La perrita Blackie era, ante todo, tres cosas:
perra, negra y antifascista.
Índice
El padre de JASON STANLEY escapó de la Alemania nazi por el aeropuerto berlinés de Tempelhof cuando tenía solo seis años. Llegó a Nueva York un 3 de agosto de 1929. La familia aún conserva un álbum familiar con las fotografías de la Estatua de la Libertad, así que Stanley, nacido en 1969, creció con las historias de su país, Estados Unidos, como la nación más heroica. A pesar de ello, o precisamente por eso, ha dedicado años al estudio de los mecanismos que emplea el fascismo para convencer a la gente, especialmente ahora y en su país. Desde 2013 es profesor de filosofía en la Universidad de Yale, después de haberlo sido en la de Rutgers, pero son las dos últimas etapas de una larga y brillante carrera académica, que lo llevó a estudiar a Alemania en 1985 y, después del doctorado, a Oxford, en Inglaterra. Especializado en filosofía del lenguaje, ha publicado títulos como Know How, Languages in Context o Knowledge and Practical Interests , que ganó en 2007 el premio de filosofía de la Asociación de editores americana. También se alzó en 2005 con el máximo galardón de la Asociación americana de filósofos, que premia a un solo filósofo al año. Escribe regularmente en The Washington Post, The Boston Review o The New York Times , donde ha alimentado el popular blog filosófico The Stone. De allí surgieron textos para libros como How Propaganda Works. How Fascism Works , que hemos traducido como Facha , es su último y más esperado trabajo. Un éxito instantáneo de crítica y lectores. Y una valiosa herramienta para saber leer la alarmante deriva autoritaria de nuestro mundo.
Título original: How Fascism Works:The Politics of Us and Them
Diseño de colección y cubierta: Setanta
www.setanta.es
© de la fotografía del autor: Edwin Tse
© del texto: Jason Stanley, 2018. Obra publicada con el permiso Random House, una división de Penguin Random House LLC
© del prólogo: Isaac Rosa, 2018
© de la traducción: Laura Ibáñez, 2018
© de la edición: Blackie Books S.L.U.
Calle Església, 4-10
08024 Barcelona
www.blackiebooks.org
info@blackiebooks.org
Maquetación: Newcomlab
Primera edición: octubre de 2020
ISBN: 978-84-18187-39-1
Todos los derechos están reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación sin el permiso expreso de los titulares del copyright.
Nota del autor
Como en los años treinta, el mundo está reaccionando negativamente contra la globalización. Y, como en los años treinta, los motivos son tanto económicos como culturales. Épocas así pueden ser prometedoras para lograr cambios estructurales positivos. Pero la historia nos dice que también han sido instrumentalizadas por políticos oportunistas que quieren que miremos hacia atrás y no hacia delante. En vez de ocuparse de la mejora de las instituciones democráticas para minimizar problemas como la corrupción, estos políticos nos hablan de mitos sobre un pasado glorioso y de una nación supuestamente castrada por influencia de los ideales liberales. Y, en vez de buscar soluciones para aliviar nuestra inquietud, lo que pretenden es intensificarla para que cunda el pánico por la presencia de unas amenazas que ponen en peligro la «masculinidad» y la «pureza» del país, supuestamente derivadas del feminismo, los derechos de los gais y la inmigración. Lo que buscan con ello no es solucionar los problemas reales que tiene un país, sino que los ciudadanos pierdan de vista sus causas para poder ahondar en ellos y agravarlos. Porque la política fascista solo puede sobrevivir y prosperar en un estado de ansiedad y miedo constante.
Es muy halagador que te digan que tu país tuvo un pasado glorioso cuando personas semejantes a ti estaban al mando. Es trágico que te digan que esa época heroica se ha acabado y ha sido destruida por unas fuerzas que supuestamente amenazan tu masculinidad y tu religión. Pero el heroísmo auténtico está en otra parte: en la valentía de resistir a esa adulación, en tomar conciencia de que los mitos no son más que eso: mitos que pretenden distraer a su público de los problemas reales que tenemos ante nosotros. Estos problemas nos piden que reprimamos el ansia de mirar en vano hacia atrás en busca de un pasado mítico en el que nuestra tribu mandaba sobre las demás y que miremos hacia delante en busca de un futuro mejor y más justo.
Prólogo
Antes de que sea (otra vez)
demasiado tarde
Hola, vengo del futuro. Sí, no os riáis, soy un viajero del tiempo. No vengo desde muy lejos, de otro siglo: viajo desde la España de dentro de solo unos años. Os traigo noticias de ese futuro cercano, casi inmediato. Malas noticias.
Os cuento: tenemos un nuevo presidente del gobierno. Populista, según unos. Neofascista, lo llaman otros, o directamente fascista, sin el neo. Un facha, para entendernos. Un líder carismático, de maneras viriles y discurso desacomplejado, que presume de ser «políticamente incorrecto» y «llamar a las cosas por su nombre». Encabeza una coalición derechista (aunque se presentan como «ni derecha ni izquierda: españoles»): el llamado Movimiento Por España, con el que ha desbordado a los clásicos partidos. Los que no se han sumado al Movimiento han quedado fuera de juego. La histórica abstención de millones de votantes defraudados le ha puesto alfombra roja en su ascenso.
Nuestro nuevo presidente ha llegado al poder a lomos de un discurso abiertamente xenófobo y ultranacionalista. «España para los españoles». «Los españoles primero». «Hagamos otra vez grande España». Propone inmigración cero, expulsiones masivas, menores incluidos. Va a sustituir la valla de Ceuta y Melilla por un muro, fue una de sus principales promesas en campaña. Ha dado orden de cortar el paso a cualquier barco con inmigrantes, por la fuerza si es necesario. Promete calles seguras, más policía, tolerancia cero, cadena perpetua. Ha lanzado una cruzada regeneradora contra los «parásitos», categoría en la que entran lo mismo refugiados que parados que rechacen una oferta de empleo.
Aunque en campaña mantuvo un discurso proteccionista y en defensa de agricultores, autónomos o pequeñas empresas, en Economía ha colocado un ministro ultraliberal, un ex banquero. Y en Educación, un ultraconservador, pues pretende un regreso a valores acordes a nuestras raíces cristianas. Anuncia una cruzada moral. Sus seguidores no esconden su homofobia y su antifeminismo. Su primera medida ha sido la derogación de la Ley de violencia de género.
Ah, se me olvidaba: en sus mítines no le incomodan las banderas preconstitucionales, y en una entrevista reivindicó la figura histórica de Franco, «que ha sido distorsionada por historiadores progres cuando en realidad derrotó al comunismo y nos trajo la reconciliación, el desarrollo y la democracia». Y por supuesto, está dispuesto a resolver el problema de Cataluña suprimiendo la autonomía y enviando más policía, incluso el ejército si hace falta, primer paso para un repliegue centralista. Pretende reformar la Constitución, pero si otros partidos lo bloquean, anuncia que la superará con una nueva Constitución «que de verdad proteja a los españoles de bien, aquellos que se levantan a las seis de la mañana».