¿Qué significado tiene el 15M en la historia reciente del país? ¿Qué tipo de partido es Podemos y a qué tipo de política puede aspirar? ¿Qué se puede aprender de las experiencias partidarias, de movimiento, de experimentación cultural de estos años? ¿Cuáles han sido las potencias y los límites del 15M, las Mareas, Podemos y los municipalismos? ¿Cómo «explicarnos» el ciclo 15M-Podemos a fin de afrontar los retos de los próximos años?
Los cinco años que transcurren entre 2011 y 2016 comprenden el principio y el fin (aparente) de la mayor crisis política desde la confirmación de la democracia española en 1978. El colapso de la burbuja financieroinmobiliaria, la política austeritaria impuesta por Europa, la insurrección pacífica iniciada el 15 de mayo de 2011, el abismo político abierto en forma de un inminente default del Estado, la irrupción de Podemos y el radical trastorno del sistema de partidos constituyen los principales capítulos de esta crisis. En ese escaso tiempo, este país ha sido el campo de experimentación política más importante de la Unión Europea. Sin duda, es el momento de proponer una valoración de tan trepidante recorrido.
Emmanuel Rodríguez López
La política en el ocaso de la clase media
El ciclo 15M-Podemos
ePub r1.0
klmd 14.04.17
Emmanuel Rodríguez López, 2016
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Prefacio
Los cinco años que transcurren entre 2011 y 2016 comprenden el principio y el fin (aparente) de la mayor crisis política desde la confirmación de la democracia española en 1978. El colapso de la burbuja financiero-inmobiliaria, la política austeritaria impuesta por Europa, la insurrección pacífica iniciada el 15 de mayo de 2011, el abismo político abierto en forma de un inminente default en el verano de 2012, la irrupción de Podemos y el radical trastorno del sistema de partidos, constituyen los principales capítulos de esta crisis. En tan escaso tiempo, esta provincia europea de mediano tamaño ha estado al borde de ser sepultada por el agotamiento del ciclo financiero, la gestión antisocial de la crisis bancaria europea y la incapacidad del Estado y sus élites para hacer frente a las continuas oleadas de indignación y descontento.
No obstante, este libro no pretende abordar la crisis en todas y cada una de sus dimensiones. Las páginas que siguen se concentran en aquello que ha empujado al país a una particular bifurcación política y cuyo motor reside en la marea de protesta y movilización que se levantó tras el 15 de mayo de 2011. Desplegado en múltiples hilos, algunos de los cuales acabaron por dar forma a la apuesta electoral; caótico, multiforme e irreductible a una explicación simple, el interés de este movimiento está en haber convertido una situación turbulenta en una crisis política propiamente dicha. En cuanto a sus formas de expresión, organización y contenidos, lo ocurrido tras el 15M presenta dosis de innovación, intensidad y velocidad sin precedentes —al menos desde la década de 1970— y sin comparación posible con la mayor parte de los países del entorno, salvo lo ocurrido en Grecia.
En cuanto a su valor, inscrito en la trayectoria larga de la crisis europea, el 15M y luego Podemos han devuelto a la vida política un viejo debate estratégico que parecía arrinconado, también desde los años setenta. Es lo que en la tradición comunista se conoció como el problema de la «Revolución en Occidente». Término viejo y seguramente obsoleto, pero que despojado de toda reminiscencia tardobolchevique nos permite volver a pensar cuestiones como los límites de las actuales democracias, el cambio social posible e incluso la «forma» del Estado moderno en una época en la que crisis (su crisis) se ha vuelto permanente. Quizás el corte definitivo que representa el 15M respecto a la vieja izquierda, es que este nace en una época que ya no podemos considerar bajo el signo del «progreso». Nuestro tiempo viene marcado por la descomposición de las instituciones sociales y políticas que garantizaron la estabilidad de las democracias en Occidente: la solvencia soberana del Estado moderno, la reproducción de unas clases medias mayoritarias, la legitimidad de la representación democrática y la reproducción viable de unas élites políticas «nacionales».
El método de este libro es histórico. Podría decirse que es una historia del tiempo presente. Arranca el 15 de mayo de 2011 para desplazarse hacia adelante, siguiendo el curso del ciclo político, y hacia atrás, a la búsqueda de las continuidades y las rupturas que cincelaron los perfiles del periodo. En tanto «obra histórica» se desarrolla en una secuencia de fases o tiempos. Los años del 15M, o del «movimiento», hasta los debates de 2013, cubren la Primera Parte. El tiempo de Podemos y los municipalismos, hasta la prueba de las dobles elecciones generales de 2015 y 2016, comprenden la Segunda. A estos dos bloques, se añade un tercero, que se puede resumir como un análisis de la composición política y social del movimiento. El propósito es cruzar esta «sociología política» con aquellos elementos que en el futuro inmediato parecen impedir la estabilización social e institucional, y que se comprenden en ese tiempo largo de la crisis del capitalismo europeo.
Con estas «pruebas de interpretación», que son a su vez un pronóstico, se cierra el trabajo. Al mismo tiempo, se manifiesta su propósito: ¿cómo impedir la clausura de la crisis política abierta en 2011? ¿Cómo empujarla hacia una solución que no entrañe una simple restauración de lo existente? Y sobre todo, ¿qué elementos debemos incluir en una hipótesis estratégica que sirva a la próxima oleada de movimientos, a fin de superar los límites a los que se ha enfrentado esta fase?
Antes de comenzar la lectura, conviene insistir en los límites: este trabajo se presenta fundamentalmente como un análisis del motor de la crisis: el ciclo político que arranca tras el acontecimiento 15M y que luego sufrirá una serie de mutaciones con nombre de Mareas, movimiento por la vivienda, Podemos, candidaturas municipalistas, etc. En este marco no se analiza más que lo que resulta imprescindible para entender el ciclo político. Aspectos tan centrales como el desarrollo de la crisis económico-financiera, la gestión política de la misma por parte de la Unión Europea, la respuesta de las élites españolas al doble desafío de la crisis y del nuevo movimiento de protesta, en definitiva, lo que constituye la «otra cara» de la crisis, no son tratados más que de una forma tangencial.
Tampoco tiene un lugar relevante la «crisis catalana», impulsada por el ambiguo movimiento por la independencia de este país. Tal análisis merecería un libro aparte. La perspectiva que aquí se sostiene es que aunque muchos lo puedan considerar legítimamente como un movimiento de ruptura (y obviamente lo es con respecto del Estado español), aunque se trata de una respuesta social a la crisis y aun cuando lo que sucede en Cataluña se puede leer como el laboratorio de la crisis política que luego se manifiesta en el resto de España, el soberanismo catalán, por su composición social, el protagonismo de los viejos partidos (CiU y ERC principalmente) y la naturaleza de la llamada «sociedad civil catalana», no se puede comprender bajo el signo del 15M y lo que luego se llamó «nueva política». Por ser claros, y en contra de lo que muchos sostienen en Catalunya, en el procés soberanista, la dirección de las élites política catalanas apenas fue realmente desbordada por un «abajo», que por otra parte se expresó con lógicas y formas distintas a las que promovió el 15M.