Tras el suicidio de Ian Curtis en 1980, los componentes de Joy Division se reagruparon para formar New Order, bajo el auspicio de su mánager, el carismático Rob Gretton. Durante las giras norteamericanas que cimentarían el éxito del grupo en EE.UU., descubrieron fascinados la emergente escena de clubs neoyorquina, con los míticos Danceteria y Paradise Garage a la cabeza. El excéntrico Tony Wilson, máximo responsable de Factory, el sello discográfico de Manchester que labró su éxito gracias, sobre todo, a Joy Division y New Order, decidió emprender con Gretton, arrastrando, de paso, a New Order, una ambiciosa reforma del International Marine Center para reconvertirlo en el que debía ser el club más elegante y sofisticado del mundo, a imagen y semejanza de los que habían visto en Nueva York. Para ello, contrataron al visionario arquitecto Ben Kelly, que transformó el espacio en una catedral de acero y cristal a la que llamaron The Haçienda, y que incluso recibió un número de referencia: FAC 51. Peter Hook, cuyas líneas de bajo en Joy Division y New Order son un referente de la música popular, narra con humor y un ritmo endiablado su experiencia no solo como bajista de dos de los grupos fundamentales del rock británico sino también como copropietario a la fuerza de uno de los clubs más influyentes de todos los tiempos. Hooky, que vivía humildemente con veinte libras a la semana, no pudo imaginarse nunca que gran parte de sus abultados ingresos tras éxitos como "Blue Monday", "Bizarre Love Triangle" o "True Faith" se esfumarían en ese "agujero en el suelo conocido como The Haçienda", tal y como lo describió el productor Martin Hannett, que abrió sus puertas el 21 de mayo de 1982 para cambiar para siempre el rumbo de la escena de clubs del Reino Unido. Y si bien al principio funcionó más como una sala de conciertos ―allí dieron bolos antológicos grupos como los Smiths, Happy Mondays o Stone Roses―, a partir de 1984, DJs como Mike Pickering y sus noches Nude tomaron el testigo y empezaron a pinchar una ecléctica mezcla de funk, primigenia música electrónica e indie que revolucionaron la escena musical y plantaron las semillas del fenómeno que se conoció como Madchester. Para que la revolución acabara de estallar, ya solo quedó el advenimiento del Segundo Verano del Amor, de inspiración ibicenca, que dio lugar en 1988 al apogeo de la cultura rave y al acid house. Esta es la hilarante y desquiciada historia de The Haçienda, contada por un narrador de excepción como Peter Hook, que vio cómo la mala gestión, la violencia del crimen organizado de Manchester (rebautizada "Gunchester"), una administración pública beligerante y errores de amateur de todo tipo acabaron con la vida de un club legendario cuyo legado aún hoy pervive.
Peter Hook
The Haçienda: Cómo no dirigir un club
Título original: The Haçienda: How Not to Run a Club
Peter Hook, 2009
Traducción: Federico Corriente Basús, 2019
Revisión: 1.0
30/12/2019
Dedicado con amor a mi madre, Irene Hook.
Descansen en paz:
Ian Curtis, Martin Hannett, Rob Gretton, Tony Wilson y Ruth Polsky, sin los que The Haçienda nunca habría existido.
Agradecimientos
Quisiera darle las gracias… a mi madre Irene, a su hermana Jean, a mi esposa Becky, por su constante amor, apoyo y orientación, y a mis hijos Heather, Jack y Jessica por todo.
A Michael y Carol Jones.
A Claude Flowers, que fue quien puso toda la puñetera historia en movimiento para empezar; esperemos, colega, que la movida de Joy Division sea más sencilla, ¿no?
A Andrew Holmes por realizar una labor estupenda dándole forma a la materia prima y haciendo que rindiera frutos.
A Lesley Thorne por ocuparse del caótico negocio de los negocios.
¡A Angela Herlihy de Simon & Schuster por decidirse a publicarlo!
A Diane Bourne, del Manchester Evening News por el empujón inicial y la inspiración para el título.
A Eric Barker por hacerme saber lo pesado que me había vuelto.
A Twinny y Carlo por ser los mejores amigos que pudiera tener un hombre.
A Phil Murphy por ser una gran caja de resonancia.
A Andrew Liddle por sus estupendas fotografías.
A Ang Matthews por su gran ayuda, paciencia y conocimiento.
A Leroy Richardson por su apoyo cuando más lo necesitaba.
A Paul Fletcher y Natalie Plumridge de One Love Music por sus admirables esfuerzos por devolver a The Haçienda al lugar que le pertenece.
A Paul Chadwick por sus inmensos conocimientos musicales.
A Terry Mason.
A Stephen Lea por su asistencia legal.
A Clare, de Lea & Co.
A Wendy Fonarow, de un autor a otra.
A Anthony Addis por su sentido común.
A Stephen Jones, de Addis & Co.
A todo el mundo en Addis & Co. por aguantar mis pequeñas excentricidades.
A Tim y Tom de New State por el éxito de The Haçienda Classics.
A Paul Brown por sugerirlo para empezar.
A Phil Beckett por su gran ayuda a la hora de recopilar.
A James Masters por ser una fuente de sabiduría.
A Graeme Park, Mike Pickering, Jon DaSilva, Sasha, Justin Robertson, Arthur Baker, Allister Whitehead, Dave Haslam, The Whip, David Morales, Tom Wainwright, Derrick May, Todd Terry, Andrew Weatherall, John Digweed, Kevin Saunderson, Jon Carter, Frankie Knuckles, A Guy Called Gerald y Danny Rampling.
A Sasha y toda la gente de Warehouse Project.
A John Drape de Ear to the Ground.
A David Vincent y toda la gente de Sankeys.
A Ricky, de Colours.
A Oliver Wilson.
A Ken Niblock y David Potts por nuestras noches locas en The Haç.
A Clint Boon por enseñarme a pinchar.
A Mani por pulirme en ese aspecto.
A Imelda por los bolos.
A Andy Fisher.
A Gary Aspden de Adidas.
A Bobby Langley y Slipstream.
A Kickers.
A Sam Findlay.
A Taka Motomura.
A 808 State y a los Happy Mondays.
A Terry Christian por las cintas.
A Alan Erasmus, hombre misterioso.
A Peter Saville, un placer volver a trabajar contigo.
A Trevor Johnson.
A Ben Kelly, un gran hombre a despecho de lo que yo haya dicho, y también por los planos y las fotografías.
A Bill y Ben, de Morph.
A Dave (Dee) Harman R.I.P.
A Gill Smith R.I.P
A toda la gente del Museo Urbis de Manchester.
A todos los pirateadores, es un cumplido… pero…
Y por último, a todos los clientes de The Haçienda pasados, presentes y futuros, y a toda la gente maravillosa de Salford y Manchester. ¡Sin vosotros, no seríamos nada!
Bibliografía
Las siguientes fuentes fueron de inestimable ayuda y/o las considero lecturas recomendadas para documentarse.
Libros
- 24 Hour Party People, Tony Wilson (Channel 4 Books)
- Adventures on the Wheels of Steel: The Rise of the Superstar DJs, Dave Haslam (Fourth Estate)
- Bernard Sumner: Confusion, David Nolan (Independent Music Press)
- Energy Flash, Simon Reynolds (Picador) [ed. cast.: Energy Flash, trad. Begoña Martínez, Gabriel Cereceda y Silvia Guiu; Contra, 2014]
- From Joy Division to New Order: The True Story of Anthony H. Wilson and
- Factory Records, Mick Middles (Virgin)
- Gang War: The Inside Story of the Manchester Gangs, Peter Walsh (Milo)