• Quejarse

Prieto - Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica

Aquí puedes leer online Prieto - Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Ciudad: Barcelona, Año: 2013, Editor: Grupo Planeta;Ariel, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Prieto Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica
  • Libro:
    Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica
  • Autor:
  • Editor:
    Grupo Planeta;Ariel
  • Genre:
  • Año:
    2013
  • Ciudad:
    Barcelona
  • Índice:
    3 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 60
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Una reivindicación de la cultura humanística, asediada y cada vez más relegada hoy en día, pero que aquí recobra un sorprendente aliento, quizá porque, como dice el propio autor, se trata «de una larga tradición que se hace novedad cada vez que unos ojos la existen». No se deje engañar el lector por el matiz de humildad –y casi de ironía– con el que el profesor Antonio Prieto ha titulado esta antología personal de artículos, conferencias y clases porque en estas páginas, de periodos e intenciones diversas, se recoge un encomiable compendio de sabiduría humanística. Si por un lado trazan un recorrido por la memoria vital y los intereses académicos del profesor –con lucidez y erudición pasa de Boscán a La Celestina, de Lope a Moratín, de la novela histórica a la pintura renacentista–, en estos textos, leídos en conjunto, se percibe el latido de una reivindicación de la cultura –clásica, renacentista y aun contemporánea– como tradición, entendida...

Prieto: otros libros del autor


¿Quién escribió Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Índice PRELIMINAR Espero que el título de Penúltimo cuaderno que agavilla - photo 1

Índice

PRELIMINAR

Espero que el título de Penúltimo cuaderno que agavilla estas páginas no se tome bajo ningún aspecto como título que implica presunción o sentido anunciador de que puesto que fijo penúltimo anuncio un último. Ni tengo piedra pronosticadora ni bruja o gitana que augure el tiempo por venir, aunque sí confieso que titular último me hubiese producido cierto reparo y sonado a despedida. Es decir, temor a caer ya en el lado de allá para comprender mejor a los autores finados con los que procuraré entenderme sin llegar a excesos.

Pienso ahora, asomándome a la ineludible realidad, en aquella oda de Horacio, «Eheu fugaces, Postume, Postume…», que tanto gustaron traducir los poetas como Moratín («Ay, cómo fugitivos se deslizan, Póstumo, caro Póstumo, los años…») reconociendo la fugacidad del tiempo llevándose nuestra contada vida. Razón autodefensiva por la que discurro que «Póstumo, Póstumo» fue mucho más un término que convenía a la sonoridad de la estrofa alcaica del poema, que una persona real como el senador y procónsul Propercio Póstumo, quien se alejó de su esposa para ir contra los partos. «Penúltimo cuaderno» no pasa de ser flatus vocis, mero soplo de voz sin más o escondido sentido.

Advertiré ahora una cierta irregularidad o anomalía. Cada capítulo de los que forman este texto se inicia con un «Introito» referido al nacimiento, el tiempo o los motivos de escribir ese capítulo. Por supuesto que no existe en la redacción de tales introitos ni la más mínima intención de originalidad por mi parte, sino un intento de resolver aquella oda horaciana que anunciaba lo que hiere el pasar de la vida sin posible retorno. Cada introito lo escribí, con su independencia, queriendo atrapar un fragmento recordado del pasado que mitigara la herida del tiempo. Son engañosos retornos para reparar la herida dejada por lo que fue y ya marchó.

Por lo demás, todo normalito. Comprobé lo puerilmente inútil que era intentar meter el nombre de todos mis alumnos en un título mostrándoles mi agradecimiento y cariño, y me decidí al final por incluir unas meras lecciones de clase en el libro para contrarrestar mi irreverencia de atender La Celestina por mucho que gustara yo de Melibea.

En realidad, el capítulo sobre El caballero de Olmedo son los apuntes de clase reunidos por dos alumnos, quienes me los ofrecieron ya ordenados, tal como van. Eso sí, corregí alguna errata, que pienso debida a mi dicción, como encontrar escrito en los apuntes «El gusano», por contaminación sonora de «El Cusano», a quien yo me refería para abreviar a Nicolás de Cusa, el filósofo alemán que estimaba la realidad contradictoria y escribió sobre la «docta ignorancia». Naturalmente desparasité mi texto de oralidad, para la cual repasé retóricas que consultaron Cervantes y Lope de Vega como la Poética del cremonense Jerónimo Vida, a quien le tenía afición por amar a los perros y escribir un poema sobre el juego de ajedrez que, con motivo de las bodas de Océano y la Tierra (Hesíodo dice el anchuroso cielo), celebran Apolo, con los trebejos blancos, y Mercurio, con los negros, quien al fin triunfa al olor de Troya.

INTROITO I

Es posible que todo artículo o capítulo, como todo libro, tenga detrás una historia en cuanto acto humano, aunque sea muy insignifi- cante por la pobreza de su redactor. Estas páginas primeras dedicadas al profesor Antonio Fontán tuvieron su nacimiento, que no su final, en un descanso de las sesiones mantenidas en Alcañiz, en mayo de 2005, con motivo del «IV Congreso Internacional de Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico». Mencioné yo que acaso Elisa, la amada de Garcilaso, no tuviese más realidad que las amadas cantadas por elegíacos romanos, y Fontán me animó a que redactase algo sobre esta herencia, sobre el cultivado y poético amor.

Codirigí en un pasado tiempo, junto al notable historiador José María Jover, una colección de «Historia y Humanidades» para Ensayos/Planeta, que ya habíamos inaugurado con Fiesta, comedia y tragedia de F. Rodríguez Adrados, a la que siguieron volúmenes como Introducción al latín de L. R. Palmer o Transmisión mítica de Luis Gil. Nos interesaba mucho editar un original sobre el Humanismo de Antonio Fontán.

Teníamos de compañeros en la facultad por aquellos años a los jóvenes José Luis Moralejo y Carlos García Gual, quienes habían publicado en la revista Prohemio, de curso paralelo a Ensayos/ Planeta, unos artículos, respectivamente, sobre «El cancionero erótico de Ripoll en el marco de la lírica mediolatina» y «Sir Orfeo en la confluencia de dos tradiciones míticas». Prohemio, revista cuatrimestral de lingüística y crítica literaria, se formaba por los años en los que también nacían la Sociedad Española de Lingüística, que me extendía el carnet de socio fundador en noviembre de 1970, y la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, que recogería su actividad en la revista 1616, aparecida en 1978, al calor del «Primer Coloquio de Literatura Comparada» (1974) que inauguró Marcel Bataillon en el Colegio Mayor Jaime del Amo.

Como iba escribiendo teníamos mucho interés en contar con un original de Antonio Fontán, quien ya había publicado en 1957 Artes ad humanitatem. Fue precisamente el amigo Moralejo quien me presentó a Fontán, y pude concretar la edición de su Humanismo romano, texto que se alegró muchísimo encontrar el presidente italiano Sandro Pertini cuando asistió a la final copera entre Italia y Alemania en el Santiago Bernabéu.

Gracias al doctor Moralejo, discípulo de Fontán, yo conocí a un hombre admirable, de enriquecedora conversación, del que era extraordinario aprender el sentido de términos como humanismo o democracia en su mejor recorrido. Después de nuestro encuentro coincidí muchas veces con Fontán, como en la noche en la que se le rendía un cariñoso homenaje por su jubilación en el Hotel Meliá Madrid o en las jornadas anuales de Alcañiz animadas desde Cádiz por el profesor José María Maestre Maestre. También, claro está, asistíamos juntos a determinados actos académicos como tesis doctorales, entre las que recuerdo ahora la protagonizada por Carmen Fernández Daza sobre «El primer conde la Roca», o nos regalábamos libros como El embajador Hurtado de Mendoza, sobre cuya biblioteca de El Escorial tenía Fontán un artículo o su Juan Luis Vives, dos tomos publicados en 1992 por el Ayuntamiento de Valencia, o el más reciente, de 2008, sobre Príncipes y humanistas. En ocasiones hablábamos de jóvenes consagrados como Moralejo o Luis Alberto de Cuenca. Después, el silencio del diálogo. En Myrtia, la revista de Filología Clásica de Murcia, dirigida por Francisca Moya del Baño, publiqué estas páginas dedicadas «para Antonio Fontán, amigo, desde Roma», al que llegué tarde para ofrecerle La sombra de Horacio, editada por la Academia Alfonso X de Murcia, y a la que Luis Alberto de Cuenca estimó como «originalísima biografía horaciana».

Del cultivado y poético amor

Me agrada imaginar, desplazando otras realidades, que un lector de nuestro siglo XVI que cultivara entre sus manos la editio princeps, 1543, de la poesía de Boscán, gozaría al leer la dedicatoria a la duquesa de Soma:

¿A quién daré mis amorosos versos,

que pretienden amor, con virtud junto,

y desean también mostrar hermosos?

Este buen lector, que también sabría latín, recordaría inmediatamente los versos de Catulo:

¿Quoi dono lepidum nouum libellum

arida modo pumice expolitum?

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica»

Mira libros similares a Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica»

Discusión, reseñas del libro Penúltimo cuaderno: una reivindicación de la cultura humánistica y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.