Fernand Niel - Stonehenge
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- Libro:Stonehenge
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- Editor:ePubLibre
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- Año:1974
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Stonehenge: resumen, descripción y anotación
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Un día indeterminado hace cuatro mil años, fue comenzada la construcción de un templo nunca antes realizado. Hoy, Stonehenge sobrevive en ruina parcial con muchos secretos aún por desvelar.
Fernand Niel sumerge al lector en la leyenda y fantasía de Stonehenge… y al Stonehenge del presente, a todos aquellos interesados en penetrar en su pasado.
Fernand Niel
El templo misterioso de la prehistoria
Otros mundos - 95
ePub r1.0
Titivillus 21.03.17
Título original: Stonehenge
Fernand Niel, 1974
Traducción: José M.ª Martínez Monasterio
Ilustraciones: Colección del autor
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
[1] Después de haber sido escritas estas líneas, unos trabajos de excavación han hecho desaparecer esta profunda depresión.
[1] Los trabajos de restauración de 1958, al levantar algunos montantes, han reducido un poco este aspecto caótico.
[1] Frecuentemente utilizaremos las expresiones «a la derecha» o a la «izquierda» de tal piedra o del eje de la construcción. Siempre debe suponerse que se está sobre ese eje y que se mira hacia el nordeste, es decir, hacia la Heel stone.
[1] Este sistema de fijación de una piedra encima de otra, con espiga y muesca, no es particular de Stonehenge. Hemos advertido, en Delfos, la existencia de bloques que ostentan en su parte superior unas espigas muy parecidas. Éste es también el sistema utilizado en Menorca para los bilitos llamados taulas que permiten fijar la laja sobre su montante. Asimismo, éste es el sistema empleado en la isla de Pascua, para impedir la caída del cilindro de piedra que sirve de sombrero a algunas de estas famosas estatuas.
[1] Algunas divergencias entre los autores ingleses de quienes hemos sacado estas informaciones, permitirían admitir asimismo las cifras de 0,384 y 1,790. Las de 0,305 y 1,83 indicadas más arriba, corresponden mejor al establecimiento de un plano preciso.
[1] Quizá los agujeros para piedras encontrados en el círculo de las cuatro estaciones (en F, G, K del plano de conjunto) son vestigios de un antiguo cromlech o de una tentativa de construcción de un monumento semejante. No lo creemos. Más bien parece que se trata de piedras aisladas.
[1] En la época de César, las viviendas de los bretones estaban hechas de cañas y de maderos (Diodoro de Sicilia, V, 21). Si era igual mil años antes —y ello es probable—, no es extraño que no quede en la actualidad nada.
[1] Diodoro de Sicilia, Biblioteca histórica, II, 47. Traducción Ferd. Hoeffer, París, Hachette, 1865, tomo I, págs. 167, 168.
[1] Quizás a causa del texto de Henri de Huntingdon algunos han imaginado un pequeño trilito encaramado sobre el grande (véase página 27).
[1] Historia, n.º 166, set. 1960. Geoffrey Bibby, «Stonehenge, el más importante conjunto prehistórico al norte de Europa». El dibujo en cuestión data de 1588. Figura en A particular Description of England, de William Smith. Es una copia del de 1574, del que se hablará más adelante.
[1] Resulta curioso comparar este relato con la leyenda del monte Saint-Michel, en Francia, en el cual el diablo, obligado por el arcángel a construir el edificio, llevó las piedras atadas sobre la espalda y, durante el camino, se le cayeron algunas.
[1] Según nuestros informes, esta obra no fue publicada. Sólo existe, en forma de manuscrito, en la Biblioteca Bodleiana de Oxford.
[1] Esta tendencia a considerar Stonehenge como un vasto observatorio astronómico se manifestará, de forma bastante inesperada, en nuestra época, más exactamente en 1964 (véase el apéndice Stonehenge decoded).
[1] Quizá fue la piedra del Altar la que más sufrió a causa de esta costumbre.
[1] La lectura de este capítulo podrá ser omitida sin que ello suponga inconveniente para la continuación de nuestro relato. Al menos, podrán saltarse las primeras páginas.
[1] Esta opinión ha sido reconsiderada recientemente (1971), por un geólogo británico, G. A. Kellaway. Siempre nos ha intrigado un hecho, en las «soluciones glaciares»: ¿aportaron los glaciares el número de piedras necesarias para edificar este monumento? ¿Y las otras, grandes o pequeñas? Se responde que han desaparecido (desde hace mucho tiempo) para construir casas o caminos. Esto nos hace pensar en que debiera acusarse a los buscadores de tesoros, pues nos hallamos ante un dolmen totalmente desprovisto de mobiliario.
[1] En la actualidad, este folleto parece haber sido remplazado por Stonehenge and Avebury, de R. J. C. Atkinson.
[1] La presencia de la inscripción JOHAN DE FERRÉ, inmediatamente encima de la espada grabada, fue, sin duda, una de las causas por las cuales esta última no fue advertida hasta entonces. La inscripción, muy regular y aparente, atrae la mirada y no permite desplazarla en otra dirección.
[1] La longitud de la espada grabada, dada más arriba, es exactamente la misma que la de un puñal con espiga de reborde, muy parecida al grabado de Stonehenge y hallada en Micenas. Está reproducida en Materiales para la Historia primitiva y natural del Hombre, año 1886, pág. 11.
[1] Este folleto ha sido resumido y publicado en francés, titulado Qu’est-ce que Stonehenge?, y se vende en el propio monumento. El texto es de Atkinson y la traducción de André Roos (Londres, 1963). Ya nos hemos referido a él.
[1] Un astrónomo norteamericano (Gerald Hawkins) cree que los 56 agujeros de Aubrey servían de referencia y eran utilizados para predecir los eclipses… Esta opinión nos parece bastante temeraria. (Véase apéndice III.)
[1] Ya hemos hecho alusión a este descubrimiento. El bloque, que pesa una tonelada, se halla hoy en el museo de Salisbury. Sus dimensiones nos han parecido muy reducidas para tal peso.
[1] Esto quería decir, para las masas, que los sacerdotes habían señalado los puntos extremos del avance del sol. Éste debía seguir su curso en el interior de dos límites, más allá de los cuales no podía escaparse. De este modo parecía obedecer a los sacerdotes o, al menos, atender a sus rogativas, cuando le pedían que no huyera y que regresara para iluminar a los hombres.
[1] Por analogía con la espada grabada en la jamba 53, sería interesante aplicar este codo de 518 mm a diversas dimensiones del emplazamiento arqueológico de Micenas. Por desgracia, no hemos podido obtener más que muy pocas medidas verdaderamente precisas. Entre otras, la «puerta de los leones», de 3,11 m de altura por 2,94 m de anchura en la base, o sea, 0,518 x 6 = 3,108 y 0,518 X 52/3 = 2,935. La anchura total del pasillo que conduce a la «tumba de Agamenón» sería de 6,224 m, es decir, 0,518 x 12 = 6,216 m. Se pueden encontrar otras, no sólo en Micenas, sino también en Tirinto, en Orcomeno o en otros lugares. Al no poderlos controlar o hacerlos controlar, nos abstendremos de hablar más sobre el asunto.
Por lo demás, no es seguro que no se adaptara también otra unidad a las dimensiones halladas en estos emplazamientos arqueológicos.
[1] Las diferencias que pueden existir, en los cálculos que indicamos, son sólo de algunos centímetros. Obedecen al hecho de que calculamos con el metro y sus submúltiplos. No lo hicieron así los constructores, que no manejaban con tanta facilidad los números decimales.
[1] Todos los agujeros no tienen semejante rampa. Éste es el caso de la jamba de sarsen número 6, así como el del trilito 57-58. Desde luego, se trataba de monolitos cortos, cuya profundidad de cimientos era menor que la de los otros. Para la erección de estos monolitos, nos resulta imposible imaginar cualquier cosa. Las dificultades que se tuvieron que superar debieron de ser tan grandes que consideramos la operación como una verdadera proeza.
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