WILHELM ALBERT WŁODZIMIERZ APOLINARY DE KOSTROWICKI (Roma, 26 de agosto de 1880 – París, 9 de noviembre de 1918), conocido como Guillaume Apollinaire o, simplemente, Apollinaire, fue un poeta, novelista y ensayista francés. En 1912 publicó Alcoholes. Del mismo año data Los pintores cubistas. En 1914, al estallar la primera guerra mundial, ingresó en las filas del ejército francés como voluntario, siendo herido en 1916. De regreso a París publicó El poeta asesinado, y en 1918, poco antes de morir, sus famosos Caligramas.
Ilustración
Título original: Le Marquis de Sade
Guillaume Apollinaire, 1909
Traducción: Hugo Acevedo
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.0
Notas
[1] Paul Ginisty, La Marquise de Sade, París, Charpentier, 1901.
[2] Dr. Eugen Duehren, Der Marquis de Sade und seine Zeit, Berlín, trad, al francés por Octave Uzanne: Le Marquis de Sade et son temps, Paris, Michalon, 1901; Lieue Forschungen über den Marquis de Sade und seine Zeit, Berlin, Max Harrwitz.
[3] Dr. Cabanès, La Prétendue Folie du marquis de Sade, en Le Cabinet secret de l’Histoire, cuarta serie.
[4]Le Marquis de Sade et son oeuvre devant la science médicale et la littérature moderne, por el doctor Jacobus X, Paris, Charles Carrington, 1901.
[5] Henri d’Alméras, Le Marquis de Sade, l’homme et l’écrivain, Paris, Albin Michel (sin fecha).
[6] Ver Répertoire ou Journalier du château de la Bastille à commencer le mercredi 15 mai 1782, publicado en parte por Alfred Bégis (Nouvelle Revue, noviembre y diciembre de 1882); La Bastille dévoilée, por Manuel; Le Marquis de Sade, por Henri d’Alméras.
[7] Corso. A Napoleón se le llamaba El Corso. (N. del T.)
[8] Apareció como cubierta de una edición de la Correspondance de Mme. Gourdan.
[9]Analyse de mes malheurs et de mes persécutions depuis vingt-six ans, por Ange Pitou, autor del Voyage à Cayenne y de la Urne des Stuarts et des Bourbons, en París, 1816, p. 98.
[10]Histoire générale des prisons sous le règne de Buonaparte, avec des Anecdotes curieuses et intéressantes sur la Conciergerie, Vincennes, Bicêtre, Sainte-Pélagie, la Force, le Chateau de Joux, etc., et les personnages marquants qui y ont été détenus, por P.-F.-T.-J. Giraud, París, 1814.
[11] Este cuento inédito está titulado La Femme vengée ou la Châtelaine de Longueville, es decir, La mujer vengada o la castellana de Longueville (manuscrito de la Biblioteca Nacional de Francia).
[12] El señor Henri d’ Alméras piensa que La Philosophie dans le boudoir (La filosofía en el tocador) no es del marqués de Sade. Ese es un error que esta cita podría disipar. Por lo demás, no ha habido hasta ahora error alguno, ni de Restif, que conocía muy bien los libros de Sade, ni de nadie. Todo en La Philosophie dans le boudoir revela el genio del marqués y su estilo se reconoce con facilidad. Quizá esa es su obra capital, el opus sadicum por excelencia.
[13] Laguna. En la composición de la edición original se ha saltado por lo menos una línea. (N. del E. francés).
[14] No doy aquí el análisis de los libros de Sade abiertamente publicados. Por lo que concierne a la Philosophie dans le boudoir, la fabula es fácilmente imaginable y no es necesario, por consiguiente, insistir en ella. (N. del A.)
[15] Apollinaire intercala en su texto que el marqués de Sade había escrito est quarante-quatre questions, y luego tachó para escribir la forma plural. (N. del T.)
[16] Al margen se lee: «Es bueno observar que cada uno de estos actos concurre, a pesar de las intrigas particulares, al plan general y a la finalidad del joven conde» (N. del A.)
[17] Esta carta va precedida de la minuta de la comunicación inédita que se le envió al marqués de Sade: «Responde que la Comedie no tiene el estilo de aceptar pieza alguna sin retribuirle por ella al autor, y que, en consecuencia, ha decidido suspender la lectura de su pieza y dejar que ésta siga el curso ordinario; pero que sus ocupaciones no le permiten fijar un día tan próximo como solicita el señor de Sade, y le devuelve su pieza».
[18] Cf. Esquirol. Des Maladies mentales, t. II, págs. 561 y siguientes.
De Sade dijo Aldous Huxley: «Sus libros tienen un interés y un valor permanentes por contener una especie de reductio ad absurdum de la teoría revolucionaria. Sade no se asusta de ser lo más amargamente revolucionario posible… Predica la revolución violenta, no sólo en el campo político y económico, sino también en el campo de las relaciones personales, incluso las más íntimas».
Hace ya unos cuantos años que pensadores de la mayor relevancia acudieron al rescate de la figura del «Divino» Marqués, cuya importancia en la historia de las ideas humanas es trascendental. Pero uno de los primeros en hacerle justicia a Sade fue Guillaume Apollinaire, quien lo proclama en este libro precursor «uno de los espíritus más libres que hayan existido». El Sade de Apollinaire es el necesario punto de partida para los lectores que deseen adentrarse en la vida y la obra de un hombre discutido, pero inigualado.
No tengo la intención de escribir una biografía detallada del marqués de Sade, de modo que remito a los lectores a las obras que se presumen competentes: la de Paul Ginisty, etcétera. La biografía completa del marqués de Sade no se ha escrito aún. Pero no hay duda de que no está lejano el día en que, reunidos ya todos los materiales, ha de ser posible esclarecer los puntos de la existencia de un hombre notable que todavía permanecen en el misterio y acerca del cual han corrido y corren aún un número tan grande de leyendas.
Los trabajos que estos últimos años se han emprendido en Francia y Alemania han disipado muchos errores. Pero todavía hay mucho por corregir.
Donatien-Alphonse-Françoise, marqués y más tarde conde de Sade, nació en París el 2 de junio de 1740. Su familia era una de las más antiguas de Provenza y sus armas llevaban «gules con una estrella de oro ornada de un águila de sable cebo y coronada de gules». En la nómina de sus antepasados contábase Hugues III, que desposó a Laura de Noves, a quien Petrarca hizo inmortal.
El marqués de Sade (seguiremos dándole este título, que la historia ha conservado) siempre profesó por el gran poeta una admiración que los biógrafos todavía no han señalado. El marqués de Sade era sensible a la poesía, y en Les Crimes de l’amour se encontrarán testimonios de su gusto por el lirismo de Petrarca. A las 10 años, el marqués de Sade fue inscrito en el colegio Louis-Grand. A los 14, entró en la caballería ligera, de la que pasó, como subteniente, al regimiento del Rey. Muy pronto fue teniente de carabineros, y durante la guerra de Siete Años ganó en el campo de batalla, en Alemania, el grado de capitán. Según Dulaure (Liste des ci-devant nobles, París, 1790), el marqués de Sade habría llegado en aquella época hasta Constantinopla. Dado de baja, regresó a París y se casó el 17 de mayo de 1763. Al año siguiente tuvo su primer hijo, Louis-Marie de Sade. Éste fue teniente en el regimiento de Soubise, en 1783; en 1791, emigró; cuando regresó a Francia hízose grabador, y en 1805 publicó una Historie de la Nation française que tenía algunos méritos y en la que demostró un conocimiento bastante profundo y bastante nuevo de la época céltica; luego, reincorporado al servicio, marchó a Friedland y murió asesinado en España, el 9 de junio de 1809, a mano de guerrilleros.