ADVERTENCIA
«Lo obvio era que el disco atravesaba el espacio a lomos de una tortuga gigante, y que los dioses tenían la costumbre de rondar por las casas de los ateos para destrozarles las ventanas».
TERRY PRATCHETT,
«Mundodisco: El color de la magia».
Este ensayo trata de ofrecer una respuesta a por qué en pleno siglo XXI ha regresado con fuerza la vieja y absurda teoría acerca de que vivimos en una Tierra Plana. Sí: literalmente. Existen muchísimas personas en todo el mundo, actualmente, que creen que la Tierra no es esférica, sino plana, y que una gigantesca Conspiración (liderada por la NASA y con cientos de políticos, científicos y personajes históricos metidos en el ajo) trata de ocultárnoslo.
Si usted desconocía la existencia de semejante teoría, le aconsejo que se aleje del asunto, porque resulta ciertamente desesperante, y seguramente le llevará definitivamente a abandonar la poca fe que le quedaba en la especie humana y en el sistema educativo.
Reconozco que el esfuerzo por construir un modelo de Tierra Plana (TP) razonable, que explique más o menos los fenómenos que sucederían en nuestro planeta si este tuviese forma de disco, en ocasiones es encomiable y lleno de ternura y ciertamente interesante. Aplaudo y admiro la actitud crítica, y a quien decide partir de cero, investigar por sí mismo, poner en duda todo lo establecido y desconfiar de los poderes fácticos y las grandes élites que dominan el mundo; pero el lector común ha de saber que en absoluto es lo que sucede, mayoritariamente, con el TP-zombie, que repite consignas lanzadas por jóvenes e ignotos youtubers, y muestra una soberbia grandiosa y una exasperante carencia de conocimientos básicos, así como un desprecio a los que no piensan igual a quienes nos consideran adoctrinados por la citada Conspiración. Trataré de explicar por qué, desde el título, considero que existen muchos paralelismos entre abrazar la Teoría de la TP y ser absorbido por una secta new age. Tras varios meses participando en foros y conversando con seguidores de lo TP, si de algo me convencieron es de que su tesón y fidelidad sería la envidia de los acólitos del Reverendo Jim Jones, y de que se consideran poseedores de un conocimiento genuino y especial, mientras que el resto de los siete mil cuatrocientos y pico millones de personas vivimos engañados, adocenados y adormecidos, y deberíamos «despertar».
No pretendo ofrecer aquí una serie de pruebas exhaustivas que refuten, una por una, las teorías conspirativas de los terraplanistas, ya que eso es trabajo que debería haber hecho la Educación Primaria, y nuestra propia observación del cielo un día cualquiera despeja la mayoría de dudas. En el proceso, además, me sentía profundamente ridículo intentándolo. En internet hay muchísimos ejercicios de refutación sencillísimos: vídeos, artículos, documentales y mucha más información de consulta de la necesaria. Y por supuesto, existen las bibliotecas y las librerías, algo que también sospecho que desconocen los habitantes de la Tierra Plana (citaré bibliografía a lo largo de todas las páginas). En mi opinión, quien ha decidido traspasar la barrera de la duda razonable y abrazar el Terraplanismo, no solo necesita, generalmente, que le refresquen conceptos básicos, sino que ha entrado en un estado de disonancia cognitiva similar al que sufren quienes creen que su perro les habla o que existen los gnomos. El terraplanista huye de todo conocimiento «oficial» y de todo lo que dicen los libros de texto (sin haberlos leído necesariamente), está convencido de que todas las figuras históricas eran malvados francmasones, niega la teoría de la Evolución, la de la Gravedad, el cambio climático, el Heliocentrismo y el principio copernicano, la existencia de los dinosaurios, y por supuesto la llegada del hombre a la Luna. De hecho, no existe la Luna tal y como nos la han «vendido», ni el espacio exterior, ni los satélites, ni la Antártida, ni los eclipses, ni los solsticios, ni prácticamente nada; o bien han ido creando una retorcida coartada que trata de explicar algunos de estos fenómenos, de manera burda y fácilmente refutable. El terraplanista, como veremos, vive literalmente dentro de una gigantesca burbuja con base plana estancada sobre un indefinido Éter.
Si es usted terraplanista, este texto no le va a ayudar, sino que probablemente le va a ofender mucho en sus creencias más íntimas, ya que expone no solo las razonables dudas o carencias formativas que puedan mostrar los terraplanistas, sino también la catarata de burdas mentiras sobre las que cimentan sus teorías los líderes espirituales de este movimiento moderno que se expande por YouTube. Dudo que nadie que crea en esta teoría se decida a leer un texto como este. Y si es la primera vez que escucha hablar de esta teoría, y decide seguir investigando en medios alternativos pro-TP a pesar de sus frágiles convicciones, corre usted el riesgo de entrar en La Capilla Peligrosa y convertirse en un TP-zombie.
El objetivo de este ensayo, cien por cien terraglobista, es el mero entretenimiento a costa de la Conspiranoia Pop. Como todos los lanzamientos de Libritos Jenkins, esto solo es un divertimento en torno al lado más naïf de todo esto: los personajes más curiosos, las teorías más extrañas, el hermoso origen victoriano y contracultural del Terraplanismo moderno, las fantasías cartográficas más rimbombantes, la pseudociencia bizarra, el tecnopaganismo y el tecnofundamentalismo religioso, la hiperstición, las meme wars, la política extrema o el sincromisticismo cuqui. Abordaremos el asunto con humor, con una inevitable condescendencia y quizá incluso con cierta crueldad, pero tratando de comprender la extraña mentalidad terraplanista, ya que, en realidad, algo verdaderamente muy preocupante subyace debajo de todo este asunto.
Dicho todo esto, pase página bajo su propio riesgo.
New Standard Map of the World (1892), de Alexander Gleason
AGRADECIMIENTOS
A mi mamá. A Jan, Eratóstenes, Robert Anton Wilson, G. Raalc, Dani DeFreeze, al blog Refutando la Tierra Plana (http://refutandotp.blogspot.com), al canal de YouTube Alerta Pastores Masones Infiltrados y a la tortuga «Gran Caipi».
Esta es una versión digital, que solamente contiene el texto íntegro del libro original, que estaba llena de dibujitos, tebeítos e ilustraciones en todas las páginas.
«De todas las cosas que conozco, las que más me gustan son los libros».
NIKOLA TESLA
Óscar Alarcia (Madrid, 1978), Frunobulax o Fruno en algunas redes sociales, es ama de casa, fan de Spider-Man, Homer Simpson y Clark Carrados. Está al frente de la editorial Libritos Jenkins, donde publica de vez en cuando densos fanzines sobre cultura popular. También tiene un programa musical semanal en la radio libre (Reunión de Majorettes), escribe en varios blogs (Breviario para dipsómanos, FrunoSimpsons), pincha rock en algunos bares y es miembro de Dramáticas Aventuras Trimestrales Ilustradas, la Bolsilibro Appreciation Society y el Ejército Simbiótico de Liberación. Todo ello en su tiempo libre, claro.
LA TIERRA PLANA
«Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol».
APOCALIPSIS 7:1
«La Tierra es un PLANETA, no una REDONDETA, ¿es que no lo ves, Cabezaglobo? ¿Qué más pruebas necesitas?