Nacer Bailando
TAMBIÉN POR ALMA FLOR ADA
Me llamo María Isabel
Allá donde fl orecen los framboyanes
Bajo las palmas reales
Me encantan los Saturdays y los domingos
Cuentos que contaban nuestras abuelas:
Cuentos populares hispánicos
Querido Pedrín
Atentamente, Ricitos de Oro
¡Extra! ¡Extra! Noticias del Bosque Escondido
El unicornio del oeste
ATHENEUM BOOKS FOR YOUNG READERS • An imprint of Simon & Schuster Children’s Publishing Division • 1230 Avenue of the Americas, New York, New York 10020 www.SimonandSchuster.com • This book is a work of fiction. Any references to historical events, real people, or real locales are used fictitiously. Other names, characters, places, and incidents are products of the authors’ imaginations, and any resemblance to actual events or locales or persons, living or dead, is entirely coincidental. • Copyright © 2011 by Alma Flor Ada and Gabriel M. Zubizarreta • All rights reserved, including the right of reproduction in whole or in part in any form. • ATHENEUM BOOKS FOR YOUNG READERS is a registered trademark of Simon & Schuster, Inc. • The Simon & Schuster Speakers Bureau can bring authors to your live event. For more information or to book an event, contact the Simon & Schuster Speakers Bureau at 1-866-248-3049 or visit our website at www.simonspeakers.com . • The text for this book is set in Miller. • Manufactured in the United States of America • 0611 FFG • First Edition • 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 • Library of Congress Cataloging-in-Publication Data • Ada, Alma Flor. • Nacer bailando / Alma Flor Ada y Gabriel M. Zubizarreta. — 1st ed. • p. cm. • Summary: When Margie’s cousin Lupe comes from Mexico to live in California with Margie’s family, Lupe must adapt to America, while Margie, who thought it would be fun to have her cousin there, finds that she is embarrassed by her in school and jealous of her at home. • ISBN 978-1-4424-2061-8 (hardcover) • ISBN 978-1-4424-2397-8 (eBook) • 1. Mexican Americans—California—Juvenile fiction. [1. Mexican Americans—Fiction. 2. Family life—California—Fiction. 3. Cousins--Fiction. 4. Fathers and daughters—Fiction. 5. Immigrants—Fiction. 6. California—Fiction. 7. Spanish language materials.] I. Zubizarreta, Gabriel M. II. Title. • PZ73.A246 2011 • [Fic]—dc22 • 2010039037
A Virgilú, agradecida por la inspiración
y por haber traído a mi vida la alegría de
Virginia Marie, Lauren, Allison y Julia.
—A. F. A.
Para Camila, Jessica y Collette, que vivan
siempre con la valentía de aprender, de amar y
de guiar, para que puedan escribir siempre su
propio destino. Las quiere siempre, su padre.
—G. M. Z.
Agradecimientos
Muchas gracias...
A Jessica y a Camila Zubizarreta, por ser parte de esta
historia en más de una manera.
A Rosalma Zubizarreta, por sus acertadas sugerencias y
por la hermosa versión en inglés del poema de Rubén
Darío para la edición de este libro en ese idioma.
A Hannah Brooks, por las reiteradas lecturas del
original en inglés.
A Norma Tow y Liliana Cosentino, por su cuidadosa
revisión del texto en español.
A Isabel Campoy, por su apoyo incondicional.
A Lindsay Schlegel, por su entusiasmo al editar
el manuscrito. Al excelente personal de Atheneum,
por su continuo apoyo. Y muy especialmente a
Namrata Tripathi, por su invalorable presencia
durante la creación de este libro.
Contenido
1. El mapa
Margie se sentía nerviosa mientras esperaba a la directora de la escuela, sentada en una silla frente a su oficina. Mantenía los ojos fijos en un mapa enorme que cubría por entero la pared. Aunque la señora Donaldson siempre le había parecido una persona agradable, Margie nunca antes había tenido que dirigirse a ella.
El mapa mostraba Canadá, los Estados Unidos y parte de México. Alaska y el resto de los Estados Unidos aparecían en un color verde fuerte y vívido. Canadá era de color amarillo brillante. Sin embargo, la pequeña parte de México que se veía era de un color arenoso y apagado, un color cuyo nombre Margie no hubiera podido precisar.
Para ella, los mapas eran una invitación a soñar, una promesa de que algún día visitaría lugares distantes, de cualquier región del mundo. Al mirar ese mapa, podía imaginarse admirando los glaciares gigantescos de Alaska, sorprendiéndose frente al Gran Cañón del Colorado, dejando que su vista se perdiera en las llanuras interminables del centro de los Estados Unidos, tratando de orientarse en medio del bullicioso Nueva York u observando las costas rocosas de Maine. Pero cuando sus ojos empezaron a traspasar la frontera sur del país, dirigió la vista a otra parte.
«Ese no es un sitio que quiero visitar», pensó, recordando tantas conversaciones entre sus padres y algunos vecinos: historias de familias sin suficiente dinero para vivir una vida digna, de gente enferma sin recursos para recibir atención médica, de personas que habían perdido su casa o sus tierras. A medida que rechazaba esos pensamientos, su corazón se llenaba de orgullo porque sabía que ella había nacido al norte de esa frontera, en los Estados Unidos de América, porque sabía que era estadounidense.
Miró a la niña que esperaba a su lado, sentada en otra silla: su prima Lupe, que no había tenido la suerte de haber nacido, como ella, en los Estados Unidos. Acababa de llegar de México y se veía completamente fuera de lugar con el vestido de fiesta que se había empeñado en usar: «Mi madre lo hizo especialmente para mí», había rogado, y la madre de Margie le había permitido ponérselo. El vestido era demasiado elegante para la escuela. Y Margie se sentía avergonzada de que la vieran con una prima vestida como muñeca.
Sus compañeros de clase se burlarían del vestido de organdí y de las largas trenzas de Lupe. Y le preocupaba que las burlas recayeran sobre ella también. ¿Volverían a mofarse, chillando «Maarguereeeeeta, Maarguereeeeeta» y preguntándole cuándo había cruzado la frontera desde México? ¡La habían moles-tado tanto!
Había sido una larga lucha tratar de que los chicos no la consideraran mexicana. Se sentía muy orgullosa de haber nacido en Texas. Era tan estadounidense como cualquier otro. Temía que, por culpa de Lupe y su tonto vestido, todo recomenzara. Ya podía oírlos preguntándole por qué no traía burritos para el almuerzo o riéndose mientras decían: «No way, José».
Todavía estaba pensando en cuánto le hubiera gustado convencer a Lupe de que se vistiera de manera normal, cuando apareció la directora. Caminaba apresurada y les hizo señas para que entraran con ella a su oficina.
—Buenos días, Margarita. ¿En qué puedo ayudarte?
Las palabras de la señora Donaldson encerraban un mensaje muy claro: «Estoy muy ocupada y no puedo perder ni un minuto».
—Buenos días, señora Donaldson. Le presento a mi prima Lupe. Acaba de llegar de México. Mi madre ha dicho que...
La directora, que había empezado a ordenar los papeles que tenía sobre el escritorio, la interrumpió:
—Tu madre la inscribió ayer, Margarita. Puedes llevarla a tu clase.
—¿A mi clase? —La voz de Margie estaba cargada de sorpresa y urgencia—. Pero ella acaba de llegar. Es de México. No sabe hablar.
La directora miró a Margie fijamente:
—Quieres decir que no sabe hablar inglés, ¿verdad? Porque me imagino que español sí sabe. —Y volviéndose a Lupe, le dijo muy despacio—: Bien-ve-ni-da a Fair Oaks, Lupe. Bonito vestido.
Página siguiente