POPOL VUH COMENTADO
VISIÓN ESPIRITUAL DEL MITO MAYA
By
Rubén González
Smashwords Edition
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EL AUTOR
Rubén González es Licenciado en Derecho y Titulado Superior en Griego Moderno. Ha publicado varios libros y artículos sobre sus investigaciones y su experiencia en la divulgación de temas relacionados con el conocimiento interior y su relación con las antiguas civilizaciones, especialmente con las culturas griega, maya y egipcia. En sus cursos y seminarios, así como en sus libros, aborda los temas que desarrolla desde un punto de vista, no sólo histórico y antropológico, sino también, y especialmente, simbólico y espiritual. Otras obras publicadas de este autor son: "Los Mayas y el conocimiento interior" (en castellano y en inglés), "Pitágoras y la nueva conciencia", "Los Versos Áureos y la Escuela de Pitágoras", "Dioses y Héroes de la Mitología Nórdica".
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TABLA DE CONTENIDOS
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“¡Oh tú, Hermosura del día! ¡Tú, Huracán, tú Corazón del Cielo y de la Tierra! ¡Tú, dador de la riqueza y dador de las hijas y de los hijos! Volved hacia acá vuestra gloria y vuestra riqueza; conceded la vida y el desarrollo a mis hijos y vasallos; que se multipliquen y crezcan vuestros sostenes, vuestros nutridores; los que os invocan en los caminos, en los campos, a la orilla de los ríos, en los barrancos, bajo los árboles, bajo los bejucos.
Dadles sus hijas y sus hijos. Que no encuentren desgracia ni infortunio, que no se introduzca el engañador ni detrás ni delante de ellos. Que no caigan, que no sean heridos, que no forniquen, ni sean condenados por la justicia. Que no se caigan en la bajada ni en la subida del camino. Que no encuentren obstáculos ni detrás ni delante de ellos, ni cosa que los golpee. Concededles buenos caminos, hermosos caminos planos. Que no hagan ni su desgracia ni su infortunio vuestra potencia, vuestra hechicería.
Que sea buena la existencia de los que os dan el sustento y el alimento en vuestra boca, en vuestra presencia, a ti, Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra, Envoltorio de la Majestad, y tú, Tohil; tú, Avilix; tú, Hacavitz, bóveda del cielo, superficie de la tierra, los cuatro rincones, los cuatro puntos cardinales. ¡Que sólo haya paz y tranquilidad ante vuestras bocas, en vuestra presencia, oh dioses!
Así (hablaban) los Señores y gemían sus corazones por sus hijos y vasallos y por todas sus mujeres y sus hijos cuando hacían su ofrenda...”
Sirva este párrafo como muestra y presentación de este excelso libro sagrado de los mayas quiché que se ha venido en llamar Popol Vuh (o Popol Wuj), y que puede traducirse del siguiente modo: Popol, comunidad, consejo, jefes, y Vuh, libro, es decir, Libro del Consejo o Libro de la Comunidad. También es conocido como la Biblia Maya y en él los antiguos dioses Tepeu y Gucumatz (Kukulcán) son referidos como los creadores, los constructores, y los antepasados. También destaca Huracán, el dios de la tormenta, quien colaboró en la Gran Inundación, después del fracaso de una primera raza de hombres.
Y ya en el preámbulo del libro su anónimo autor nos refiere claramente el objetivo de su obra:
“Este es el principio de las antiguas historias de este lugar llamado Quiché. Aquí escribiremos y comenzaremos las antiguas historias, el principio y el origen de todo, lo sacaremos a la luz porque ya no se ve el Popol Vuh así llamado, donde se veía claramente la venida del otro lado del mar, la narración de nuestra oscuridad, y se veía claramente la vida. Existía el libro original, escrito antiguamente pero su vista está oculta al investigador y al pensador. Grande era la descripción y el relato de cómo se acabó de formar todo el cielo y la tierra, cómo fue formado y repartido en cuatro partes, cómo fue señalado y el cielo fue medido y se trajo la cuerda de medir y fue extendida en el cielo y en la tierra, en los cuatro ángulos, en los cuatro rincones, como fue dicho por el Creador y el Formador, la madre y el padre de la vida, de todo lo creado, el que da la respiración y el pensamiento, la que da a luz a los hijos, el que vela por la felicidad de los pueblos, la felicidad del linaje humano, el sabio, el que medita en la bondad de todo lo que existe en el cielo, en la tierra, en los lagos y en el mar”.
En 1972 el escrito había sido declarado Libro Nacional de Guatemala, por su valor filosófico, histórico, espiritual, político y cultural; y recientemente, el 27 de agosto de 2012, el gobierno de Guatemala ha declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación el libro sagrado de los mayas, Popol Vuh. Considera que esta obra representa un referente histórico de la cosmogonía, espiritualidad e identidad de los pueblos indígenas, principalmente del pueblo maya quiché o k'iche'. El decreto fue oficializado con la publicación en el estatal Diario de Centroamérica del Acuerdo Ministerial y la normativa responsabiliza a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural del Ministerio de Cultura para elaborar las medidas de protección, defensa, investigación y conservación del libro.
El pueblo Quiché es uno de los pueblos mayas nativos de lo que hoy conocemos como Guatemala, y que hasta la fecha conserva su idioma y muchas tradiciones precolombinas. La enigmática cultura maya tiene sus raíces en épocas mitológicas y se la considera relacionada con los no menos enigmáticos Olmecas de Mesoamérica. A nivel histórico, los orígenes se remontan al llamado período preclásico, habiéndose encontrado en Belice restos de edificios atribuidos a la civilización maya construidos a partir del 2.500 a.C., estructuras piramidales desde el 1.500 a.C. en lugares como Tikal y Uaxactún, y los templos-pirámides, acrópolis y extraordinarios palacios del sitio llamado El Mirador en el Petén (Guatemala) a partir del 800 a.C. La llamada Cuenca del Mirador está formada por unas 4.000 pirámides, de las cuales más de 3.000 están en proceso de exploración para descubrir los tesoros desconocidos de la civilización maya. En El Mirador se encuentra la pirámide más grande del mundo maya, de mayor volumen que la denominada pirámide de Keops en Egipto. Es conocida como Danta, tiene 300 metros de ancho por 800 de largo y alcanza una altura de 72 metros. En el año 2009 se ha descubierto en El Mirador un friso en relieve extraordinariamente realizado, en el que precisamente recrea una escena del libro que nos ocupa, el Popol Vuh. En él se aprecia a los hermanos gemelos Hunahpú e Ixbalanqué nadando sobre el río que los conduce a Xibalbá, el inframundo en la cosmovisión maya. El friso pertenece al período Preclásico Tardío, y concretamente data de los años 300 antes de Cristo, por lo que se puede afirmar que los mayas habían alcanzado un alto desarrollo mucho antes de lo que se pensaba oficialmente. Además, en la Cuenca del Mirador se encuentra la ciudad maya que hoy llamamos San Bartolo. Tiene una pirámide de 28 ms. de altura, llamada de Las Ventanas, del clásico medio, pero su mayor descubrimiento fue hecho en el Templo Las Pinturas, re-descubierto en el año 2001, donde se encuentran los extraordinarios murales de colores con el mito maya de la creación, también descrito en el Popol Vuh. Estos murales fueron fechados con carbono 14 en el 100 a. C., lo que los convierte en los más antiguos murales mayas descubiertos hasta ahora, y reconfirman que esa historia proviene de los mayas antiguos. Constituyen una verdadera obra de arte y son de extraordinaria importancia para el estudio de esta cultura.