I NTRODUCCIÓN
«La voz que pudo ser remedio…
y, por miedo, no fue nada».
S aber, prever, prevenir. Actuar siempre de tal modo que configuremos un futuro, que inventemos un mañana acorde con la igual dignidad de todos los seres humanos. Este compromiso con las generaciones venideras exige hondas transformaciones, cambios radicales, pero también conservar los valores esenciales que deben orientar nuestros rumbos y ser punto de referencia para responder a los grandes desafíos a los que nos enfrentamos.
Así, a contraviento, cavar nuevos surcos y plantar semillas, aun en tiempo desapacible y entorno inhóspito. Durante siglos ha prevalecido, en escenarios de poder estrictamente masculinos, la cultura de la imposición, de la violencia, del dominio. Y la gente, vasallos obedientes, acallados, atemorizados.
Ha llegado, por fin, el momento de los pueblos, de las mujeres y hombres del mundo entero que toman en sus manos las riendas de su destino. Ha llegado el momento de no admitir lo inadmisible. De alzarse. De elevar la voz y tender la mano.
La moderna tecnología de la información permite hoy la participación no presencial. Y, por tanto, facilita la transición de una economía de especulación y guerra a una economía de desarrollo global sostenible. De súbditos a ciudadanos. De la fuerza a la palabra.
Ha llegado el momento. Es tiempo de acción. De ser espectador impasible.
El tiempo del silencio ha concluido.
De ahora en adelante, delito de silencio.
F EDERICO M AYOR Z ARAGOZA , nació en Barcelona en 1934. Es Doctor en Farmacia y Catedrático de Bioquímica. Ha sido Rector de la Universidad de Granada y fue cofundador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. También ha desarrollado responsabilidades políticas, siendo Diputado en el Parlamento español de la transición (1977-78), Ministro de Educación y Ciencia (1981 -82) y Diputado en el Parlamento europeo (1987). Aunque sin duda es más conocido por su larga dedicación como Director General de la UNESCO (1987-1999), organismo de Naciones Unidas para la promoción de la ciencia, la educación y la cultura. Tras su regreso a España creó en el año 2000 la Fundación Cultura de Paz, la cual preside actualmente.
Además de numerosas publicaciones científicas, Federico Mayor Zaragoza ha publicado varios libros de ensayo: Mañana siempre es tarde (1987), La nueva página (1994), Memoria del futuro (1994), La paix demain? (1995), Science and Power (1995), UNESCO: un idéal en action (1996), Un mundo nuevo (1999), Los nudos gordianos (1999), La palabra y la espada (2002), La fuerza de la palabra (2005), Un diálogo ibérico: en el marco europeo y mundial (2006), Tiempo de acción (2008)…
También ha publicado siete poemarios: A contraviento (1985), Aguafuertes (1991), El fuego y la esperanza (1996), Terral (1997), Voz de vida, voz debida (2007), Alzaré mi voz (2007) y En pie de paz (2008).
Título original: Delito de silencio
Federico Mayor Zaragoza, marzo de 2011.
Editor original: Natg (v1.0)
Colaboración: Mística, Enylu & Mapita
ePub base v2.1
¡IMPLÍCATE!
Ha llegado el momento de actuar, de proclamar con firmeza que la Humanidad no va a seguir padeciendo los despropósitos de este mundo fundamentado en la opresión y la crisis recurrente.
Ya sea secretamente reunidos en Bilderberg o a cara descubierta en Davos, los patriarcas financieros siguen imponiendo su dictadura económica y dictan a Parlamentos cada vez más impotentes cómo y cuándo suprimir los Derechos Humanos y Sociales de la ciudadanía. Los mismos que bendicen a dictadores y paraísos fiscales en aras de su estabilidad, y que temen a los ciudadanos responsables y soberanos de su destino.
Mediante esta publicación con sus reflexiones recientes, Federico Mayor Zaragoza (Director General de la UNESCO entre 1987 y 1999) nos exhorta a implicarnos, reconstituirnos democráticamente y convertirnos de súbditos a ciudadanos plenos; de silenciosos a participativos; de espectadores a actores. Lo que hoy ocurre en los países árabes nos demuestra que el futuro no está escrito y que la libre circulación de información jugará un papel determinante.
La mordaza ya no sirve contra las nuevas tecnologías de comunicación. Cuando incluso los silenciados consiguen cambiar su porvenir con la fuerza de las palabras, la postura del silencioso se vuelve cómplice del pasado, asfixiante, indigna.
Un nuevo mundo a la altura de la dignidad humana podría, por fin, construirse en los albores del siglo XXI .
Federico Mayor Zaragoza
DELITO DE SILENCIO
Ha llegado el momento. Es tiempo de acción.
ePUB v1.0
Natg17.04.13
¡B ASTA !
H a llegado el momento de plantarse, de decir con serenidad y firmeza que la Humanidad no puede seguir padeciendo los inacabables estertores de un sistema que ha desembocado en la gravísima y múltiple crisis actual (social, financiera, alimentaria, medioambiental, política, democrática, ética…).
Ha llegado el momento de la movilización ciudadana frente al «gran dominio» (económico, energético, militar, mediático), de tal modo que se inicie sin demora la gran transición desde una economía de especulación y guerra (4.000 millones de dólares al día en armas y gastos militares al tiempo —no me cansaré de insistir en ello— que mueren de hambre más de 70.000 personas) a una economía de desarrollo global sostenible que reduzca rápidamente los enormes desgarros, las asimetrías sociales y el deterioro progresivo (que puede alcanzar límites irreversibles) del entorno ecológico.
Ha llegado el momento de impedir y sancionar el acoso que el «mercado», a través de conspicuas agencias de «calificación», ejerce sobre los políticos, «rescatadores» empobrecidos que deben aplicarse, a riesgo de hundimiento financiero, en recortar sus presupuestos. Los que preconizaban «menos Estado y más mercado», asegurando que éste se autorregularía y que se eliminarían los paraísos fiscales, deben rectificar públicamente y corregir los graves desperfectos ocasionados.
Ha llegado el momento de sustituir los grupos «plutocráticos» que iniciaron el Presidente Reagan y la Primer Ministro Thatcher, y que han demostrado su total inoperancia, por unas Naciones Unidas fuertes y dotadas de los recursos personales, técnicos y financieros que les permitan cumplir su alta misión de seguridad internacional; de garante de los principios democráticos; de libertad de expresión y de acceso a una información veraz; de acción coordinada para reducir el impacto de catástrofes naturales o provocadas; de atención medioambiental; de pautas de desarrollo social y económico oportunamente aplicadas…
Ha llegado el momento de convertirnos de súbditos en ciudadanos plenos; de silenciosos en participativos; de espectadores en actores… ahora que las posibilidades de participación no presencial que ofrecen las modernas tecnologías de la comunicación lo permiten.
Ha llegado el momento, sobre todo, de desentumecer, a través del ciberespacio, nuestros cuerpos amilanados; de despertar en un nuevo día en que las riendas de nuestro destino común ya no estén en las mismas seculares manos.