¿ Es amor o es adicción ?
Brenda Schaeffer
¿ Es amor o es adicción ?
Hazelden
Center City, Minnesota 55012
Hazelden.org
©1987, 1992 por Hazelden Foundation
Derechos reservados. Publicado en 1987
Publicado en español por el Grupo Patria Cultural, SA de CV
En el 2012 Hazelden lo publicó en español.
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ISBN: 978-1-61649-472-8
Ebook ISBN: 978-1-61649-465-0
Prefacio
El amor es, simplemente, un hecho de la vida. Nadie escapa a sus efectos. Pero las razones de por qué se vive como una experiencia buena o mala no son en absoluto simples.
Como psicoterapeuta que ayuda a la gente a disminuir su dolor emocional, he descubierto que la mayoría de las personas con las que he trabajado se enfrentan al amor de alguna manera, sea el autoamor, el del padre o la madre por el hijo, o bien, la pérdida de algo o alguien amado o una relación amorosa que atraviesa por momentos difíciles.
También me he dado cuenta de que casi todos presentan tendencias adictivas. La mayoría de nosotros sabe que puede volverse adicto al alcohol y otras drogas, y que los métodos de la sociedad para tratar estas adicciones son cada vez mejores. Los programas que ponen énfasis en las bases médicas de tales problemas estimulan a la gente a sentirse más libre para buscar ayuda.
En mi opinión, hay otro tipo de adicciones que rara vez se reconocen o tratan y que hacen más difíciles nuestras vidas. Algunas se vuelven más graves que otras. La lista de las cosas a las que la gente se puede volver adicta incluye la comida, el ejercicio, el gasto de dinero, los cultos religiosos, la psicoterapia, la nicotina, el azúcar, la cafeína, el sexo, el juego, el trabajo, la televisión, el dolor, la enfermedad y los objetos amorosos. Quizá ustedes reconozcan entre ellas una obsesión propia.
El interés de este libro es facilitar la comprensión de la adicción al amor; cómo y por qué caemos en ella, cómo identificarla y, sobre todo, cómo superarla. Espero que hallen por lo menos una idea que cambie sus vidas significativamente. Este libro no intenta curar problemas específicos; sin embargo, creo que cuando tenemos una mayor conciencia de ellos podemos empezar a resolverlos más fácilmente. Entre más piezas del rompecabezas de la vida obtengamos, más felices y libres seremos. Espero que este libro les proporcione algunas de dichas piezas.
Agradecimientos
Un libro comienza como una idea creativa en la mente del autor. El camino desde la idea hasta la publicación es largo y a veces arduo. En mi camino hubo mucha gente que me apoyó y a la que deseo reconocer y dar las gracias. Quiero agradecer a Muriel James, Jean Clark y Patricia Daoust por alentarme a escribir; a mi hermano Michael Furtman; a mis amigos el doctor Bart Knapp y Lynnell Mickelsen por su revisión crítica del primer borrador. Aprecio profundamente su honestidad y aliento. Quiero agradecerle a Pam Miller su creativa edición. Nancy Barret, mi mecanógrafa, merece un agradecimiento especial por la milagrosa “traducción” de mi texto manuscrito a tipo legible. Gracias, también, a mi agente Vicky Lansky por su entusiasta apoyo y a mi secretaria Jan Johannes por trabajar a deshoras para poder cumplir las entregas.
Quiero dar las gracias a Jim Heaslip, Beth Milligan y Pat Benson, miembros de los Hazelden Educational Materials (Materiales Educativos Hazelden), que creyeron en mi libro y me alentaron a publicarlo. Asimismo, agradezco a los editores Judy Delaney y Brian Lynch por dedicarle tiempo e interés a mis percepciones y sentimientos.
Mi mayor agradecimiento quizá es para los pacientes que dedicaron su tiempo para dar vida y validez a la teoría sobre la que escribo; especialmente doy las gracias a los que escribieron sus historias para que otros puedan tener esperanza.
Gracias al reverendo Fred W. Hutchinson por su guía y apoyo espiritual y un agradecimiento especial a mis hijos Heidi y Gordy por aceptarme a mí y el tiempo que empleé en escribir este libro.
Y a Ted, un agradecimiento especial por la oportunidad de vivir el amor y la amistad de una manera ennoblecedora.
A mis hijos Heidi y Gordy para que puedan conocer un amor sano; a Ralph Furtman, mi padre, en agradecimiento por su apoyo e interés constantes; a mi difunta madre, Bernice Furtman, en reconocimiento por permitirme ser todo lo que puedo ser.
Un buen libro es flexible y maleable. Está hecho para discutir con él, ser puesto en tela de juicio y marcado. Es un campo de batalla para las ideas y debe mostrar alguna evidencia de la lucha o, al menos, de las escaramuzas preliminares. Es bueno para encender mentes. No es el principio y fin para una vida equilibrada y productiva, pero puede desencadenar pensamientos y acciones necesarias.
N ORMAN C OUSINS
Parte I:
La verdad acerca del amor adictivo
CAPÍTULO 1
El poder del amor
Amor sano
En su libro El arte de amar , el psicoanalista Erich Fromm, afirma que la mayoría de las personas que hacen el esfuerzo de amar fracasan a menos que hayan intentado desarrollar activamente su potencial y personalidad individuales. Este autor define al amor como “la expresión de la productividad [que] implica interés, respeto, responsabilidad ‘y conocimiento; un esfuerzo por crecer y hallar la felicidad de la persona amada, enraizado en la propia capacidad de amar”. Los conceptos que con frecuencia asociamos con el amor incluyen elementos como: afecto, interés, valoración, confianza, aceptación, entrega, alegría y vulnerabilidad. El amor es un estado del ser que emana de nosotros y se extiende hacia afuera. Es energía, es incondicional, es expansivo y no requiere de un objeto específico.
El primer amor que experimentamos viene de nuestros padres. Idealmente, el amor del padre o la madre afirma incondicionalmente la valía y vida del niño. Los padres satisfacen pronta y fácilmente las necesidades del niño y le brindan la sensación de “¡es bueno estar vivo!, ¡qué bueno que soy yo!, ¡es bueno estar con los demás!”
Stanton Peele y Archie Brodsky, autores de Love and Addiction (Amor y adicción), definen adicción como “un estado inestable del ser, marcado por la compulsión a negar lo que se es o se ha sido, que privilegia una experiencia nueva y estática”. La adicción, afirman, es “un tumor maligno de las inclinaciones humanas”. Nuestras necesidades son legítimas, y cuando le roban tiempo y atención a asuntos mucho más importantes, se convierten en adicciones. Los términos que a menudo asociamos con la adicción son: obsesivo, excesivo, destructivo, compulsivo, habitual, atado y dependiente. Y si se mira bien, algunas de estas palabras también se usan para hablar del amor. ¿Significa esto que el amor es un hábito que hay que dejar? No, en absoluto. Nuestra necesidad de experimentar el amor es real y nuestro propósito es dejar fuera de nuestras vidas elementos de dependencia que son enfermizos y procurar un amor sano. Las relaciones amorosas no son blancas o negras, sino que tienen tanto elementos buenos como malos. Hay dependencias sanas y dependencias enfermizas.