A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
ADVERTENCIA
Este libro es sólo una guía introductoria de la raza. Para criar un perro es necesario conocer a fondo su temperamento y tener nociones generales de psicología y comportamiento animal, que no están contenidas en la presente obra. Se advierte que si se orienta mal a un perro, este puede ser peligroso.
Por otra parte se recuerda que, lógicamente, sólo un profesional acreditado puede adiestrar a un perro y que cualquier intento de hacerlo por cuenta propia constituye un grave error.
Es obvio que bajo ningún concepto debe permitirse que los niños jueguen con un perro si el propietario no está presente.
Traducción de Gustau Raluy Bruguera.
Texto de la segunda parte de Florence Desachy.
Diseño gráfico de la cubierta de Design 3.
Fotografías de Paola Visintini, excepto cuando se indica lo contrario.
Dibujos del interior de Alberto Marengoni.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2019
© [2019] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64461-886-8
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Filippo Cattaneo
ELTERRANOVA
Índice
INTRODUCCIÓN
Cuando un Terranova entra en nuestra vida tarda poco en convertirse en un acompañante del que no podremos prescindir. Aunque no se trate de un hijo, un padre o una madre, se convertirá en un miembro más de nuestra familia, con todos los derechos y deberes que ello supone. Deberemos observar su temperamento, su modo de pensar y comportarse, de explorar lo que le rodea y a nosotros nos corresponderá intentar descubrir quién es y qué espera de nosotros.
La convivencia con un ser tan sencillo nos ayudará a ser mejores, ya que poco a poco aprenderemos a respetar y, en cierto modo, a comprender la naturaleza que nos rodea. Gracias a nuestro nuevo amigo, redescubriremos la tierra, el agua y el placer de pasear por el bosque o de leer a la sombra de un árbol.
Tal vez tengamos la casa un poco más sucia, pero nosotros nos sentiremos un poco más libres, más dispuestos a asumir las nuevas responsabilidades que comporta la tenencia de un perro.
Por otra parte, hemos de ser conscientes de que vivirá a nuestro lado durante los próximos 10 o 15 años, y que deberemos dedicarle a diario parte de nuestro tiempo para cuidarlo y hacer que se sienta a gusto en su nueva «manada». No olvidemos que él también tiene sentimientos.
Nuestro Terranova se convertirá rápidamente en un compañero de juegos inseparable y un buen «maestro» para los niños, puesto que les exigirá un trato respetuoso si quieren obtener algo de él.
Los orígenes
Alrededor del siglo XI la isla que actualmente se conoce como Terranova estaba habitada por tribus indias que criaban perros negros de manto impermeable muy apreciados por su carácter y aptitudes, ya que eran hábiles tanto en la caza como en la guarda y resultaban excelentes compañeros de niños y ancianos. Descendiente probablemente del moloso del Tíbet, este perro habría llegado al continente americano a través del estrecho de Bering (entre Siberia y Alaska) durante la gran migración del Pleistoceno.
Procedente de Europa llegaron otros perros, pertenecientes a una raza muy importante para la filiación del Terranova: el perro de osos de los vikingos, también molosoide, al que encargaban la guarda de los poblados o la caza del oso y del lobo. Uno de estos perros aparece descrito en la saga del rey Leif Erikson. Conocido como Oolum, era «de pelo manchado y oscuro, guardián de confianza, buen auxiliar en la caza, fiel y simpático amigo de los niños y de los ancianos, y valiente nadador».
Al parecer existían bastantes semejanzas entre ambas razas. Su cruce dio lugar a un perro de características físicas y comportamentales tan bien fijadas que se mantuvieron estables durante mucho tiempo a pesar de los probables cruces con otros perros de origen europeo, llegados a la isla de Terranova a partir del año 1600, en su mayoría retriever y mastines que acompañaban a las tripulaciones de los navíos ingleses, así como pastores del Pirineo procedentes de los pesqueros vascos que iban en busca de bancos de bacalao.
El perro de la isla de Terranova llegó a Europa a finales del siglo XVIII rodeado de una gran fama, pues era útil para el tiro de trineos y de carros de leña, la caza de lobos y, sobre todo, para el rescate en el agua. Gracias a su olfato extraordinario, podía «oler» la tierra a diez millas de distancia, y «guiar» la embarcación con ladridos, incluso dentro del espesor de la niebla. Además, sabía llevar un cabo hasta tierra, lo cual facilitaba las maniobras de amarre en aguas tempestuosas.
En el viejo continente la raza fue protagonista de numerosas acciones de salvamento, algunas de las cuales fueron muy conocidas. Quizá la más destacada fue el rescate de Napoleón Bonaparte, quien estuvo a punto de perecer ahogado cuando abandonó su confinamiento en la isla de Elba, cien días antes de la derrota de Waterloo.
Un siglo después, otro Terranova dio mucho que hablar: se llamaba Rigel y era propiedad del primer oficial del Titanic. Ladrando, y parece ser que también remando con las patas delanteras, condujo a salvo un bote de salvamento cargado de náufragos aterrorizados e incapaces de pedir auxilio. Gracias a él, otro barco pudo llegar al lugar del desastre y rescatar a los tripulantes que se habían arrojado al mar.
DESCUBRIR Y CONOCER AL PERRO
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EL «SEÑOR DE LAS AGUAS»
El Terranova es un perro de gran tamaño, con un manto que parece una chaqueta de marinero con el cuello acolchado.
Se trata de un animal al que le gusta la compañía, la gente y el ejercicio (sobre todo la natación). Al igual que un niño mimado, necesita ser siempre el centro de atención: es exhibicionista y muy vanidoso, hasta el punto de que puede «ausentarse» cuando no se ocupan de él. Sin embargo, su amor y dedicación por el hombre hacen que esté siempre pendiente de lo que pueda ocurrir cuando está a su lado.
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