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Charles F. Stanley - Cómo escuchar la voz de Dios

Aquí puedes leer online Charles F. Stanley - Cómo escuchar la voz de Dios texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2009, Editor: Grupo Nelson, Género: Religión. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Charles F. Stanley Cómo escuchar la voz de Dios
  • Libro:
    Cómo escuchar la voz de Dios
  • Autor:
  • Editor:
    Grupo Nelson
  • Genre:
  • Año:
    2009
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Cómo escuchar la voz de Dios: resumen, descripción y anotación

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El fiel maestro de la Biblia, Charles Stanley, enseña a los lectores cómo escuchar y distinguir la voz de Dios en sus vidas.


Después de llegar a ser cristianos, los creyentes descubren el gozo de la voz de Dios, pero a menudo la pureza y frescura de esa experiencia inicial se empaña por la rutina diaria de la vida. En Cómo escuchar la voz de Dios el doctor Charles Stanley ayuda a los lectores a volver a descubrir cómo distinguir la voz de Dios de entre todas las demás a su alrededor y cómo responder de manera gozosa y obediente.

El doctor Stanley usa experiencias personales de su vida y ministerio para hablar de: por qué Dios quiere comunicarse con nosotros, cómo Dios capta nuestra atención, cómo Dios se comunica con nosotros y cómo escuchar a Dios y disfrutar su presencia.

Trusted Bible teacher Charles Stanley teaches readers how to listen for and distinguish Gods voice in their lives.
After becoming a Christian, believers discover the joy of Gods voice, but often the purity and freshness of that initial experience becomes clouded by the daily routine of life. In Cómo escuchar la voz de Dios Dr. Charles Stanley helps readers rediscover how to distinguish Gods voice from all other voices around them and how to joyfully and obediently respond. Dr. Stanley uses personal experiences from his life and ministry to discuss why God wants to communicate with us, how God gets our attention, how God communicates with us, and how to listen to God and enjoy His presence.

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1994 EDITORIAL CARIBE PO Box 141000 Nashville TN 37214-1000 Título en - photo 1
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© 1994 EDITORIAL CARIBE
P.O. Box 141000
Nashville, TN 37214-1000

Título en inglés: How to Listen to God
©1985 by Charles Stanley
Publicado por Thomas Nelson, Inc.

ISBN : 0-88113-131-8
ISBN 978-0-88113-131-4

Traducido por David R. Powell

Reservados todos los derechos.
Prohibida la reproducción total
o parcial de esta obra sin
la debida autorización de los editores.
E-mail: caribe@editorialcaribe.com
Impreso en EE.UU.

23a Impresión, 7/2008
www.caribebetania.com

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CONTENIDO

XI Una vida que escucha...
una vida equilibrada


El Salmo 81 es un triste relato acerca de un pueblo que se negaba a escuchar a Dios. El misericordioso corazón del Padre, con sus numerosos intentos de lograr la atención y la devoción de Israel, y el persistente rechazo por parte de ellos, se ponen de manifiesto en los versículos 8 al 14:

Oye, pueblo mío, y te amonestaré.
Israel, si me oyeres,
No habrá en ti dios ajeno,
Ni te inclinarás a dios extraño.
Yo soy Jehová tu Dios,
Que te hice subir de la tierra de
Egipto;
Abre tu boca, y yo la llenaré.

Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
Los dejé, por tanto, a la dureza de
su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
En un momento habría yo derribado
a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus
adversarios.

Casi podemos escuchar el latido del corazón de Dios cuando implora ante la nación de Israel, diciendo: «Les ruego que me escuchen. Les ruego que oigan mi voz». Cada uno de nosotros, también, debería preguntar: «Señor, ¿me has estado tratando de decir algo que necesito desesperadamente? ¿Me estás exhortando a escuchar tu voz?» Me pregunto, ¿cuántas veces Dios nos ha hablado cuando no estábamos escuchando? ¿Cuántas veces habrá tenido Dios algo específico que necesitábamos oír pero hemos estado demasiado atareados para atenderle?

Durante mi ministerio hubo una época cuando estaba demasiado ocupado trabajando en la obra del Señor como para escuchar Su voz. Predicaba seis veces por semana, preparaba dos programas para la televisión y viajaba por todo el país; estaba escribiendo un libro y pastoreando una iglesia grande; dirigía a todo su personal así como también un ministerio radiofónico, entre otras obligaciones diarias. Como resultado de toda esa actividad fui a parar al hospital por una semana y quedé fuera de circulación durante tres meses. Cuando pienso en esa época, me doy cuenta que Dios estaba tratando de atraer mi atención por medio de mi cuerpo, pero yo no escuchaba. Finalmente, llegó el momento en que ya no pude seguir adelante.

Creo que una de las lecciones más valiosas que jamás podremos aprender es cómo escuchar a Dios. En medio de nuestra vida tan compleja y ajetreada no hay nada más urgente, nada más necesario, nada más provechoso que escuchar lo que Dios tiene que decirnos. Además, la Biblia es muy explícita y Dios nos habla con tanto poder hoy como en los días cuando fue escrita. Su voz espera ser escuchada y, cuando la escuchamos, nos vemos lanzados a la aventura más grandiosa y más emocionante que podamos imaginar.

Por qué habla Dios hoy

Quizá nos preguntemos: «¿Por qué Dios querría hablarnos hoy? ¿Acaso no ha dicho suficiente desde Génesis hasta Apocalipsis?» Hay varias razones convincentes que explican por qué Dios todavía tiene abiertas sus líneas de comunicación con su pueblo.

La primera y principal es que Dios nos ama tanto como amaba a su pueblo en los días del Antiguo y Nuevo Testamentos. Desea tener comunión con nosotros tanto como deseaba tenerla con ellos. Si nuestra relación con Él es unidireccional, y no hay comunicación ni diálogo entre nosotros y el Señor Jesucristo, poca comunión puede haber. La comunión es nula cuando sólo una persona habla y la otra se limita a escuchar. Dios nos habla todavía porque quiere desarrollar una relación de amor que consista en una conversación entre dos personas.

La segunda razón que explica por qué Dios todavía habla hoy es que necesitamos su dirección clara y concreta para nuestra vida, así como la requerían Josué, Moisés, Jacob o Noé. Como hijos suyos necesitamos sus consejos para tomar decisiones efectivas. Ya que Él quiere que hagamos elecciones acertadas, sigue siendo responsable de proporcionarnos la información correcta, y esto ocurre cuando nos habla.

Una tercera razón por la cual Dios todavía habla hoy en día es que El sabe que necesitamos consuelo y certidumbre tanto como los creyentes de la antigüedad. Nosotros también tenemos experiencias como la del Mar Rojo, cuando estamos entre la espada y la pared y no sabemos qué camino seguir. Tenemos fracasos como los tuvieron Josué y el pueblo de Israel en Hai. Cuando sufrimos derrotas de esta clase, Dios conoce nuestra necesidad de certidumbre y confianza.

Pienso que la razón más importante por la que Dios todavía habla en el día de hoy es que quiere que lo conozcamos. Si dejara de hablar, dudo que jamás podríamos descubrir cómo es Dios realmente. Si la prioridad de todos nuestros objetivos es conocer a Dios, entonces tiene que haber algo más que un camino en una sola dirección. Más bien tiene que haber una línea de comunicación en la que Él nos hable y nosotros escuchemos, o en la que hablemos nosotros y Él nos escuche.

Cómo hablaba Dios en los días del Antiguo y del
Nuevo Testamentos

Si Dios todavía habla, ¿cómo lo hace? Podemos descubrir sus métodos repasando las diversas formas en las que se revelaba en los días del Antiguo y del Nuevo Testamentos. Primero, hablaba mediante revelaciones directas. Mediante su Espíritu hablaba al espíritu de hombres como Abraham, aquel que un día oyó que Dios le decía directamente que abandonara la tierra en la cual vivía y se dirigiera a una tierra que Dios le mostraría:

Pero Jehová había dicho a Abram:
Vete de tu tierra y de tu parentela,
y de la casa de tu padre,
a la tierra que te mostraré.
Y haré de ti una nación grande,
y te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren,
y a los que te maldijeren maldeciré;
y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra (Génesis 12.1-3).

Segundo, la Biblia dice que Dios hablaba por medio de sueños. Un buen ejemplo es, sin duda, el caso de las experiencias de Daniel, a quien Dios reveló su plan para el mundo en una serie de sueños. Mediante visiones Daniel vio los imperios que vendrían. De esta manera Dios le dio a Daniel una tremenda perspectiva de los acontecimientos mundiales futuros que están todavía hoy en proceso de cumplimiento.

Este es un asunto, empero, en el cual debemos ser extremadamente cautelosos. La Biblia jamás nos dice que busquemos en sueños el conocimiento de la mente de Dios. Por ejemplo, recuerdo que un sábado por la noche soñé que en el culto dominical matutino de la iglesia no había nadie, excepto yo. ¡Si me hubiese dejado llevar por ese sueño probablemente me hubiera quedado en casa para seguir durmiendo!

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