• Quejarse

Michelle Celmer - La seduccion del duque

Aquí puedes leer online Michelle Celmer - La seduccion del duque texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

No cover

La seduccion del duque: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La seduccion del duque" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

4º Seduccion en el palacio

Michelle Celmer: otros libros del autor


¿Quién escribió La seduccion del duque? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

La seduccion del duque — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La seduccion del duque " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

La seducción del duque Michelle Celmer 4 Seducción en palacio - photo 1

La seducción del duque Michelle Celmer 4 Seducción en palacio - photo 2


La seducción del duque

Michelle Celmer

4º Seducción en palacio


Argumento:

¡Tenía que resistirse a él!

¿Cómo iba a trabajar Victoria Houghton para el duque Charles Frederick Mead? Victoria despreciaba al duque y a la familia real de Morgan Isle porque se habían hecho con el hotel de su padre en un trato más que dudoso, degradándola después al puesto de ayudante personal. ¡Pero ella no pensaba ayudarlo en nada!

El guapísimo aristócrata nunca había conocido a una mujer a la que no pudiera seducir… hasta ese momento. Victoria intentaba ignorar la atracción que sentía por él aunque Charles, mezclando los negocios con el placer, la besar í a hasta hacer que se rindiese.

Capítulo 1

Victoria Houghton no se había sentido tan humillada en toda su vida.

Ver cómo su padre perdía el hotel que había pertenecido a la familia durante generaciones había sido insoportable… ¡pero ahora se esperaba de ella que fuera la ayudante personal del hombre que se lo había robado!

El duque de Morgan Isle, Charles Frederick Mead, estaba detrás de su escritorio, de espaldas al mar de Irlanda que podía verse desde el ventanal, soberbio y arrogante tras la agradable sonrisa.

Pero esa sonrisa no engañaba a Victoria.

—El acuerdo de compra incluía que tendría un puesto en la dirección del hotel —le recordó.

Junto con un generoso salario y un tanto por ciento de los beneficios anuales. ¿O también habrían cambiado de opinión sobre eso?

—Todavía hay muchas reformas que hacer. Hasta que el hotel al completo esté funcionando no hay ningún puesto en la dirección —replicó él—. Y como mi ayudante personal se ha marchado, tú ocuparás su puesto… temporalmente, claro.

Debía de pensar que era tonta si creía que iba a tragarse esa absurda excusa. Haría lo que fuera, hasta trabajar de camarera, con tal de no verlo todos los días. El duque podía tener un aspecto agradable, pero ella sabía que era un hombre frío y sin corazón.

—Puede darme un puesto en la zona del hotel que ya está terminada. Haré cualquier cosa…

—No hay ningún puesto vacante.

—¿Ninguno?

Él negó con la cabeza.

Claro que, para los hombres como él mentir era tan natural como respirar. ¿Qué había sido de su acuerdo? Porque no iba a pagarle a una ayudante personal el exorbitante salario que habían firmado en el contrato.

—¿Y mi salario, mi parte de los beneficios?

El duque se encogió de hombros.

—Sobre eso, los términos del contrato no han cambiado.

Victoria levantó una ceja, sorprendida.

—Si quieres consultarlo con tu abogado, él te confirmará que vamos a respetar esa parte del trato.

Según su padre, su propio abogado los había vendido para congraciarse con la familia real, de modo que no sería de gran ayuda. Y dudaba que hubiera un solo abogado en la isla que se atreviera a ponerse en su contra, de modo que estaba metida en un lío.

—¿Y si me niego? —lo retó Victoria.

—Estarías violando tu contrato.

El duque no tenía ni idea de cuánto le gustaría hacer eso. Ella no quería ese puesto de trabajo. Pero si le decía que no, su padre se llevaría un disgusto. La venta del hotel Houghton, su legado, a la familia real para su proyecto de expansión había dependido de que la contratasen como gerente… y ganando casi el doble de lo que ganaba antes. Por no hablar de los beneficios. Su padre quería asegurarse de que no tuviera problemas económicos y Victoria no podía poner objeción alguna.

Perder el hotel había sido una carga más para el cansado corazón de su padre. A pesar de estar en la mejor zona de la isla, desde la inauguración del renovado hotel Royal Inn, las reservas en el Houghton, más pequeño, habían empezado a flojear.

Su padre había temido que acabarían teniendo que vender y así había sido.

Y con su frágil estado de salud, otra mala noticia lo mataría. Desde el día que su madre y su hermano mayor murieron en un accidente de automóvil, cuando Victoria tenía cinco años, ella había sido toda su vida. Reginald Houghton lo había sacrificado todo por ella y no podía defraudarlo.

Con renovada resolución, Victoria irguió los hombros y le preguntó:

—¿Cuándo espera que el hotel al completo esté en funcionamiento?

—Las reformas estarán terminadas a principios de la temporada que viene.

¿La próxima temporada? ¡Faltaban seis meses para eso! Seis días sería demasiado tiempo trabajando con aquel hombre. Pero ¿qué podía hacer?

Victoria creyó ver un brillo de burla en los ojos de color chocolate, ¿Le hacía gracia?

—¿Hay algún problema? —le preguntó el duque.

Victoria se dio cuenta de que estaba tomándole el pelo. Quería que violase los términos de su contrato para poder librarse de ella.

Pues muy bien, no le daría la satisfacción de renunciar. Podía haber destrozado a su padre, pero no iba a hacer lo mismo con ella.

—Ningún problema.

—Estupendo —el duque sonrió, una sonrisa de satisfacción que, debía reconocer, era muy atractiva. Aunque seguramente también él lo sabía—. Tienes que firmar esto —dijo luego, abriendo un cajón.

—¿Qué es?

—Un acuerdo de confidencialidad. Todos los empleados de la familia real tienen que firmarlo.

¿Otro truco?, se preguntó Victoria. Pero después de echarle un vistazo al documento comprobó que no era más que un simple acuerdo. Y aunque no estaría trabajando directamente para la familia real, sino para la cadena de hoteles que ahora poseían, no le pareció que mereciese la pena discutir. Sus secretos estarían a salvo con ella.

Sin embargo, mientras aceptaba el bolígrafo de oro que le ofrecía y firmaba el documento, no podía dejar de pensar que acababa de venderle su alma al diablo.

Era bajita y estaba acostumbrada a levantar la cabeza para mirar a la gente a los ojos, pero el duque era demasiado alto. Al menos cuarenta centímetros más que ella, que medía un metro cincuenta y cinco. Y era tan atractivo… El traje perfecto, las uñas bien cortadas, ni un mechón de pelo oscuro fuera de su sitio…

Pero los hombres como él no eran tan perfectos como parecían. Ella había conocido a muchos hombres imperfectos y, a pesar de su indudable atractivo y su dinero, el duque tenía tantos defectos como cualquiera. Probablemente, más.

Y precisamente porque era abogado, no pensaba confiar en él.

—Bienvenida a la compañía —él le tendió la mano y, decidida a mostrarse profesional, Victoria se la estrechó.

La mano masculina envolvió la suya, tragándosela, grande y firme. Y ella sintió un extraño cosquilleo en la boca del estómago.

—¿Por qué no hablamos sobre cuáles van a ser tus tareas mientras comemos juntos?

Los ojos de color chocolate le decían que tenía algo más que eso en mente. ¿Estaba flirteando con ella?

No, imposible. No podía ser.

Victoria tuvo que contenerse para no poner los ojos en blanco. Las revistas del corazón decían que era un mujeriego despiadado, pero ella siempre había pensado que no eran más que rumores. Ningún hombre podía ser tan superficial. Quizá, pensó ahora, no estaban tan equivocados.

Pero si creía por un momento que ella sería una más en su larga lista de conquistas femeninas, iba a llevarse una desilusión.

—No, gracias.

El duque la miró con curiosidad. Quizá no estuviera acostumbrado a que las mujeres le dijeran que no.

—Invito yo —bromeó.

—No, gracias.

—Vamos a tener que trabajar juntos —insistió él—. Deberíamos conocernos un poco mejor.

Pero no iban a trabajar tan juntos, pensó ella.

—Prefiero no mezclar una cosa con la otra.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «La seduccion del duque»

Mira libros similares a La seduccion del duque. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «La seduccion del duque»

Discusión, reseñas del libro La seduccion del duque y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.