Joan Antoni Martín Piñol - El gran tratado de la caca

Dicen que la muerte es igual para todos. Pero es falso, porque hay muertes plácidas y muertes abominablemente dolorosas. Hay gente que muere en un palacio y otros, en alcantarillas pestilentes mucho antes de lo que les tocaría. Así que en el estado mortuorio todavía hay clases sociales. En cambio, la caca es tan democrática como el hecho de respirar. La caca nos iguala y nos hermana. Pero nuestra sociedad, en lugar de celebrarlo como se merecería, lo esconde como un tabú.

Joan Antoni Martín Piñol

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Titivillus 11.08.17

Joan Antoni Martín Piñol, 2016

Ilustraciones: Enric Jardí

Editor digital: Titivillus

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JOAN ANTONI MARTÍN PIÑOL (Barcelona, 1979)

Se ha pasado media vida leyendo en el váter. Y dado que las comidas con salsas fuertes son su kriptonita, también se ha pasado un cuarto de vida más usando el váter. Sin embargo, también ha tenido tiempo de convertirse en uno de los nuevos referentes de la literatura infantil y juvenil de este país, con más de 20 libros publicados. Ganador del Premio Ramón Muntaner 2015 por la novela de superhéroes Pizzaboy, su serie de humor y zombis para niños, La cocina de los monstruos (Destino infantil y juvenil), se ha publicado también en China, Brasil, México, Argentina y Portugal, y se preparan las adaptaciones audiovisual y teatral. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pompeu Fabra, ha trabajado como guionista en series de gran audiencia (Gran Nord y El cor de la ciutat) y en programas emblemáticos, como el infantil Club Super3, el late night Noche sin tregua y el concurso Saber y ganar. Como siempre ha sido una persona inquieta y es un autónomo que sabe que las facturas no siempre se pagan cuando toca, también ha hecho de humorista en Paramount Comedy, de codirector y presentador del programa In Situ (TV3), de colaborador en un montón de emisoras (Catalunya Ràdio, Racl, Com Ràdio, Los 40 Principales…) y de profesor del Máster de Guion de la UAB, del Taller de Guionistas y de la Fundación Autor/Sgae.

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ENRIC JARDÍ (Barcelona, 1964)

Es un prestigioso diseñador gráfico formado en la escuela Elisava, de la que acabó siendo profesor. Obtuvo el Premio Nacional de Cultura en el apartado de diseño de 2009, además de acumular galardones tan importantes como los Laus, ED Awards y D&AD. Su participación en este volumen es un claro indicativo de la importancia antropológica y de seria ambición de las investigaciones mierdosas de la Agencia de Estudios Fecales (AEF). Su trabajo se ha centrado sobre todo en diseñar revistas, portadas de libros, ilustraciones e imágenes corporativas, y ha trabajado para clientes tan importantes como The New York Times, The Chicago Reader, Generalitat de Catalunya, CCCB, Diputación de Barcelona, Ayuntamiento de Barcelona, Fundación La Caixa, Grup 62, Grupo Planeta, La Vanguardia, MACBA… Antiguo presidente de la Asociación de Directores de Arte y Diseñadores Gráficos ADG-FAD, es autor de los libros Veintidós consejos sobre tipografía (que algunos diseñadores jamás revelarán) y veintidós cosas que nunca debes hacer con las letras (que algunos tipógrafos nunca te dirán) y Pensar con imágenes. Actualmente es director del Máster de Tipografía Avanzada de la escuela Eina y profesor de másteres en la Universidad Ramón Llull, la escuela Elisava y la Universidad de Lapland (Finlandia). Le ha dado tiempo de hacer todo esto porque nunca lee en el váter.

D icen que la muerte nos iguala a todos. Pero es falso, porque hay muertes plácidas y muertes abominablemente dolorosas. Hay gente que muere en un palacio y otra en cloacas pestilentes mucho antes de lo que le tocaría. Así que en el estado mortuorio aún hay clases sociales.

En cambio, la caca es tan democrática como el hecho de respirar.

Ricos y pobres, presidentes del gobierno y mendigos, célebres estrellas de Hollywood y el peor actor que ensaya para hacer la función de fin de curso… todos defecan.

Todos, en los momentos más importantes de su carrera, con sobredosis de poder y admiración, o en los momentos más tristes y angustiosos de su vida, han tenido que ir al lavabo, se han bajado los pantalones, se han sentado en la taza y por unos minutos se han olvidado de todo y de todos recuperando la conexión fisiológica con la naturaleza.

Y eso ha pasado durante siglos y seguirá pasando, aunque en el futuro la humanidad tenga coches voladores, colonice otros planetas o en vez de papel de váter haya androides que limpien el ano con un rayo sónico aromático y suave.

La caca nos iguala y nos hermana.

Pero nuestra sociedad, en vez de celebrarlo como se merece, lo esconde como un tabú.

Está estipulado socialmente que es de triunfadores anunciar a los cuatro vientos los sueldos espectaculares, las conquistas amorosas o las vacaciones exóticas.

Y en cambio, se considera de mal gusto celebrar la regularidad y pasión excretora y compartirlas en un encuentro con amigos o en una cena de empresa.

Hoy nos sentimos avergonzados si alguien nos encuentra o nos oye en el lavabo o incluso si nos ve caminando hacia él, pero hasta la época victoriana no se vivía este sentimiento de culpa y la gente defecaba tranquilamente en orinales delante de sus familias o en comunas compartidas por los vecinos.

Nuestro equipo espera, por tanto, que este ensayo cambie las cosas y se sacuda el oscurantismo al que la mierda se ha visto abocada durante tantos años.

Este libro, escrito con amor, dedicación y rigor, es el fruto colectivo de todos los integrantes de la Agencia de Estudios Fecales (AEF) que se han pasado la vida cagando y escribiendo.

La AEF fue fundada el año 1979 por un grupo de estudiosos universitarios que se rebeló contra el rutinario sistema educativo y promovió una intensa campaña de estudio, tanto biológico como antropológico, de un elemento fundamental para la vida en nuestro planeta. Después de diversas polémicas internacionales, poco a poco nuestro departamento se ha ido ganando un lugar de honor entre la comunidad científica y académica, ha recibido numerosos galardones y con éstos ha conseguido fondos para experimentos y estudios que las grandes empresas se negaban a financiar.

El volumen que ustedes tienen en las manos es una compilación, accesible también para el gran público, de todos nuestros descubrimientos y de las metas logradas por nuestro equipo en las últimas décadas de trabajo.

Precisamente por esta voluntad didáctica universal, a veces hemos tenido que simplificar bastante los conceptos y la complejidad de nuestras investigaciones, para acercarnos a un público menos acostumbrado a los tecnicismos.

No afirmamos, con esto, que el público general sea simple o poco digno de nuestro trabajo.

Simplemente, para que el contenido sea menos académico, se ha procurado mantener un estilo ligero, a ratos irónico, mediante capítulos breves que permiten la lectura y el estudio de este volumen según las disposiciones vitales, laborales y personales de cada uno de los lectores.