Título original: ON THE DUTY OF CIVIL DISOBEDIENCE
[ 1849 , original title: Resistance to Civil Government]
And
GLEANINGS—OR WHAT TIME HAS NOT REAPED OF MY JOURNAL
[Henry David Thoreau’s Journal]
And
WHERE I LIVED, AND WHAT I LIVED FOR
[ 1854 , from Walden; or, Life in the Woods]
By
HENRY DAVID THOREAU
Traducción, prólogo y cronología: ADO (Antonio Díaz Oliva) 2018
Una vida salvaje y desobediente
Henry David Thoreau
© Henry David Thoreau
© de la edición digital: Editorial Sonora
© de la edición impresa: Editorial Sonora
Sonora Ediciones es un sello editorial del grupo
ebooks Patagonia
@neonediciones
www.neonediciones.com
San Sebastián 2957 , Las Condes
Santiago de Chile
ISBN impreso: 978-956-9967-07-8
ISBN digital: 978-956-9967-08-5
Primera edición, junio 2019
Traducción: Antonio Díaz Oliva
Edición: Janice Tapia Silva
Arte de portada: Camila Vásquez Acuña
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
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EL BARBUDO DEL BOSQUE
¿En qué momento Henry David Thoreau, aquel solitario filósofo que se resistía a pagar impuestos, ese empedernido diarista que anotaba desde el caer de las hojas hasta el último centavo gastado, fue descubierto por nuevas generaciones? A doscientos años de su nacimiento, basta un googleo para confirmar que Thoreau sigue vivo. Y que se lee. Y que se homenajea y hasta parodia de diversas formas.
Ahí están, por ejemplo, esas poleras con su famoso y barbudo retrato bajo el siguiente mensaje: ¿Desobediencia civil? Yo era rebelde antes de que fuera cool . O esos largos ensayos en páginas web de cultura pop sobre por qué algunos lo consideran el primer hipster (o incluso el primer millennial). O Walden, a game , aquel video juego en que se debe sobrevivir de manera autosuficiente en un bosque, solo si uno sigue los principios de una vida salvaje y desobediente.
Lo extraño es que, por lo menos en cuanto a sus escritos, la intención de Henry David Thoreau nunca consistió en ser un referente o una persona pública. Era un ermitaño al que le gustaba opinar pero no tanto figurar. Un autor para quien solo a través de la escritura —la cual era casi una forma de introspección o terapia— conectaba con otras personas. «Si la podemos escuchar, mejor escucharla», escribió en las primeras entradas de su diario, incluidas en la presente selección, sobre esa voz que todos y todas tenemos al poner pensamientos por escrito. «Solo al oír con reverencia esa voz interior nos conectamos con el resto de la humanidad».
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Nació y vivió la mayor parte de su vida en Concord, Massachusetts, estado ubicado en el Noreste de Estados Unidos, en esa región también llamada Nueva Inglaterra. Henry David Thoreau ( 1817-1862 ), estudió en Harvard y después de graduarse, en 1837 , regresó a Concord.
Por entonces tuvo su primer acercamiento con el Trascendentalismo, aquella corriente de pensamiento según la cual cada alma humana es idéntica al alma del mundo (es decir: todos somos el mundo y que el mundo es a su vez cada uno de nosotros). Se volvió especialmente cercano del escritor, filósofo y poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson (quien más adelante pagaría la fianza para que Thoreau saliera de la cárcel).
El de julio de 1845 Thoreau se mudó a la cabaña que había construido en el lago Walden, donde permaneció hasta el de septiembre de 1847 . No fue demasiado tiempo (veintisiete meses), pero le bastó: aquella experiencia se transformó en Walden , la vida en los bosques . Publicada en 1854 , aquella es su gran obra, un híbrido entre ensayo y diario de vida, un cuidado tratado sobre la naturaleza y la vida interior en el cual Thoreau comenzaría darle vueltas a la pregunta que —de alguna manera— define su obra: ¿cómo se debe vivir?
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Y la respuesta de Thoreau para aquella duda existencial se puede resumir así: «Simplifica, simplifica». Aquel mantra refleja su minimalismo: Thoreau vivía con lo puesto y le gustaba simplificar su existencia. «La mayoría de los lujos y muchas de las llamadas comodidades de la vida no solo son dispensables, sino también obstáculos para la elevación de la humanidad», escribió en Walden . Aseguraba, por ejemplo, que la manera de combatir el frío es justamente con lo mínimo; es decir, sin abrigarse con capas y capas de ropa, ya que solo al acostumbrarnos al frío podemos combatirlo.
O se preguntaba por qué tantas personas buscaban entretenciones modernas, cuando el mejor show posible lo tenemos frente a nuestras narices: el ciclo de la vida y la muerte reflejado en las plantas y animales. «Todas las cosas buenas son salvajes y libres», aseguró.
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Thoreau era un anarco-pacifista. No le gustaba pagar impuestos. No creía en el Estado. Menos en los Gobiernos y gobernantes. Estaba en contra de la esclavitud y de cualquier tipo de guerra. Odiaba que le dieran órdenes. Y le disgustaban muchos aspectos de la modernidad. «Nos apresuramos a construir un telégrafo magnético desde Maine hasta Texas», apunta en Walden , «pero Maine y Texas, puede ser, no tienen nada importante que comunicar».
De esa forma, su respuesta —frente a la cuestión de cómo vivir— era la siguiente: resistiendo pacíficamente.
«Todos los hombres reconocen su derecho a la revolución; es decir, el derecho a negarse a la obediencia y poner resistencia», argumenta en «Desobediencia Civil» en cuanto al gobierno, aunque también usaba ese argumento para otros aspectos de la vida contemporánea.
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Una vida salvaje y desobediente es tanto una selección como una introducción a una obra que se ramifica a través de otros libros, escritos y biografías. Contiene acaso el ensayo más famoso de Thoreau, «Desobediencia civil», en el cual muestra su lado político; «Recolecciones (o lo que el tiempo no ha cosechado de mi diario)», las primeras entradas de su ya canónico diario, tan lleno de observaciones como de digresiones y muchos dardos —de madera— contra la vida moderna; y «Donde viví y para qué viví», capítulo de su obra magna, Walden , pero que a su vez puede leerse como un ensayo independiente.
Además de eso, se incluye una cronología con aspectos básicos sobre la vida del barbudo poeta y ensayista de tendencia trascendentalista y origen puritano.
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«Me fui al bosque porque quería vivir deliberadamente, afrontar solo lo esencial de la vida y así ver si podía aprender de ella lo que tenía que enseñarme», escribe al inicio de Walden . «Y evitar, cuando fuera hora de morir, descubrir que no había vivido realmente».
Fue así como Thoreau construyó su cabaña, la cual mantuvo con lo mínimo: una cama, un escritorio y tres sillas para poder recibir huéspedes («Una para la soledad, dos para la amistad, tres para la sociedad», escribió en su diario). La libertad, según Thoreau, se opone a lo que la sociedad ordena. Y en ese sentido se relaciona con el minimalismo; mientras menos se tiene, más libre se puede llegar a ser. Solo de esa manera, nos dice Thoreau, el Estado posee menos control sobre uno.