Mundos Ocultos
Juan José Revenga
Serie: Nowtilus Frontera
Colección: Investigación abierta
www.nowtilus.com
www.adebate.com
Título: Mundos Ocultos
Autor: © Juan José Revenga
Edicion española:
© Ediciones Nowtilus S.L.
Doña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 - Madrid
Editor: Santos Rodríguez
Responsable editorial: Teresa Escarpenter
Diseño y realización de cubiertas: Opalworks
Diseño de interiores y maquetación: Grupo ROS
Producción: Grupo ROS (www.rosmultimedia.com)
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por
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ISBN: 978-84-9763-292-8
Libro electrónico: primera edición
Índice de contenidos
Agradecimientos
Como todo libro, o ilusión pasada a papel, que en suma es lo mismo, no podría existir ni llegar nunca a construirse, si no fuera por la gente que te ayuda en el camino y creen en tu idea desde un principio.
Estar en los buenos momentos y apuntarse al carro de los triunfadores es muy fácil y, por desgracia, me tocó conocer a muchas de esas personas en mi largo camino en despachos y oficinas de multinacionales para conseguir financiar mis expediciones.
El lugar principal de los agradecimientos es para Francisco Climent de TVE, al que me enorgullezco de poder llamar amigo. Sin su fundamental apoyo no habría llegado hasta aquí; él creyó en mí y me ayudo en las peores circunstancias. Gracias Paco.
Miguel de la Quadra Salcedo, icono de aventurero, que me hizo soñar con lugares, gentes y culturas remotas que me prometí conocer algún día. Como podemos ver, los sueños se pueden hacer realidad, gracias Miguel.
Ángeles, que sufrió una gran parte de estos viajes esperando mi incierto regreso.
Maribel, la gran amiga, que paso a ser la persona que me devolvió las ganas de vivir.
Emilio, que estaba ahí siempre cuando intentaba darme por vencido y me escuchaba como solo lo hacen los amigos.
Javier Selva, gran amigo y compañero de viajes, que también ha sabido escuchar y siempre ha estado dispuesto para ayudarme a olvidar las penas en la barra de algún bar.
Juan Esteban que siempre estuvo a mi lado, además de con su inapreciable amistad, con su ayuda, apoyo y comprensión en los peores momentos.
Manuel Zamora, que con su amistad y experiencia en solucionar problemas estuvo siempre en el momento y el lugar oportuno.
Y a mi hija Blanca Revenga, a la cual no le doy el cariño ni el tiempo que necesita y a pesar de todo comprende mi vida.
Éstas son sólo las principales personas que hay detrás de unas expediciones realizadas durante muchos años a lo largo de todo el planeta, que se han hecho con el corazón, pues si hubiese sido por dinero, no creo que hubiese suficiente en el mundo para pagar a todas las personas citadas anteriormente, el cariño y la amistad que me han dado durante toda mi desastrosa vida de guerras, viajes y expediciones empeñado en la búsqueda de «mundos ocultos».
Gracias.
Juan José Revenga
Madrid, abril de 2006
Prólogo
por Miguel de la Quadra Salcedo
España estaba intrigada en la investigación de la farmacopea indígena en Iberoamérica; para ello, Felipe II envió a Francisco Hernández para su estudio y para que trajese las nuevas medicinas a Europa. Hernández tuvo importantes intoxicaciones y estuvo a punto de morir varias veces, pues. al igual que los chamanes, la única forma de saber el resultado de las plantas era la ingestión. Pero este hombre tuvo un gran éxito, trajo la quinina a Europa, para curar una enfermedad de la que muy pocos conocían el remedio en el viejo continente: el paludismo. Una enfermedad que, a entre muchos otros miles de personas, le costó la vida a Isabel la Católica o al mismísimo Carlos V.
Esto sólo era el principio del poder de la farmacopea indígena americana, la cual estaba comenzando a conocerse, pero de la que no se controlaba entonces (ni incluso en nuestros días) las dosis, que pueden convertir en letales las plantas que nos pueden salvar la vida.
En España, y en días cercanos, es normal preguntar a los viejos del lugar, que te dirán que sus parientes murieron de fiebres cuartanas, que no era otra cosa que la malaria. Yo contraí la malaria en Borneo, la malaria más potente. Esta enfermedad te puede costar la vida y más aún si te repite, como a mí en Potosí a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, altura a la cual el plasmodio consume glóbulos rojos. Aunque sé que la tuya Revenga, que contrajiste en Nicaragua, aún te da la lata.
La quinina es una medicina que era conocida por los médicos y chamanes quechuas desde el principio de los tiempos.
Pero lo principal para los chamanes, brujos y hechiceros de la antigüedad eran las plantas sagradas, las alucinógenas. Muchas hay de ellas y en todas las culturas han existido desde épocas remotas. En el arte barroco aparecen dibujadas, en la época del Bosco había plantas alucinógenas en toda Europa y aparecen dibujadas en sus cuadros. En América, en las culturas milenarias, tenían el ayahuasca, el peyote, el mezcal, etc. Estas plantas sagradas alucinógenas nunca debemos tratarlas como drogas, pues esto es muy diferente. Estamos hablando fundamentalmente de religión, una religión y una cultura a la cual no podemos acceder de otra manera que no sea el estudio y el respeto, cosa que tú bien sabes, Revenga, a través de tus viajes e investigaciones. Por eso entró tan fácil la religión católica, porque estos pueblos practicaban la teofagia, y el que come hongos o plantas sagradas se come a su dios exactamente igual que en la religión católica, donde se come el cuerpo y la sangre de Cristo.
Los chamanes más importantes del mundo son los siberianos, pues, como sabes, la palabra chamán proviene del siberiano, Shaman, el que controla la energía, ahí empezó todo. Los siberianos, mediante el uso de unos tambores especiales, llegan al trance y al contacto con el otro lado; yo tengo uno de estos tambores en casa.
Primer plano de Miguel en su despacho
Después fueron los tibetanos quienes conocieron muy bien el libro de los muertos, que guiaba a los fallecidos en su camino por el otro mundo.
Una muestra de que en todos los tiempos y culturas se utilizaban alucinógenos lo tenemos en El Quijote, donde el mismísimo Cervantes hablaba del Clavileño que debió de tomar el hidalgo al montar en un rocinante de madera y subir en su grupa a Sancho, mientras le decía: «amigo sancho, de esta manera estaremos por la mañana en París y a la tarde en Potosí».
¿Cuánto oro había en América? Desde luego mucho, a tenor del que quedó tras la conquista. La mejor explicación me la dio mi amigo Neruda cuando vivía con él, invitado en isla negra: «los españoles nos quitaron todo, pero nos dejaron todo». Eso es muy importante, España no se lleva, España deja la semilla, deja el mestizaje, eso es lo importante, esto nunca pasó en las conquistas de ingleses, franceses o alemanes. Ese fue el mestizaje de cultura religión y sangre.
Por ejemplo, en Chichicastenango, en Guatemala, donde antes se adoraba a los dioses mayas, ahora han construido una iglesia católica en honor de Tonansin, nombre indígena de la virgen de Guadalupe.
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