Francisco Vázquez - Jornada de Omagua y Dorado
Aquí puedes leer online Francisco Vázquez - Jornada de Omagua y Dorado texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1881, Editor: Miraguano, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Jornada de Omagua y Dorado
- Autor:
- Editor:Miraguano
- Genre:
- Año:1881
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Jornada de Omagua y Dorado: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Jornada de Omagua y Dorado" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Relación verdadera de todo lo que sucedió en la Jornada de Omagua y Dorado, que el gobernador Pedro de Orsúa fue a descubrir por poderes y comisiones que le dio el visorey Marqués de Cañete, desde el Pirú, por un río que llaman de Amazonas, que por otro nombre se dice el río del Marañón, el cual tiene su nascimiento en el Pirú, y entra en el mar cerca del Brasil. Trátase asimismo del alzamiento de don Fernando de Guzmán y Lope de Aguirre, y de las crueldades de estos perversos tiranos.
Jornada de Omagua y Dorado — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Jornada de Omagua y Dorado " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Relación verdadera de todo lo que sucedió en la
JORNADA DE OMAGUA y DORADO
que el gobernador Pedro de Orsúa fue a descubrir
por poderes y comisiones que le dio el visorey Marqués de Cañete,
desde el Pirú, por un río que llaman de Amazonas,
que por otro nombre se dice el río del Marañón,
el cual tiene su nascimiento en el Pirú,
y entra en el mar cerca del Brasil.
Trátase asimismo del alzamiento de
don Fernando de Guzmán y Lope de Aguirre,
y de las crueldades de estos perversos tiranos.
Fue el gobernador Pedro de Orsúa, de nación navarro; era caballero, y Señor de la Casa de Orsúa; hombre de gran habilidad y experiencia en los descubrimientos y entradas de indios. Descubrió y pobló en el Nuevo Reino de Granada la ciudad de Pamplona; anduvo en la conquista de los Muços y los pobló; y anduvo por Capitan en la jornada de Tairona y en otras partes del dicho Nuevo Reino. Y en el Nombre de Dios y Panamá, le encargó el marqués de Cañete la guerra contra los negros cimarrones, que hacian gran daño en aquella tierra; la cual hizo con tan buena maña y solicitud, que destruyó, prendió y mató muchos de los dichos negros, y a los demas dejó tan escarmentados y medrosos, que por muchos dias no osaron hacer más daño; y acabada esta guerra, pasó al Pirú en fin del año de mil y quinientos y cinquenta y ocho años; y habiendo entendido el dicho marqués de Cañete su valor y habilidad, le encargó la jornada del Dorado, con otras muchas provincias y tierras comarcanas, de que se tenia gran noticia en los reinos del Pirú, así por las grandes cosas que dijo haber visto el capitan Orellana y los que con él vinieron desde el Pirú por este rio del Marañón abajo, donde decian que estaban las dichas provincias, como por lo que dijeron ciertos indios brasiles, que desde su tierra subieron por este Rio arriba, descubriendo y conquistando, hasta que llegaron al Pirú, al tiempo que estaba en él el presidente Gasca.
Dieron por relación estos indios brasiles que salieron de sus tierras, que son en la costa del Brasil, más de diez ó doce mil dellos, en muchas canoas, con sus mujeres y hijos, y con ellos dos españoles portugueses, y el uno decían que se llamaba Matheo, a buscar mejor tierra que la suya; y según lo que yo más creo, a hartar sus malditos vientres de carne humana, la cual todos ellos comen, y se pierden por ella. Tardaron en subir al Pirú por este dicho Rio más de diez años; y de los doce mil indios, solamente llegaron hasta trecientos, con algunas mujeres, y vinieron a dar a un pueblo que se dice Chachapoyas (que), pusieron deseo a muchas personas de las ver y descubrir. Pues destas Provincias y Rio, el marqués de Cañete, visorey del Pirú, hizo Gobernador a Pedro de Orsúa, en nombre de Su Majestad, con muy bastantes poderes y provisiones, y cumplidísimos límites, y con grande ayuda de costa de la caja de Su Majestad.
Principio del año de mil y quinientos y cincuenta y nueve, publicó el gobernador Pedro de Orsúa sus provisiones por todo el Pirú y otras partes, y luégo se partió el mismo Pedro de Orsúa de la ciudad de Lima con hasta veinte y cinco hombres, los más oficiales de hacer navíos, y con doce negros carpinteros y aserradores; y llevando asimismo muchas herramientas necesarias, clavazón y brea, y otras que competen para hacer navíos; y con este aparejo fue a la provincia de los Motilones, que es en las montañas del Pirú, a un rio grande que por allí pasa, donde habían salido los indios brasiles que habernos dicho; y buscando el asiento más cómodo, fundó un astillero en la barranca deste rio, veinte leguas abajo, en un pueblo de españoles que estaba poblado en la dicha provincia, llamado Santa Cruz de Capocovar, que había un ano que le había poblado un capitán, Pedro Ramiro; y dejando a un Capitán por su Teniente en el armada, que era el dicho Pedro Ramiro, y a un Maese, Juan Corso, por Maese mayor, les mandó que hiciesen ciertas barcas y navíos, y él se tornó a la ciudad de Lima a hacer gente y buscar lo que le faltaba para el aviamiento de su jornada.
Esta provincia de los Motilones se llama así porque sólo estos indios se han hallado tresquilados en todo el Pirú. Esta tierra es muy fértil, en especial de maíz y algodón, y los indios andan vestidos de costales. Este rio que por ella pasa es muy caudal y poderoso, sin comparación mayor que los rios de España; nasce en el Pirú en la provincia de Guanuco; es caudal casi desde sus nascimientos, pero es innavegable por más de trecientas.
Partido el gobernador Pedro de Orsúa de su astillero para la ciudad de Lima, para acabar de adrezar su jornada, por la poca posibilidad que tenía, en especial de dineros, y por lo mucho que le faltaba, se detuvo por allí casi año y medio, y estuvo en un punto de deshacerse la jornada, porque a esta sazón vino nueva de España que su Majestad habia nuevamente proveído por visorey del Pirú a D. Diego de Acebedo, con la cual nueva el marqués de Cañete no le hacía ni osaba hacer tantas mercedes y favores como al principio; y los Oidores y vecinos del Pirú decían que no convenía que se hiciese junta de gente en tal tiempo; y estando en estos términos, vino otra nueva que D. Diego de Acebedo se había muerto en Sevilla, viniendo al Pirú, y con esto el Marqués le tornó de nuevo a favorescer más que de antes, aunque no fue sin alguna sospecha de la gente del Pirú, porque se dijo públicamente que el marqués de Cañete, teniendo recelo de la cuenta que le venian a tomar, y que también enojado y afrentado porque Su Majestad le removía el cargo, quería, en achaque de la jornada, juntar gente para se alzar con el Pirú contra Su Majestad, y tener a Pedro de Orsúa, que era hechura suya, por su Capitan y valedor, para que, acabada de juntar la gente, revolviese sobre el Pirú; lo cual fue mentira e invención de hombres malos y deseosos de motines.
Todo este tiempo anduvo Pedro de Orsúa por el Pirú sin volver a su astillero, buscando gente y dineros para se acabar de aviar; y entre algunas personas le prestaron y con temor que le matasen, le hicieron firmar un libramiento de dos mil pesos, que ellos traían hecho, para un mercader en cuyo poder el Clérigo tenia los dineros, y ansí desnudo como estaba, sin le dejar volver a su casa ni hablar con nadie, lo hicieron subir en un caballo, y aquella noche, contra su voluntad, lo llevaron a los Motilones y allí le hicieron dar lo demas todo que le quedaba, que serían otros tres mil pesos. Había, según fama, hurtado este Clérigo estos dineros a si propio y a su comer y vestir, tratando mal y laceradamente su persona por los ahorrar; y así, permitió Dios se perdiesen los dineros, y el Clérigo murió en la jornada laceradamente, y todos los que hicieron la fuerza murieron a cuchillo, sin que ninguno saliese vivo de la jornada. Esto hecho, el Gobernador y sus amigos echaron fama que el Clérigo había querido parescer forzado, sin serlo, porque no le tuviese a mal su Perlado haber dejado el cargo sin su licencia, y el pueblo sin sacerdote.
Partió el Gobernador de Moyo Bamba para el pueblo de Santa Cruz, que es en los Motilones, y llegado allá, mientras se aderezaba la partida, porque había mucha gente y en el dicho pueblo no se podían sustentar todos, determinó de enviar cuarenta o cincuenta hombres a comer, y a que se entretuviesen en unos pueblos de indios de los dichos Motilones, que llaman los Tabalocos por envidias de que Pedro de Orsúa, su Teniente, y así viendo esto, los dos dichos caudillos se volvieron solos, dejando al Pedro Ramiro con la gente en el camino; y encontraron dos soldados amigos suyos, el uno llamado Grixota, y el otro Fulano Martín, a los cuales dijeron que se volvían, entendiendo que el Teniente iba alzado con la gente y que quería meterse la tierra adentro a poblar una provincia de que tenía noticia, y que harían servicio al Rey y al Gobernador en procurar prenderle; y que si ellos ayudaban, que volverían a procurar de prender al dicho Pedro Ramiro; los cuales dos soldados, inducidos por los dichos caudillos y dando crédito a lo que decían, se profirieron y prometieron de les ayudar; y dando vuelta todos cuatro para donde estaba dicho Capitán con la gente, hallaron el aparejo conforme a su dañada voluntad, que el Pedro Ramiro estaba sólo a la barranca de un rio grande, y toda la gente de la otra parte, que habían pasado el rio dos a dos y tres a tres, en una canoa pequeña, y el Pedro Ramiro se había quedado a la postre con sólo un mozo, y estaba esperando que la canoa volviese para pasar a la otra banda con la gente; y a este tiempo llegaron los dichos todos cuatro un rato, y se sentaron todos en buena conversación, asegurándolo con palabras a la orilla del rio, y desde a poco rato se abrazaron con él todos cuatro, y, sin dejarle menear, le tomaron las armas; y el Diego de Frías mandó a un negro suyo, que venia con ellos, que le diese garrote, y así le ahogaron y le cortaron la cabeza; y venida la canoa se pasaron a la otra banda y se pusieron en arma con la gente, haciéndoles entender que el gobernador Pedro de Orsúa se lo había mandado que matasen a Pedro Ramiro, porque se quería alzar con la gente; y el Gobernador fue luego avisado deste suceso por el mozo que digimos que estaba con el dicho Pedro Ramiro, y también los dichos soldados enviaron un amigo suyo por mensajero al Gobernador para que supiese lo que pasaba, y enviáronle a decir que tenían preso a Pedro Ramiro porque iba alzado con la gente; pero el Gobernador, como ya sabia la verdad por el dicho mozo, sacó también al mensajero lo que había, y sabiendo dél que los dichos estaban puestos en armas, con gran brevedad se partió sólo para donde estaban, y aguardándolos, con mañas los prendió a todos cuatro, y de allí los llevó al pueblo de Santa Cruz, adonde, guardándoles todos sus términos, los sentenció a muerte, forzando harto su voluntad por guardar justicia, y sin les admitir apelación les hizo cortar las cabezas a todos cuatro. Fue éste un negocio con que el Gobernador se acabó de acreditar con el Visorey y los Oidores y vecinos de todo el Pirú, y, sabiendo este suceso en todo el Pirú, los que tenían sospecha todos que el Gobernador se quería alzar, como se ha tratado, la perdieron y se aseguraron con esto. Hobo pronósticos de algunos que dijeron que la dicha jornada no acabaría con bien, pues empezaba con sangre.
Página siguienteTamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Jornada de Omagua y Dorado»
Mira libros similares a Jornada de Omagua y Dorado. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Jornada de Omagua y Dorado y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.