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Biografía del zar ruso Iván IV llamado Iván el Terrible.
IVÁN EL TERRIBLE
Ian Grey
Título del original inglés, Iván the terrible
Traducción, Rosa Tolosa Cubierta, Izquierdo
Círculo de Lectores, S.A. Lepanto, 350, 5.° Barcelona Agosto 1969
Edición no abreviada
© Ian Grey, 1964
© Ediciones Grijalbo, SA., 1966
ÍNDICE
Capítulo primero Origen y crecimiento de Moscú
Capítulo segundo Iván III, 1462-1505
Capítulo tercero Nace Iván Vasilievich, 1530
Capítulo cuarto Período de regencia de Elena, 1533-1538
Capítulo quinto El poder en manos de los boyardos, 1538-1548
Capítulo sexto Los terrores de la niñez
Capítulo séptimo Zar por la gracia de Dios
Capítulo octavo Coronación, matrimonio y los incendios de Moscú, 1547
Capítulo noveno El consejo electo, 1547-1549
Capítulo diez Primeras reformas, 1549-1551
Capítulo once La conquista de Kazan, 1551-1552
Capítulo doce La traición, 1553
Capítulo trece Las reformas, Astracán y los tártaros, 1554-1560
Capítulo catorce En marcha hacia Occidente, 1553-1564
Capítulo quince Comienza la época de terror, 1560-1564
Capítulo dieciséis La deserción de Kurbsky, 1564
Capítulo diecisiete La Oprichnina, 1565
Capítulo dieciocho El terror continúa, 1565-1572
Capítulo diecinueve La guerra con Livonia y el incendio de Moscú, 1565-1572
Capítulo veinte El testamento de Iván, 1572
Capítulo veintiuno Stefan Batory y el final de la guerra de Livonia, 1576-1582
Capítulo veintidós Los últimos años, 1581-1583
Capítulo veintitrés Muerte de Iván, 1584
Prólogo
Iván el Terrible es el zar ruso cuyo nombre ha sido objeto de mayor divulgación. Este personaje ha ejercido una siniestra fascinación a través de la historia, aunque sin dejar de ser una figura nebulosa contemplada a través de violencias y gran crueldad, ha mayoría de los historiadores, como Karamzin a principios del siglo XIX, le han considerado un cruel tirano, pervertido por el poder. Sin embargo, en la Unión Soviética ha sido reconocido como un gran zar y, posteriormente, considerado héroe nacional, tal como nos lo demuestra el notable film de Eisenstein.
Iván será siempre motivo de controversia, como ya lo fue en su tiempo. Era un carácter extraordinariamente complejo y no aceptaba términos medios ni en su conducta ni en sus palabras. Tenía una personalidad viva y poderosa, e inspiró apasionadas leyendas y polémicas. Su vida fue trágica. Desde su más tierna infancia, y a lo largo de toda su vida, el miedo, las calamidades y las tragedias personales le agobiaron. Todas estas desgracias, en la mayoría de los hombres habrían causado la perdición.
El miedo, la traición y la desesperación le convirtieron en un hombre desconfiado al que costaba poco encolerizarse; los castigos que infligía a los demás eran los normales en aquellos tiempos. Es evidente que su comportamiento da muestras de muchos síntomas de un maníaco depresivo; su preocupación por el pecado, su ansiedad obsesiva en cuanto a su dinastía y sus reacciones poco humanas le llevaron muy cerca de la locura en ciertos momentos de su vida. Vero, al mismo tiempo, era un hombre capaz de sentir afecto y, en ocasiones, era amable y generoso, así como tolerante, y en todos los casos fue siempre un soberano práctico y responsable en lo referente a los intereses del imperio.
Iván fue uno de los zares más representativos y sobresalientes de Rusia. Hombre dominante, de gran inteligencia y habilidad, era un gobernante por naturaleza, y por ser el primer zar coronado con este título en Rusia, exigía la lealtad y devoción de todo su pueblo, para el cual él representaba el centro y epítome de la nación.
Iván estableció su poder absoluto en Rusia y convirtió la nación en una unidad, cuando en la inquieta Europa del siglo XVI los estados centralizados giraban enteramente alrededor de sus monarcas. Puede decirse que el acontecimiento que convirtió a Rusia en nación fue la conquista de los kanatos de Kazan y Astracán, hechos que hicieron exaltar la imaginación de todos los rusos. También fue Iván quien estableció los fundamentos del futuro imperio ruso, abriendo el camino a la colonización hacia el este. Luchó en occidente para conseguir un acceso al Báltico y para que Rusia tuviera su parte en el comercio y libre intercambio con el resto de Europa. Además, su reinado transcurría en unos momentos en que se creaba la maquinaria del gobierno centralizado y son muy notables las importantes reformas que llevó a cabo, tanto políticas como administrativas y eclesiásticas.
Sus súbditos le llamaron Grozny, que en ruso significa «el temido», es decir el zar «que ha de ser temido», en el mismo sentido en que Dios debe ser temido. La palabra Grozny puede que al ser aplicada a Iván incluyera también la idea de groza, tormenta, porque su temperamento era ciertamente tormentoso. Pero la palabra «temido» refleja mejor la actitud de sus súbditos, que quedó bien definida por el inglés Anthony Jenkinson, quien escribió: «…creo que en toda la Cristiandad no hay príncipe que sea más temido por sus vasallos, ni tampoco más amado». El abuelo de Iván, Iván III, en algunas épocas de su reinado también fue conocido con el apodo de Grozny, porque al igual que su nieto era un gobernante fuerte, pero los historiadores se refieren a él más a menudo con el sobrenombre de «el Grande».
Sin embargo, no se debe a un simple error de traducción el que la palabra Grozny haya sido aplicada como «El Terrible». Este sobrenombre deriva también de la reputación de Iván en el extranjero durante su reinado, reputación que ha quedado adherida a su figura a través de la historia, y que se debe principalmente a los informes y polémicas de sus enemigos, en particular del príncipe Andrei Kurbsky, cuyas calumnias, más que ningunas otras, han oscurecido la figura de Iván y contribuido a desmerecer su importancia como gran gobernante de toda la nación.
A fin de cuentas, me he encontrado con un Iván mucho menos terrible de como la leyenda lo presenta. Esto no significa, sin embargo, que las crueldades perpetradas durante su reinado no sean ciertas ni tuvieran la importancia que se les ha dado. Pero también es importante tener en cuenta que los hechos deben ser juzgados tomando como referencia las costumbres de la época. La inflexibilidad de Felipe II de España y las barbaridades de la Inquisición y de las tropas españolas en los Países Bajos, así como la masacre del Día de San Bartolomé en Francia y la crueldad de los ejércitos alemanes, suecos y polacos, todo ello formaba parte de la época en que vivió Iván. Eran tiempos crueles, y la conducta de este zar y de su gente no era peor que la de sus contemporáneos. Al escribir este ensayo con frecuencia me he visto sorprendido por la semblanza de Iván con sus paralelos contemporáneos. Refiriéndose a Stalin, dijo Krushchev el 10 de marzo de 1963 que «era una persona muy enferma, que sufría de manía persecutoria». Esto se podría aplicar también a Iván en alguna: etapas de su existencia. Vero aparte de las ejecuciones y persecuciones, se pueden encontrar otros paralelos entre la Moscovia del siglo XVI y la Rusia Soviética del siglo XX, los cuales causarían impresión en todos los que están interesados por el pueblo ruso y por su historia. Los Oprichniki, los esfuerzos por conseguir abrirse paso hacia Occidente, hacia el sur y hacia el este para asegurar las fronteras de la nación, la colonización de las tierras vírgenes y otros hechos del reinado de Iván parecen a veces simplemente los primeros pasos de los acontecimientos llevados a cabo en el siglo XX. Esto no deja de ser una prueba de la continuidad que es esencial en la historia de Rusia, continuidad que a menudo pasa inadvertida.