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Eduard Estivill - Duérmete, niño

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Eduard Estivill Duérmete, niño

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El 35 por ciento de los niños menores de cinco años padecen insomnio es decir - photo 1

El 35 por ciento de los niños menores de cinco años padecen insomnio, es decir, se resisten a acostarse y se despiertan varias veces cada noche. Ello puede tener graves consecuencias. Los niños se vuelven irritables e inseguros y, a medio plazo, acaban teniendo problemas para relacionarse con los demás; en los padres, el inevitable agotamiento puede perjudicar su vida conyugal.

Este libro, rigurosamente científico, no sólo explica cómo enseñarles a dormir bien desde el principio, sino que revela cómo acabar definitivamente con el problema del insomnio infantil mediante un sencillo método que ha funcionado en el 96 por ciento de los casos en los que se ha aplicado.

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Eduard Estivill & Sylvia de Béjar

Duérmete, niño

Cómo solucionar el problema del insomnio infantil

ePub r1.1

eltioramix 23.01.18

Título original: Duérmete, niño. Cómo solucionar el problema del insomnio infantil

Eduard Estivill & Sylvia de Béjar, 1995

Ilustraciones: Purificación Hernández

Diseño de cubierta: Lorman

Editor digital: eltioramix

ePub base r1.2

EDUARD ESTIVILL Barcelona España 1948 El doctor Eduard Estivill es el - photo 3

EDUARD ESTIVILL Barcelona España 1948 El doctor Eduard Estivill es el - photo 4

EDUARD ESTIVILL (Barcelona, España, 1948). El doctor Eduard Estivill es el responsable de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, España. En su consulta reciben tratamiento todas las alteraciones del sueño, como el insomnio de niños y adultos, los ronquidos con o sin apneas (paradas respiratorias durante el sueño), los sonambulismos, los terrores nocturnos, el jet lag, la narcolepsia, etcétera. Es decir, se atiende a personas que no duermen, que duermen demasiado, o bien que no dejan dormir. En su Unidad de Alteraciones del Sueño, de prestigio mundial, viene realizando un promedio de unas dos mil visitas al año, conjuntamente con sus colaboradores, los doctores Barraquer, Cilveti y De la Fuente. Además, todos ellos participaron activamente en programas de investigación y ensayos clínicos de nuevos medicamentos, y ejercen una gran labor de difusión en los medios de comunicación sobre la patología del sueño. Este libro es un ejemplo de ello. Por último, cuentan con un servicio de información donde se asesora sobre la necesidad o no de asistir a la consulta por una alteración específica.

Notas

[1] Aunque pocos, se dan casos en que los padres acaban rechazando a sus hijos, contra los que manifiestan actitudes agresivas: la mayoría de las veces verbales, aunque también físicas.

[2] Estos casos son reales. Al igual que todos los que relatamos en estas páginas, pertenecen al historial de algunos de nuestros pacientes, aunque por razones obvias se han cambiado los nombres.

[3] Una advertencia: los niños con problemas de sueño suelen comenzar a hablar temprano. Aprenden vocablos «clave» para lograr que sus padres les hagan caso. ¿Quién le niega agua a un hijo sediento? Pues enteraos, lo más probable es que no tenga sed.

[4] La «genial idea de los padres de Ana, quienes le compraron un televisor y un vídeo a una niña de dos años para lograr que durmiera, merece mención aparte: aunque “solucionándolo” como hicieron, aparentemente, se acabó el problema, resulta obvio que es una idea nefasta».

[5] Los bebes mayores de 6 meses que aún no han adquirido un buen hábito del sueño suelen padecer insomnio. Si es el caso de vuestro hijo, no sufráis; en el capítulo IV, «volver a empezar» os explicamos cómo enseñarle.

[6] Para saber más sobre qué es normal y qué no, podéis leer el capítulo VI «Cuestiones horarias».

[7] Normalmente, hará dos siestas: una tras el desayuno, de una o dos horas, y otra después de la toma del mediodía, de dos o tres horas.

[8] Para hacerlo aplicad la técnica que se explica en el capítulo IV. «Volver a empezar». Si se despierta una o dos veces, no puede considerarse que padezca un trastorno de sueño, pero también podéis reeducarlo.

[9] «El truco» de cansarlo hasta que caiga rendido es contraproducente: el paso previo a la aparición de la somnolencia es la relajación y, cuando lo agotamos, lo sobreexcitamos.

[10] En el capítulo VII «Otros problemas» nos referiremos a las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo, etc.

[11] Antes de poner el grito en el cielo porque vuestro hijo duerme menos, sabed que puede que no necesite más. Leed el capítulo VI «Cuestiones horarias».

[12] Si un niño sólo se despierta una o dos veces por noche, no podemos hablar de insomnio infantil ni considerarlo alarmante, pero esto no significa que no lo reeduquemos para que duerma de un tirón. Los padres también tienen derecho a dormir sin interrupciones.

[13] De hecho, deberíais estar convencidos de que lo que estáis haciendo es lo correcto y de que va a funcionar, porque esta técnica ha dado resultado en el 96 por ciento de los casos en que se ha aplicado. Teniendo en cuenta que los fracasos se han producido en hogares en que los padres no fueron capaces de mantenerse firmes en su actitud, está claro que os saldrá más a cuenta mostraros seguros y relajados y no dar vuestro brazo a torcer.

[14] Si por razones de trabajo llegáis tarde a casa y es una canguro, quien lo acuesta cada noche, será ella quien deba reeducar a Juanito. En definitiva, no importa quién lo haga siempre que lo haga bien.

[15] En realidad, el ciclo dura casi 25 horas, pero cada día vamos ajustándonos.

[16] Estamos totalmente a favor de la lactancia materna, pero no podemos aprobar que el pecho se convierta en un chupete. Los órganos humanos han de utilizarse para la función que les ha sido encomendada, en este caso, para amamantar al niño cuando sí tiene hambre, no como forma de consuelo.

[17] Lo ideal es que se vaya a la cama entre las 20.00 y las 20.30 horas en invierno y entre las 20.30 y las 21.00 en verano.

[18] Dos horas de «regalo» deberían pareceros suficiente. Pedir que aguante más es demasiado.

[19] Aunque la enuresis (hacerse pipí en la cama) se produce mientras el niño está durmiendo, no es un trastorno relacionado con el sueño, por lo que no es un problema que suelen tratar los especialistas en este campo, sino los pediatras.

[20] Si el niño duerme desde las 20.00 horas hasta las 8.00 del día siguiente, la primera mitad de la noche es la que se prolonga desde la hora de acostarse hasta las dos de la madrugada, y la segunda mitad, el tiempo restante.

Prólogo

Para padres desesperados…

PREGUNTA: ¿Por qué hemos de creer que este libro nos va a arreglar la vida si hasta la fecha todos los consejos que nos han dado para que nuestro hijo durmiera no han servido de nada?

RESPUESTA: Porque este método ha funcionado en el 96% de los casos en que se ha aplicado y, gracias a él, miles de pequeños ya duermen de un tirón… y con ellos, sus padres.

… Y para padres de recién nacidos

PREGUNTA: ¿Por qué nos puede interesar este libro?

RESPUESTA: Porque todos los padres sueñan con tener un bebé que duerma de un tirón y no dé problemas y, si le enseñáis desde un principio, lo tendréis.

I

NUESTRO HIJO NO DUERME, NOSOTROS TAMPOCO

(sobre cómo nos afecta la falta de sueño)

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