BREVIARIOS
del
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
LA TIERRA Y LAS ENSOÑACIONES
DEL REPOSO
LA TIERRA Y LAS ENSOÑACIONES
DEL REPOSO
Ensayo sobre las imágenes
de la intimidad
por GASTON BACHELARD
Traducción
RAFAEL SEGOVIA
Primera edición en francés, 1948
Primera edición en español, 2006
Primera reimpresión, 2014
Primera edición electrónica, 2014
Diseño de portada: Laura Esponda
© 1948, Editions Corti
Título original: La terre et les rêveries du repos.
Essai sur les images de l’intimité
D. R. © 2006, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.
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ISBN 978-607-16-2553-3 (mobi)
Hecho en México - Made in Mexico
NOTA DEL TRADUCTOR
La indagación que lleva a cabo Bachelard a lo largo de toda su obra es por necesidad una práctica multidisciplinaria de índole muy singular: aprovecha el rigor lingüístico del filólogo, cruza los territorios de alta tensión significativa del psicoanálisis, acude al rico acervo histórico de las antiguas culturas y al habla popular con su calidez expresiva, haciendo converger todos esos caminos y otros más, recorridos por su extensa erudición, en el campo fértil de su propia inteligencia intuitiva.
Todo ello resulta en usos del lenguaje poco convencionales y, en gran número de casos, “hechos a la medida” para expresar tal o cual campo conceptual, describir tal o cual realidad; usos que se hallan muchas veces en un “entre dos”, en un área indefinida o ambivalente de los léxicos comunes. Sin mencionar la coloración característica que le da a su estilo el uso de terminologías de la tradición alquímica, de la botánica o la zoología, y otras jergas oriundas de diversos oficios, o simplemente de la memoria popular.
Esa modalidad de uso del lenguaje, precisa pero poco apegada a la norma, rigurosa e inventiva a la vez, obliga al traductor a buscar el mayor respeto posible a las peculiaridades de uso del autor, en ocasiones acercándose al límite de lo permisible en la lengua “de llegada” y hasta rebasándolos aquí y allá.
Destacan entre las peculiaridades estilísticas del autor un uso peculiar —y sin duda significante— de la puntuación, un trabajo de “recuperación” etimológica de palabras usuales, un empleo “transitivo” de ciertos sustantivos, o “sustantiva” de algunos verbos, entre otras. Todas ellas contribuyen a devolver a ciertas palabras su fragancia original, e infundirles funciones más dinámicas o “vibrantes” en el discurso.
Así pues, el lector encontrará en diversos puntos de este texto una variedad de “usos límite” del español, que responden a las pequeñas transgresiones o tergiversaciones de las normas de la lengua francesa en que incurre Bachelard. Esperamos que esta relativa libertad contribuya a transmitir la fineza conceptual de este gran autor.
R. S.
PREÁMBULO
La terre est un élément très propre pour cacher et manifester les choses qui lui sont confiées.
Le Cosmopolite
I
Hemos iniciado el estudio de la imaginación material del elemento terrestre en un libro que acaba de publicarse: La tierra y los ensueños de la voluntad. En él hemos estudiado sobre todo las impresiones dinámicas o, más precisamente, las solicitaciones dinámicas que despiertan en nosotros cuando formamos las imágenes materiales de las sustancias terrestres. En efecto, tal parece que las materias terrestres, desde el momento en que las tomamos con mano curiosa y valerosa, estimulan nuestra la voluntad para trabajarlas. Por ello hemos creído poder hablar de una imaginación activista y hemos dado numerosos ejemplos de una voluntad que sueña y que, soñando, le da un porvenir a su acción.
Si fuera posible sistematizar todas estas solicitaciones que nos llegan desde la materia de las cosas, rectificaríamos —nos parece— lo que hay de demasiado formal en una psicología de los proyectos. Distinguiríamos entre el proyecto del contramaestre y el proyecto del trabajador. Se entendería que el homo faber no es un simple ajustador, sino que además es modelador, fundidor y herrero. Quiere obtener, en su forma exacta, una justa materia, la materia que pueda realmente sostener la forma. Vive, mediante la imaginación, ese sostén; ama la dureza material, única que puede darle duración a la forma. Y entonces el hombre está como despierto para realizar una actividad de oposición, actividad que presiente y prevé la resistencia de la materia. De tal forma se funda una psicología de la preposición contra que va desde las impresiones de un contra inmediato, inmóvil y frío, hasta un contra íntimo, un contra protegido por varios atrincheramientos, un contra que nunca deja de resistir. Así pues, al estudiar en el libro anterior la psicología del contra, iniciamos el examen de las imágenes de la profundidad.
Pero las imágenes de la profundidad no llevan solamente esa marca de hostilidad; tienen también aspectos acogedores, aspectos invitantes y toda una dinámica de atracción, de atraimiento, de llamado, que ha sido un tanto inmovilizada por las grandes fuerzas de las imágenes terrestres de resistencia. Nuestro primer estudio de la imaginación terrestre, escrito bajo el signo de la preposición contra, debe pues ser 7
completado por un estudio de las imágenes que se encuentran bajo el signo de la preposición dentro.
Dedicamos el presente texto al estudio de estas últimas imágenes; se presenta, por lo tanto, como continuación natural del anterior.
II
De hecho, al escribir estos dos libros no hemos intentado separar de manera absoluta los dos puntos de vista. Las imágenes no son conceptos. No se aíslan en su significación.
Precisamente tienden a rebasar su significación. La imaginación es entonces multifuncional. Por no tomar sino los dos aspectos que acabamos de distinguir, resulta que debemos reunirlos. En efecto, es posible sentir en acción, en muchas imágenes materiales de la tierra, una síntesis ambivalente que une dialécticamente el contra y el dentro y que muestra una solidaridad innegable entre los procesos de extroversión y los procesos de introversión. Desde los primeros capítulos de nuestro libro La tierra y losensueños de la voluntad, mostramos con cuánta rabia deseaba la imaginación explorar la materia. Todas las grandes fuerzas humanas, aun cuando se despliegan de forma exterior, son imaginadas en una intimidad.
Consecuentemente, así como en el libro anterior no esperamos para tomar nota, en ocasión de encontrar determinadas imágenes, de todo lo que pertenece al campo de la intimidad de la materia, del mismo modo no olvidaremos, en el presente texto, lo que pertenece a una imaginación de la hostilidad de la materia.
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