Primera edición.
Editorial Dei, 2006.
Segunda edición.
Editorial Tecnológica de Costa Rica, 2008.
339.2
H592h Hinkelammert, Franz J.
Hacia una economía para la vida: preludio a una reconstrucción de la economía /Franz J. Hinkelammert, Henry Mora Jiménez. -- 1 a edición 2006,
Editorial Dei; 2a edición, Editorial Tecnológica de Costa Rica. -- Cartago,
Costa Rica : Editorial Tecnológica de Costa Rica, 2008.
p.: gráficas.
ISBN 978-9977-66-201-5
ISBN EPUB 978-9977-66-295-4.
1. Economía política
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Impreso en Costa Rica.
Prefacio a la segunda edición
En esta nueva edición de Hacia una Economía para la vida, no sólo hemos revisado y corregido todos los capítulos de la edición inicial, sino que se han agregado seis capítulos adicionales, para conformar ahora un total de veinte, los cuales se han agrupado en cuatro partes.
La Parte I (La Economía como el ámbito de la producción y reproducción de las condiciones materiales de la vida real), consta de cinco capítulos, y aquí se presentan los fundamentos de una economía política crítica (Economía para la Vida), siendo su cuerpo teórico central el Sistema de División Social del Trabajo; no simplemente en cuanto sistema de especialización, intercambio e interdependencia de productos y productores, sino en cuanto nexo corporal entre los seres humanos y de estos con la naturaleza.
La Parte II (La Coordinación Social del Trabajo a través de las relaciones mercantiles, y su crítica), está conformada por seis capítulos, en los cuales se desarrolla la crítica a la eficiencia abstracta de la modernidad en general y del capitalismo en particular; “eficientismo” fundado en la racionalidad medio-fin, el mercado y el laboratorio. A la vez, se sientan en estos capítulos las bases para una nueva racionalidad, la racionalidad reproductiva.
La Parte III es una introducción a una teoría crítica de la racionalidad reproductiva. Aquí se desarrolla el concepto de la “eficiencia reproductiva” y se exponen algunas líneas argumentativas cuyo horizonte es el de las alternativas al mercado total. Consta de cinco capítulos, e incluye temas no abordados en la primera edición (capítulos 14 y 15).
Por último, la Parte IV presenta algunas reflexiones teóricas y metodológicas, en la perspectiva de seguir construyendo una Economía para la Vida. Consta de cuatro capítulos, de los cuales el 16 ya apareció en la edición anterior, no así los tres restantes.
A pesar de lo extenso de esta obra (veinte capítulos), no representa más que un esbozo para una reconstrucción radical de la Economía, tanto en su ámbito científico como en cuanto actividad humana. Sin duda cada uno de los temas aquí expuestos, lo mismo que la argumentación general, pueden mejorarse notablemente (sobre todo mediante un esfuerzo colectivo), al tiempo que permanecen lagunas temáticas que esperamos ir cubriendo en trabajos posteriores.
Finalmente, renovamos nuestro fraterno agradecimiento hacia todos los que han hecho posible, con su apoyo, su aliento y su crítica, que esta obra salga a la luz.
Franz J. Hinkelammert
Henry Mora Jiménez
San José, Costa Rica
Septiembre de 2007.
Esta generación afronta dos caminos: el camino de la vida y el camino de la muerte. ¡Esperemos que la humanidad escoja la vida!
Herman Daly y John Cobb
Las últimas décadas del siglo XX fueron testigo de un cambio dramático en el curso de la humanidad. A medida que los “problemas modernos” se fueron transformando en verdaderas amenazas globales sobre la existencia misma del planeta y la sobrevivencia de los seres humanos —la exclusión económica y social, la subversión de las relaciones humanas, la destrucción del medio ambiente—; en esa misma medida se afianzaba un pretendido pensamiento único, ciego ante tales amenazas y ebrio de un eficientismo abstracto fundado en el mercado, el laboratorio y la racionalidad medio-fin.
Con el colapso del socialismo histórico, este sistema anuncia su triunfo definitivo, celebra el “fin de la historia” y se propone aplastar toda opción que no sea la solución única y homogénea que pretende implantar en el mundo entero. Ya no podrán haber muchos mundos ni pluralismo de sistemas, sino un sólo mundo que es el capitalismo globalizado.
Este “nuevo” orden se impone y se legitima tautológicamente, gracias al implacable poder que lo sostiene. No puede prometer y ya no promete un lugar para todos, sino que exalta la ideología de la competencia a muerte y la eficiencia abstracta: el mundo es de winners y losers. Pero al afirmarse sobre un poder total e indiscutido, este orden prescinde de toda referencia a los seres humanos concretos como fuente de legitimidad, afirmando su legitimidad por la legalidad y por la fuerza. Se autoconcibe creado, organizado y posibilitado por el imperio de la ley y de las armas, en una sociedad en guerra competitiva permanente por la sobrevivencia de los capitales, los Estados, las naciones, los pueblos, los seres humanos y el medio ambiente.
Las ciencias sociales, y particularmente la economía, se han adaptado rápidamente a esta ideología del capitalismo total. La economía ahora se conduce como si se tratara de una guerra económica, en la cual se busca conseguir y mantener ventajas competitivas que hagan posible salir de la misma como vencedores. El economista, y en especial el administrador de empresas, se ha convertido en el asesor militar en esta guerra económica, llegando a ser su función primordial, no la producción de teorías o el entendimiento de lo que significa esta manera de enfocar la economía, sino, cómo contribuir al triunfo en esta confrontación bélica: la competencia a muerte.
Pero este estado de guerra desatado por el eficientismo racionalista, conduce no solamente a una destructividad cada vez mayor, sino a una autodestructividad también creciente que socava las propias condiciones de posibilidad de la vida humana, natural y social. ¡El asesinato es suicidio!
Todos estos procesos de destructividad, alienación y fetichización se derivan de la pérdida de un referente crucial para todo acto o producto humano y para el análisis de la realidad: el criterio del sujeto vivo, corporal, concreto, necesitado. Al prescindir del sujeto en tanto ser humano corporal y concreto, y del análisis de las condiciones materiales de su vida natural y social, es decir, corporal, las formas culturales del capitalismo globalizado pierden el criterio de realidad y de verdad y avanzan a ciegas hacia crecientes estilizaciones abstractas y a menudo vacías, o hacia mitificaciones sacrificiales. En pocas disciplinas este proceso ha avanzado tanto como en la economía, misma que se vanagloria de ser “economía pura”.
Por eso, la demanda de la recuperación del sujeto, de la vida humana concreta, de la vida para todos, en las instituciones sociales y en las construcciones culturales —ciencia, filosofía, teología, etc.—es la demanda más urgente en el mundo de hoy. Si como creemos, no puede construirse una nueva sociedad sin imaginarla, entonces la construcción de alternativas pasa por una renovación radical de nuestros actuales marcos categoriales, marcos que no solamente predeterminan nuestra percepción de la realidad, sino que limitan, además, las metas de la acción humana que podemos concebir.
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