Albert Espinosa nació en Barcelona en 1973, y es actor; director; guionista de cine, teatro y televisión e ingeniero industrial químico. Ha superado el millón de ejemplares vendidos de toda su obra. Sus libros Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven, Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo y El mundo amarillo se han traducido en todo el mundo. Es creador de las películas Planta 4ª, Va a ser que nadie es perfecto, Tu vida en 65’, No me pidas que te bese porque te besaré y Héroes. Colaborador habitual de programas de radio, también escribe semanalmente una columna en El Periódico de Catalunya. Asimismo es creador y guionista de los 13 capítulos de la exitosa serie de televisión Pulseras rojas, basada en su libro El mundo amarillo y en su propia vida y lucha contra el cáncer. Pulseras rojas fue galardonada con el premio al mejor guión en los Seoul International Drama Awards, y estuvo nominada a la mejor serie en los Prix Europa en 2011.
Prólogo:
«Cuidado, este libro es Albert, si entras en él, no querrás salir»
Albert tiene el espíritu curioso de Sherlock Holmes y la apariencia de Watson. Su perfecto desaliño al vestir te hace sospechar de si se lo ha preparado antes de salir de casa. Es raro hasta para ser coqueto.
Una de sus aficiones preferidas es mirar. Entra sin permiso por las ventanas de tus ojos y obtiene toda la información que necesita. Su sensor emocional es casi infalible y cala al ser humano, con la facilidad de esas cajas de supermercado que saben el precio del producto con sólo leer el código de barras. Cuando acierta sabe de ti mucho más que tú.
Albert le ha ganado varias batallas a la muerte, por eso sus historias rebosan tanta vida. Es hiperactivo, prefiere perder sueño a perder experiencias. Su velocidad mental es de vértigo. Si quieres contarle algo tiene que ser muy bueno o muy rápido.
Si deseas captar su interés, no le cuentes tu vida, deja que la descubra él. Es otra de sus aficiones preferidas.
Le encanta provocar pero lo hace con la intención de normalizar. Me hizo una prueba para su última película: No me pidas que te bese porque te besaré, en la que teníamos una secuencia en una piscina ficticia. Acababa de conocerlo. De repente se quitó la pierna ortopédica. Lo hizo con tanta normalidad que eché mano de la mía a ver si podía hacer lo mismo. Fue un acto histérico, intentaba aparentar normalidad pero la escena me descolocó. Él se dio cuenta y con la misma normalidad con que se había quitado la pierna izquierda, empezó a hablarme de uno de los temas más recurrentes en su peli/vida: el universo de las pajas. Conectamos de inmediato. Olvidé la prueba, olvidé la pierna, olvidé que él era el director y me encontré con un colega que hablaba de sensaciones que yo compartía.
Aparenta treinta años pero lleva más de quince repitiendo adolescencia. De ahí su frescura. De ahí su limpieza. De ahí que siga pensando que si puede imaginarse, puede hacerse.
Albert es poderoso porque no se rinde nunca. Y como último recurso negocia: cambia pierna y pulmón por vida. Ha aprendido a perder con el único objetivo de ganar. Y se hace más fuerte. Y sale a saciarse de vida. Y escribe obras de teatro, largometrajes, series de televisión, novela… Y usa con maestría el humor para contarnos un drama. Y junta la realidad más cercana con nuestros sueños más lejanos. Y viene a decirnos que la única minusvalía es la emocional y que vivimos en una sociedad que no comparte sentimientos.
Albert habla de un mundo al alcance de todos y que tiene el color del sol: el mundo amarillo. Un sitio cálido donde los besos pueden durar diez minutos, donde los desconocidos pueden ser tus mejores aliados, donde el contacto físico pierde su connotación sexual, donde el cariño es algo tan cotidiano como comprar el pan, donde el miedo pierde su significado, donde la muerte no es eso que les pasa a los demás, donde la vida es lo más valioso, donde todo está donde tú quieres que esté.
Este libro habla de todo esto, de todo lo que sentimos y no decimos, del miedo a que nos quiten lo que tenemos, de reconocernos enteramente y apreciar quiénes somos cada segundo del día. ¡Larga vida a Albert!
E LOY A ZORÍN ,
actor
Mi inspiración
Gabriel Celaya era ingeniero industrial y poeta. Yo soy ingeniero industrial y guionista. Ambos somos también zurdos. Hay algo en su poema «Autobiografía» que me engancha hasta la médula y me toca el esófago. Y creo que es porque en ese poema creó su mundo. Su mundo, el «mundo Celaya». No hay nada que me atraiga más que la gente que crea mundos.
Y es que ese poema está compuesto por prohibiciones, prohibiciones que crean una vida. Prohibiciones que marcaron su vida. De alguna manera, si quitásemos esas prohibiciones encontraríamos su mundo. Lo que él piensa que debería ser su mundo. Son un montón de «noes» que excluyen lo que no desea para encontrarnos con un montón de «síes». Me gusta esa manera de ver la vida.
Como hizo él en «Autobiografía», yo intentaré dividir este inicio del libro en: «Para empezar», «Para seguir», «Para vivir» y «Morir». Serán cuatro bloques que, como él predijo, forman lo que es la vida de cualquiera de nosotros.
Por si no conocéis el poema, a continuación podéis gozar de él:
A UTOBIOGRAFÍA
No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.
Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.
¿Le parece a Ud. correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.
No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay sí, no respires! Dar el no a todos los «no»
y descansar: Morir.
G ABRIEL C ELAYA
¿El porqué de este libro?
Siempre deseé hablar del mundo amarillo, de lo que yo llamo mi mundo, el mundo en el que habito. Si algún día ves alguna película mía, lees algún guión mío, te fijas en algún personaje creado por mí, encontrarás parte de ese mundo amarillo. Y ése es el mundo que me hace feliz. El mundo en el que me gusta vivir.
Siempre había querido escribir un libro pero sólo me ofrecían libros sobre: «Cómo superar el cáncer» o «Cómo sobrevivir al cáncer». Libros que no me interesaba escribir. El cáncer no necesita un libro para vencerlo, creo que haberlo escrito sería una total falta de respeto a los que luchan contra el cáncer y a toda la gente que he conocido durante mis años en el hospital. No hay claves para vencer al cáncer, no hay una estrategia secreta. Tan sólo debes escuchar tu fuerza, crear tu lucha y dejarte guiar.
Por ello, me parece más interesante hacer un libro sobre lo que me enseñó el cáncer y cómo eso se puede aplicar a la vida diaria. Y eso es lo que intentaré contar en El mundo amarillo.
Creo, sin duda, que el cáncer está vivo y luchar contra él hace que le des muchas vueltas a la cabeza y aprendas grandes lecciones. Después te curas y te encuentras de nuevo con la vida, donde puedes aplicar esas lecciones.