Índice
Te damos las gracias por adquirir este EBOOK
Visita Planetadelibros.com y descubre una nueva forma de disfrutar de la lectura
¡Regístrate y accede a contenidos exclusivos!
Próximos lanzamientos
Clubs de lectura con autores
Concursos y promociones
Áreas temáticas
Presentaciones de libros
Noticias destacadas
Comparte tu opinión en la ficha del libro
y en nuestras redes sociales:
Explora Descubre Comparte
Agradezco a Martin Morgenstern la revisión de algunos capítulos y su disponibilidad para acompañar con una mirada crítica la redacción de este libro.
Robert Zimmer
E ste libro viene con manual de instrucciones porque no está escrito para ser leído en el sentido habitual, sino para ser utilizado. Es un libro de filosofía, pero no un tratado filosófico. Tampoco es un libro de texto, lo cual no significa que no haya nada que sacar ni que aprender de él. Sin embargo, cada lector debe confeccionar su propio menú. La carta es una invitación al autoservicio. Advertido queda quien desee leerlo a la manera tradicional: en este libro no hay un camino previamente trazado, ni un texto corrido cuya comprensión requiera una lectura progresiva, desde la primera hasta la última página.
En su lugar, la oferta es variada: un arsenal de información, propuestas y ejercicios; es decir, materiales que invitan a pensar y que están ordenados de una forma determinada, pero que también pueden combinarse de muchas maneras.
Ahora bien, aquí no basta con comprar y leer sin más. La filosofía como gimnasia mental es un libro que se asemeja a un taller práctico y que requiere una participación activa. Se accede a él como quien entra en un taller donde espera encontrar los instrumentos y los materiales que busca. Filosofar significa «pensar por uno mismo»: uno desea conocer determinadas ideas, pero también tener ideas propias. Uno no se conforma con recibir ciertas instrucciones de montaje, sino que quiere construir algo con sus propias manos, resolver un problema de forma autónoma. Quien filosofa practica siempre el método del ensayo y error, y experimenta con sus propios modelos y prototipos.
Por tanto, no es de extrañar que un libro de filosofía pueda concebirse como un taller práctico. La filosofía está llena de cuestiones y problemas no resueltos. Para quienes opinen que pensar no es sinónimo de esfuerzo, sino de placer, y disfruten resolviendo no solo crucigramas, sino también los misterios fundamentales de la existencia humana, dichos problemas suponen un desafío voluntario. Quien accede a este taller en forma de libro ya ha aceptado el reto de practicar filosofía como gimnasia mental .
Pero ¿qué es lo que va a encontrar en el taller?
Una oferta selecta, aunque no definitiva: información sobre los proyectos arquitectónicos que acometieron los distintos maestros de la filosofía, sobre los instrumentos que idearon para llevarlos a término, hasta dónde llegaron con ellos y qué obras acabadas e inacabadas nos legaron. Ahora bien, aquí no se pretende abarcarlo todo: no se menciona a todos los filósofos importantes, todas las teorías fundamentales ni tampoco todos los problemas filosóficos. Este libro no aspira a cubrir todo el espectro de temas que aborda la filosofía académica. También se ha prescindido de los instrumentos complejos cuyo uso requiere no solo una formación específica, sino también mucha práctica.
Por continuar con el símil, este libro no se dirige al maestro filósofo instalado en la academia, sino al aprendiz y aficionado a la filosofía que practica en casa, a quien quiera echar un vistazo para saber en qué consiste la filosofía y se anime a resolver algún que otro problema. Por ello se ha intentado trazar unos planos comprensibles y ofrecer una serie de herramientas útiles y manejables a la vez. Cuando es necesario se incluye un manual de instrucciones. Al igual que en cualquier otro taller, uno puede buscar por sí mismo los instrumentos que necesita y también combinarlos entre sí. Además puede usarlos para distintos fines.
En otras palabras: este libro se limita a exponer algunos problemas filosóficos, todos ellos fundamentales; ofrece información sobre cómo se han abordado dichos problemas a lo largo de la historia de la filosofía y proporciona unas pautas para pasar a la acción en forma de ejercicios, rompecabezas mentales y sugerencias que estimulen el intercambio de argumentos.
Cada uno de los capítulos de este libro puede leerse de forma independiente. El lector será el encargado de establecer el orden; no obstante, a continuación se ofrece una pequeña guía sobre dónde encontrar qué.
Los primeros capítulos tienen por objeto hacer un pequeño recorrido por el taller. Los principiantes disponen de una breve introducción sobre qué es la filosofía y cuáles son los temas que trata. Quienes ya tengan experiencia, pueden saltarse este capítulo.
Después la cosa se vuelve más concreta: ¿de qué problemas estamos hablando y —muy brevemente— qué ha pasado con ellos a lo largo de la historia de la filosofía?
A continuación, antes de dedicar cada capítulo a un problema filosófico fundamental, en el capítulo 4 dirigimos la mirada a esa época de la filosofía en la que todo comenzó y que marcó nuestra manera de entender la disciplina: la Antigüedad y, más concretamente, la filosofía de la antigua Grecia. Todo el que escarbe en busca de las raíces de la filosofía llegará en algún momento a esta época.
El lector experimentado también puede saltarse este capítulo sin mayor problema. Ahora bien, si no lo hace, tal vez compruebe con asombro cuán poco de lo que hoy nos preocupa en términos filosóficos es realmente novedoso, y hasta qué punto seguimos transitando por la senda que trazaron los filósofos griegos.
Así se pone fin al recorrido introductorio. A partir de aquí, el lector podrá familiarizarse de un modo más exhaustivo con determinadas cuestiones. El capítulo 5 ofrece un cursillo acelerado sobre cómo utilizar la caja de herramientas de la filosofía, es decir, las cuestiones relacionadas con el lenguaje y la lógica. Luego llegan los huesos más duros de roer: ¿qué papel desempeña Dios en la filosofía? (cap. 6); ¿cuál es la visión del mundo que se nos ofrece? (cap. 7); ¿existen leyes universales que nos ayuden a comprender qué es necesario, posible o aleatorio? (cap. 8), y ¿a qué nos referimos los seres humanos cuando afirmamos tener conciencia, mente e incluso alma? (cap. 9).
Los dos últimos capítulos tratan cuestiones relacionadas con la conducta humana. Es sabido que los animales no se preguntan si actúan bien o mal, adecuada o inadecuadamente. El ser humano sí lo hace. Y cuando queremos llegar al fondo de la cuestión interviene la filosofía con preguntas como: ¿qué es la justicia? (cap. 10), o planteamientos sobre la justificación de la moral y la medida de la felicidad (cap. 11).