Por y para Sofía
Del buen salvaje al buen revolucionario, publicado por primera vez en 1976, es una obra poco usual en el panorama ensayístico venezolano, ha conocido más de dieciséis ediciones en español y ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués y alemán. “El presente libro —señala Jean-François Revel en su prólogo— es el primer ensayo contemporáneo sobre la civilización latinoamericana que aporta una interpretación verdaderamente nueva y probablemente exacta. Es decir, (primera condición de una interpretación exacta) que el autor comienza por disipar las interpretaciones falsas, las descripciones mentirosas y las excusas complacientes. Por lo mismo, Del buen salvaje al buen revolucionario es un libro indispensable no solo para la comprensión de Latinoamérica, sino de una buena parte del mundo contemporáneo, donde se reproducen los mismos fracasos, las mismas impotencias, las mismas ilusiones”.
El principal mito a rebatir por Rangel es lo que él identifica como una versión adaptada del mito del buen salvaje y la Edad de Oro —mitos del Viejo Mundo— en la que los latinoamericanos serían personas buenas pero corrompidas por la sociedad occidental que ha destruido sus valores originales y de la que habrá que liberarse por medio de revoluciones que alejen a América Latina de Occidente y reestablezcan una identidad perdida y distinta de la occidental. Esta mitología sería el resultado de un proceso compensatorio ante el fracaso histórico de las naciones hispanoamericanas frente al progreso de la europea y la norteamericana que en algunos casos partieron de iguales o peores condiciones.
El autor emplea en el libro análisis en el campo de la historia, la psicología y filosofía. Rangel no niega que América Latina haya sufrido vejaciones a lo largo de la historia, lo que rechaza es el victimismo nacionalista que traslada toda culpa del subdesarrollo a otras naciones y la existencia de una identidad latinoamericana diferente de Occidente. La errada visión de América Latina como víctima del mundo desarrollado y de las clases pudientes ha forjado un personaje tipo, el “buen revolucionario”, que promueve el populismo, el proteccionismo, el caudillismo y el autoritarismo como solución para la región en “venganza” por los males recibidos por los occidentales, personaje al cual se le han de disculpar sus exabruptos en nombre de su “buena causa”. Para el autor, la revolución, el populismo y la idolatría del Estado del “buen revolucionario” latinoamericano no son más que la continuación de los males que ya existían en las sociedades precolombinas, la Colonia y las repúblicas decimonónicas, por ende ese camino no corrige sino que agravaba esa herencia.
Carlos Rangel hace un alegato a favor de los valores occidentales odiados por el “buen revolucionario” a los que, según el libro, tontamente se culpa de los males de las naciones hispanoamericanas. La salida al estancamiento de América Latina —a la que Rangel prefiere llamar América Española— es para el autor el acercamiento a Occidente, del cual es parte, a través del liberalismo y sus valores favorables a la soberanía individual, la igualdad ante la ley, la propiedad privada, y la libertad sin adjetivos, y que este camino es el que conduce a la prosperidad como precisamente demuestra la sociedad occidental.
Carlos Rangel
Del buen salvaje al buen revolucionario
ePub r1.0
jandepora12.08.13
Título original: Del buen salvaje al buen revolucionario
Carlos Rangel, 1976
Editor digital: jandepora
ePub base r1.0
CARLOS RANGEL. (Venezuela, 1929 - 1988), Cursó estudios superiores de literatura comparada en Estados Unidos y Francia, y ha sido profesor de Lengua y Literatura Española e Hispanoamericana en la New York University y de Periodismo informativo y de opinión en la Universidad Central de Venezuela.
Después de haber servido como Primer Secretario de la Embajada de Venezuela en Bélgica, asumió, en 1959, la Sub-dirección del semanario caraqueño Momento, dando inicio a una importante labor como analista político en la prensa nacional. Paralelamente, ha sido, desde 1960, uno de los principales promotores de los programas de opinión en la televisión venezolana. En la actualidad produce y anima, junto con su esposa Sofía Imber, Directora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, uno de los programas periodísticos más vistos por la teleaudiencia del país. Es, asimismo, columnista habitual del semanario Resumen y colaborador de otros órganos de prensa locales.
Del buen salvaje al buen revolucionario, Publicado originalmente por las Editions Robert Laffont de París, es su primer libro, y ha sido objeto de extensos comentarios en la prensa extranjera.
Notas
[207] Se trata de Manuel Olloa, hay todavía exilado. A raíz de la clausura por el gobierno militar peruano de la revista izquierdista Marka, en agosto de 1975, publiqué en el Suplemento Cultural de Ultimas Noticias (Caracas) justamente el trozo de este libro que trata de “el modelo peruano” (salió en dos entregas, el 17 y el 24 de agosto de 1975). De paso casualmente por Caracas, Ulloa leyó ese texto. Nos conocimos. Le pedí que me hiciera sus observaciones por escrito, y algún tiempo más tarde me dirigió una carta cuyos párrafos pertinentes son los siguientes:
1) Aquello de que los militares “confiaran la Presidencia a un civil tecnócrata, mediante elecciones ad-hoc” no me parece exacto. Belaúnde era una realidad política desde 1956 —año en que forma Acción Popular— y aportaba a las elecciones un creciente caudal electoral que disputaba la tradicional primacía aprista. Así como creo que en 1962 ganó Haya, pienso que en 1963 Belaúnde venció en buena lid, aunque no ignoro la real posibilidad de otro golpe militar si hubiera vencido nuevamente el APRA.
Creo que tu análisis tiende a minimizar la importancia de Belaúnde y de Acción Popular en la política peruana reciente. Sin negar la importancia capital del APRA en la historia contemporánea del Perú —después de todo es la urbe que ha alimentado a todas las formaciones políticas que sobreviven en mi país— creo que ha perdido espíritu de lucha, no se ha renovado y en cierta forma, por razones que todos entendemos, pero no justifico, ha desarrollado un temor por las formas militares que le está haciendo un flaco servicio al Perú.
2) La calificación de Belaúnde como inepto administrador y político es discutible según el color del cristal con que se mira. ¿Cómo compara su gestión con la de otros gobernantes peruanos? Benavides, Prado, Odría, etc. No olvides que Belaúnde tiene que gobernar con un Congreso dominado por el APRA, aliada con el odriísmo, que no entendía que el buen éxito de Belaúnde significaba mejorar sus posibilidades de acceder al gobierno y que lo contrario acercaba a los militares, como desgraciadamente ocurrió. ¡Por censura parlamentaria Belaúnde tuvo que cambiar ministros más de ochenta veces en cinco años!
Además la oligarquía nos combatió ferozmente y conspiró directamente con los militares, creyendo que estos la protegerían una vez más. Los dos principales diarios, baluarte de la ultra-derecha,