotros (y sus pacientes) hemos contado con la bendición de conocerle, y nos alegramos de poder considerarnos amigos. A Stephanie Greunke, dietista: eres la combinación perfecta de alegría, inteligencia y sentido común. Gracias por tus contribuciones, que van mucho más allá de las páginas de este libro.
Y a nuestro increíble equipo del Whole30, de un talento desmesurado y una lealtad militante: Robin Strathdee, nuestra extraordinaria periodista y responsable de nuestras redes sociales: tú haces que nuestra comunidad esté tan viva. Gracias por poner tanto de ti en este libro. A Tom Denham, nuestro corrector, nuestro experto y nuestro Ígor de Winnie-the-Pooh. Tú eres el Whole30. Gracias, gracias, gracias. A Erin Tandley, has trabajado duro en este libro y te lo agradecemos. A Crystal Ellefsen y Kristen Crandall, vuestra ayuda, opiniones y apoyo ha sido de incalculable valor para nosotros y os agradecemos que hayáis formado parte de nuestro equipo.
A los pioneros que habéis allanado el camino de lo paleo (Robb Wolf, Mark Sisson, Loren Cordain y tantos otros), gracias por inculcar a la gente la idea de que es bueno comer comida de verdad y por poner unos cimientos que nos han permitido a muchos de nosotros divulgar nuestro mensaje compartido de salud, felicidad y vitalidad.
Y finalmente, lo más importante de todo: gracias a nuestra comunidad. A vosotros y a vosotras, lectores y lectoras de Whole30, participantes en el método, amistades virtuales… Lo sois todo. Sois nuestra motivación, nuestro apoyo, nuestro aliento, nuestra responsabilidad. Sin vosotros, sin vosotras, no existiría el Whole30. Os estamos eternamente agradecidos por estar presentes en nuestras vidas.
Anexo
Recursos
Esta primera parte de la sección de recursos incluye páginas web, libros de cocina y contenidos de redes sociales que nos gustan mucho, de personas con las que hemos desarrollado estrechas relaciones personales y profesionales. Es gente inteligente y con talento, experta en Whole30 por derecho propio. Han seguido nuestro método, ofrecen recursos específicos para seguir con éxito el Whole30 y realmente han captado muy bien el espíritu y la intención del Whole30.
No todo lo que aparece en sus páginas, libros de recetas y redes sociales es compatible con el Whole30, pero eso tú ya lo sabías, ¿verdad? Ellos no comen con arreglo al Whole30 siempre, y tú tampoco lo harás. No se trata de una crítica; de hecho, nos alegramos mucho de que sea así.
Todos nuestros amigos aquí citados son realistas y ejemplifican lo que debería ser la «vida después del Whole30»: alimentos casi siempre saludables, compatibles con el Whole30; caprichos cuando, donde y siempre que les parece que les merece la pena y les compensa; alimentos que para ellos merecen la pena y que han descubierto gracias a su experiencia con el Whole30. Esto lo recalcamos porque debes leer el contenido de estas páginas web, recetas y publicaciones de redes sociales con la misma atención que pones al leer las etiquetas de los productos antes de comprarlos.
En internet cualquiera puede decir que esto o aquello es «compatible» con el Whole30 o «aprobado» por el Whole30. Pueden hacerlo y, de hecho, lo hacen. La verdad es que nosotros nos hemos encontrado con espantosos postres dulces, salados y grasos; con batidos de proteínas que llevan suero de leche, e incluso con suplementos «quemagrasas» con etiquetas #Whole30 en Instagram. Moraleja: usa el sentido común para saber si algo es realmente «Whole30».
A menos que la fuente seamos nosotros (nuestra página web, este libro o los contenidos de nuestras propias redes sociales), no te fíes sin más de cualquier etiqueta que especifique «compatible con el Whole30». Aplica tu sentido crítico, lee atentamente las etiquetas/recetas/ingredientes, y decide si el producto en cuestión encaja o no con nuestro método.
La ventaja es que sí puedes confiar en que las páginas que enumeramos a continuación van a ser totalmente fiables cuando aseguran que algo en su web, su libro de recetas o sus redes sociales es 100 % compatible con el Whole30 (ya te lo hemos dicho, son expertos). Así que durante tu programa recurre a nuestra página web, a este libro, a los amigos que hemos enumerado aquí como fuentes básicas, y compleméntalos con aquello que te encuentres por la blogosfera…, pero con cuidado.