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© 2002 por Darlene Sala
Print ISBN 978-1-61626-868-8
eBook Editions:
Adobe Digital Edition (.epub) 978-1-62029-010-1
Kindle and MobiPocket Edition (.prc) 978-1-62029-011-8
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A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional (NVI), © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usado con permiso.
Algunos textos bíblicos han sido tomados de la versión Reina-Valera, de la Santa Biblia, revisión 1960. Usado con permiso.
Traducción y edición por Grupo Nivel Uno, Inc.
Publicado por Casa Promesa, P.O. Box 719, Uhrichsville, Ohio 44683 www.barbourbooks.com
Nuestra misión es publicar y distribuir productos inspiradores que ofrezcan un valor extraordinario y apoyo bíblico a las masas.
Impreso en India.
Dedicatoria
A la memoria de mi padre,
Guy P. Duffield,
cuyo amor y entusiasmo por la
Palabra de Dios encendió en mí
el mismo fuego.
Definición
Alentar: Animar, infundir aliento o esfuerzo, dar
vigor, mejorar, convalecer o restablecerse de una
enfermedad (RAE).
Agradecimientos
El agradecimiento suele desatar una reacción en cadena. Quienes nos alientan nos inspiran a su vez a ir hacia otras personas con palabras y acciones de aliento. Esto ha sido así a lo largo del proceso de la escritura de este libro.
Agradezco la motivación de Marcus Ryan, de www.Christianity.com, cuya pregunta: «¿Estás escribiendo algo?», me llevó a comenzar. Paul Muckley, director editorial de Barbour Publishing, leyó las primeras selecciones y me alentó a completar el manuscrito. Ellyn Sanna, como ya lo ha hecho antes, se aseguró de que lo que escribiera comunicara lo que quería decir… ¡es muy buena haciendo eso, como si leyera mi mente!
Mi esposo dice que este «es el libro escrito en medio de la noche». Gracias, Harold, por soportar mis hábitos de escritora. Esas tazas de café que me traías temprano por la mañana realmente me ayudaron a compensar las horas de sueño perdido.
Si después que las mujeres lean esto se sienten motivadas a brindar aliento a otros, la cadena continuará. Esa es mi oración.
Introducción
«¿Por qué no confía Alex en Dios y deja que Él se ocupe de sus problemas?», le pregunté a mi amiga Donna. «¡Dios puede ayudarla! ¡Es tan grande, tan poderoso, tan amoroso!»
«Pero Darlene… ¡es que ella no lo sabe!», respondió mi sabia amiga. Y tenía razón. Cuando Alex nació, su padre estaba tan desilusionado de que no fuera el hijo que tanto quería que le dio nombre de varón. Su vida en el hogar no tuvo apoyo alguno. Creció enfrentando muchas dificultades porque no sabía que podía confiar en que Dios es fiel y sincero.
Por otra parte, yo he sido extremadamente afortunada al haber visto de primera mano la fidelidad de Dios. Reconozco el legado invalorable de haber crecido en un hogar cristiano, casarme con un cristiano fantástico, establecer un hogar cristiano, y haber vivido hasta ver que mis tres hijos tengan hogares cristianos también. ¡Soy tan bendecida porque mi entorno me hizo estar inmersa en las Escrituras!
También sé que muchas mujeres de hoy no tienen ese legado. Aunque piensan de sí mismas como cristianas, en lo profundo de sus corazones no tienen la seguridad de que pueden apoyarse en Dios. Esperan, pero no tienen la certeza. Así que van cargando un peso de tensión, preocupación y depresión que la Palabra de Dios podría aliviar.
A veces, cuando leo la Biblia, siento tanta excitación que solo quiero salir corriendo para encontrar a alguien con quien pueda compartir lo que he descubierto… porque mi corazón se estremece ante las joyas de verdad que hay allí. Esta excitación por Dios se ha hecho palpable en esta colección de «palabras de aliento». Las ideas provienen de mi tiempo personal en la Palabra, y siguen hablándole con fuerza a mi corazón. Son mi esfuerzo por compartir mi legado de fe con otras mujeres.
No importa cuál sea la historia que tengamos detrás, todas necesitamos una perspectiva eterna. Estamos tan inmersas «en este mundo» que nuestra perspectiva se tuerce. No vemos a Dios, o a nuestras circunstancias, como lo que realmente Él es, o ellas son. Cada día necesitamos volver al Manual del Propietario para realinear nuestro pensamiento con el Suyo. Cuando leemos la Palabra, a veces Dios nos rodea con sus amorosos brazos y nos da fuerza para seguir. Otras, erige una barrera para que cambiemos de rumbo. Y también puede darnos una «patadita» espiritual para que hagamos lo que sabemos que deberíamos hacer. O quizá diga nada más: «Quédate conmigo por un momento. Quiero que pasemos un tiempo juntos». Siempre, sin embargo, nos alienta en el significado pleno de la palabra.
Oro que Dios utilice este libro para alentar tu corazón. Puedes confiar en Él. ¡Dios te ama!
Cuando tu
situación parece
imposible
D IOS ES CAPAZ
¿Q ué es lo que puede hacer Dios? Quizá debiéramos dar vuelta la pregunta y decir: «¿Qué es lo que Dios no puede hacer?» ¿Se te ocurre algo?
¿Y qué hay con el problema que estás enfrentando ahora? Como está tan cerca de ti, ¿se ve más grande que Dios? ¿Proyecta una sombra que parece ocultar su presencia? Cuando los problemas de la vida se agigantan ante nosotros, tenemos la tendencia a perder el sentido de la perspectiva. Nos enfocamos en nuestra situación de conflicto y Dios parece esfumarse hacia la distancia en nuestras vidas; desde nuestro defectuoso punto de vista su presencia parece diminuta, insignificante.
En momentos como esos, necesitamos recordarnos la simple aunque increíble descripción que el apóstol Pablo da sobre lo que Dios puede hacer. Pablo nos dice que Dios «es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos» (Efesios 3:20).
Para poder realmente entender este versículo de manera práctica, necesito descomponerlo en pequeñas verdades. Pablo dice que Dios es capaz de hacer…