Henry D. Thoreau - Desobediencia civil y otros escritos
Aquí puedes leer online Henry D. Thoreau - Desobediencia civil y otros escritos texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1849, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Desobediencia civil y otros escritos
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:1849
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Desobediencia civil y otros escritos: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Desobediencia civil y otros escritos" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Desobediencia civil y otros escritos — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Desobediencia civil y otros escritos " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Figura singular y enemiga de convenciones, el estadounidense Henry D. Thoreau (1817-1862) desarrolló una obra fértil y heterogénea impregnada de un individualismo y de una integridad radicales. Si su obra más conocida, «Walden», fue el resultado de su voluntad de experimentar la libertad y la vida autosuficiente en la naturaleza, en sus «Diarios», ensayos y conferencias fue consignando su propia construcción como persona. Su ideología fue heterodoxa, radical, casi libertaria, antiimperialista y antiesclavista, y su influencia en los movimientos contemporáneos de desobediencia civil, desde Gandhi a nuestros días, ha sido enorme. De su discurso, tan firme como revolucionario, y que por otro lado, lejos de haber perdido actualidad, se revela hoy más que nunca como un referente para una sociedad asustada y secuestrada por poderes tan difusos como sospechosos, son excelente muestra los cuatro ensayos reunidos en este volumen —«Una vida sin principios», «Desobediencia civil», «La esclavitud en Massachusetts» y «Apología del capitán John Brown»— que la introducción de Juan José Coy ayuda a situar en el contexto oportuno.
Henry D. Thoreau
ePub r1.1
Daruma27.03.14
Título original: Life without principle, Civil Disobedience, Slavery in Massachusetts, A Plea for Captain John Brown
Henry D. Thoreau, 1863, 1849, 1854, 1859
Traducción: M.ª Eugenia Díaz
Introducción y notas: Juan José Coy
Diseño de portada: Daruma
Editor digital: Daruma
Corrección de erratas: othon_ot
ePub base r1.0
Confío en que me perdonen por estar aquí. Preferiría no tener que forzarles a oír mis ideas, pero creo que no tengo más remedio. A pesar de lo poco que sé del capitán Brown quisiera intervenir con el fin de corregir el tono y las afirmaciones de los periódicos y de mis compatriotas en general, con respecto a su carácter y a sus acciones. No nos cuesta nada ser justos. Al menos podemos expresar nuestra simpatía y admiración por él y sus compañeros y eso es lo que me propongo hacer.
Me referiré primero a su historia. Procuraré omitir, dentro de lo posible, lo que ustedes ya han leído. No es preciso que les describa su físico, ya que la mayoría de ustedes probablemente lo han visto y no lo olvidarán en mucho tiempo. He sabido que su abuelo, John Brown, era un oficial de la Revolución, que él nació en Connecticut a principios de siglo, que le acompañaba al campamento y le ayudaba en su trabajo, lo cual le enseñó mucho de la vida militar —tal vez mucho más que si hubiera sido soldado, porque siempre estaba presente en las reuniones de los oficiales—. Su experiencia le enseñó sobre todo cómo se abastece y mantiene a los ejércitos en el campo de batalla, un trabajo que, según su opinión, requiere tanta experiencia y destreza como la propia estrategia de la lucha. Decía que son muy pocas las personas que tienen conciencia del coste, incluso del coste pecuniario que supone lanzar un solo cañonazo en la guerra. De este modo, vio lo suficiente como para hacerle rechazar la vida militar e incluso le incitó a aborrecerla hasta tal punto que aunque le tentó una oferta de un pequeño empleo en el ejército, cuando tenía dieciocho años, no sólo lo rechazó sino que se negó a hacer el servicio militar cuando le llamaron a filas, y le multaron por ello. Entonces decidió que nunca tendría nada que ver con una guerra, a no ser que fuera una guerra en favor de la libertad.
Cuando empezaron las revueltas de Kansas, envió allí a varios de sus hijos para apoyar al partido de los «Free State men» equipados con las armas que pudo conseguir y les dijo que si los enfrentamientos se incrementaban y le necesitaban, se uniría a ellos para socorrerlos con sus manos y sus consejos. Así lo hizo, como ya sabéis, y fue su contribución más que la de ningún otro, la que llevó la libertad a Kansas.
Durante una época de su vida fue agrimensor y luego estuvo algún tiempo dedicado al comercio de lana y viajó a Europa como agente de este negocio. Allí, como en todas partes, se mantuvo alerta e hizo observaciones muy originales sobre todo lo que vio. Decía, por ejemplo, que había visto por qué la tierra era tan fértil en Inglaterra y en Alemania (creo recordar) tan pobre, y pensó en escribir a algunos miembros de la realeza al respecto. La razón era que en Inglaterra los campesinos vivían en las tierras que trabajaban, mientras que en Alemania se les recogía de noche por distintos pueblos. Es una pena que no haya escrito un libro con sus observaciones.
Debo decir que fue un hombre anticuado debido a su absoluto respeto a la Constitución y a su fe en la estabilidad de esta Unión. Consideró la esclavitud como algo totalmente opuesto a ambas, y fue siempre su enemigo.
Fue un campesino de Nueva Inglaterra por nacimiento y ascendencia hombre de gran sentido común, decidido y práctico como los de su clase pero con esas cualidades multiplicadas por diez. Fue como el mejor de los que se reunieron en Concord Bridge, en Lexington Common y en Bunker Hill, con quienes se le compara en ciertos aspectos, fueron luchadores en un campo mucho menos importante. Ellos podían enfrentarse con valor a los enemigos de la patria, pero él tuvo el valor de enfrentarse a su propia patria cuando actuaba erróneamente. Un escritor del Oeste dice, al contar su huida de tantos peligros, que se ocultaba bajo un «traje de campesino», como si en esas tierras de llanuras lo apropiado fuera que un héroe se vistiera con un traje de ciudad.
No se educó en una Universidad llamada Harvard, buena y antigua alma mater como es. No se aumentó de la papilla que allí se elabora.
Pertenecía a ese grupo del que se dicen muchas cosas pero del que la mayoría de las veces, no sabemos nada en absoluto: los puritanos.
«En su campamento», como alguien ha escrito recientemente, y como yo mismo le he oído afirmar «no permitía la blasfemia, no toleraba la presencia de hombres de moral dudosa, a no ser, por supuesto, como prisioneros de guerra. “Preferiría —dijo— tener la viruela, la fiebre amarilla y el cólera todos a la vez en mi campamento, antes que un hombre sin principios… Es un error el que cometen los nuestros cuando creen que los matones son los mejores combatientes o que son los adecuados para enfrentarse a los del Sur. Dadme hombres de principios, hombres temerosos de Dios, orgullosos de sí mismos y con una docena me enfrentaré a otros cien de esos rufianes de Buford”». Dijo también que si se le presentaba un soldado bajo su mando que alardeara de lo que haría o podría hacer en cuanto pusiera sus ojos sobre el enemigo, depositaría muy poca confianza en él.
Jamás pudo conseguir más de veinte reclutas que tuvieran su aprobación y sólo una docena, entre ellos sus hijos, contaban con su plena confianza. Cuando estuvo aquí hace varios años, mostró a unos cuantos un pequeño libro manuscrito —su «libro de ordenanzas» creo que le llamaba— donde figuraban los nombres de los miembros de su compañía en Kansas y las normas a las que se sometían todos, y añadió que varios de ellos incluso las habían sellado con su sangre. Cuando alguien le señaló que con la incorporación de un capellán se convertiría en una tropa perfectamente cromwelliana, contestó que le hubiera gustado contar con un capellán en la lista si hubiera encontrado uno que fuera capaz de cumplir su misión satisfactoriamente. Es muy fácil hallar uno que sirva en el ejército de los Estados Unidos. De todos modos, en su campamento tenían oraciones de mañana y tarde, según creo.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Desobediencia civil y otros escritos»
Mira libros similares a Desobediencia civil y otros escritos. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Desobediencia civil y otros escritos y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.