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Sinopsis
El Museo del Prado no es solamente la mejor pinacoteca del mundo; es también el álbum familiar de las dinastías españolas, los Austrias y los Borbones, que han regido los destinos de España desde hace cinco siglos. En este libro, Juan Eslava Galán, con su inconfundible estilo ameno y riguroso, nos propone un recorrido por el museo, del mismo modo que repasamos nuestro álbum familiar contando quién fue cada persona. Pero no se trata en esta ocasión de una historia de nuestro país, sino de una historia del día a día de sus protagonistas: de sus reyes, esposas e hijos, pero también de personajes ilustres, pintores, amantes y plebeyos.
Y de los episodios más emocionantes, las anécdotas más divertidas y los secretos mejor guardados que se esconden tras los cuadros.
«Nadie cuenta la historia como Eslava Galán. Esa mezcla de sabia erudición, arte narrativo e ironía inteligente suele producir mezclas explosivas», Arturo Pérez-Reverte
J UAN E SLAVA G ALÁN
LA FAMILIA DEL PRADO
Un paseo desenfadado y sorprendente por el museo de los Austrias y los Borbones
Introducción
Hace unos meses abrieron el telediario con la solemne imposición del collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro a la princesa Leonor, hija y sucesora de Felipe VI.
No resultó nada fácil explicarle a una nieta de pocos años lo que significaba ese suntuoso collar que el papá rey le imponía a la princesita rubia. ¿Cómo exponerle la continuidad de la monarquía, después de mostrarle, en internet, para gran sorpresa suya, que el colgante que el rey ha regalado a la princesita reproduce la piel de un carnero, con la cabeza y los cuernos retorcidos a un lado y los cuartos traseros y el pingüe rabo al otro?
Aprovechando el interés que le despierta la extravagante joya, he llevado a mi nieta al Museo del Prado a ver los lienzos donde aparece el collar y, de paso, le he referido el cuento del Toisón de Oro, una de las más bellas y misteriosas historias de la mitología griega.
Hubo una vez, en tiempos de los héroes griegos, un príncipe llamado Jasón, al que encomendaron que viajara a la remota Cólquida, cerca del Cáucaso, para rescatar la piel de un carnero fantástico cuyos vellones no eran de lana, sino de oro.
La empresa era peliaguda, porque el vellocino colgaba de las ramas de un árbol guardado por una horrible serpiente que nunca dormía. Pero valía la pena arriesgarse porque, a cambio de esa piel, el intrépido Jasón recibiría un reino y sería rey.
Muchos siglos después, en 1429, el duque de Borgoña Felipe el Bueno fundó una orden de caballería cuyo símbolo era la piel de carnero dorada que rescató Jasón (casi siempre la llamamos toisón, que es la palabra francesa para vellocino).
Felipe el Bueno tenía un problema. Era más rico que los monarcas de Francia y de Inglaterra, pero andaba malcontento porque solo era duque, cuando a él le hubiera gustado ser rey. Por eso fundó la Orden del Toisón, porque el héroe Jasón había conseguido su reino gracias al vellocino de oro. Al igual que Jasón, Felipe el Bueno aspiraba a convertir el ducado de Borgoña en un reino (ya lo había sido en el pasado, cuando se llamaba Lotaringia).
¿De dónde sacó Felipe el Bueno la idea de relacionar el vellocino de la fábula griega con su tierra? Es probable que se inspirara en el emblema de Brujas, la ciudad más industrial de sus dominios, cuyo símbolo era precisamente un carnero (Brujas era famosa por su industria lanera).
El árbol del Toisón guardado por la serpiente, en una cerámica griega.
Felipe el Bueno nunca llegó a ser rey, pero la orden por él fundada se transmitió a sus descendientes, de duque en duque, y terminó simbolizando a dos dinastías de reyes españoles, los Austrias y los Borbones.
Después de escuchar la historia, mi nieta quiso saber dónde estaba el ducado de Borgoña. Fuimos al mapa y
¿Cómo llegó la Orden del Toisón a los reyes de España?
Uno de los descendientes de Felipe el Bueno, el duque Felipe el Hermoso, se casó con una princesa de Castilla, Juana, a la que luego llamarían la Loca, hija de los Reyes Católicos.
A Juana la Loca no le correspondía reinar, pero por una de esas carambolas del azar, la muerte prematura de sus hermanos mayores (Juan e Isabel) puso en sus manos las coronas de Castilla y de Aragón.
Con Juana en el trono, su esposo Felipe el Hermoso se convirtió automáticamente en rey consorte de Castilla (rey iure uxoris, 1506). ¡Por fin alcanzaban los duques de Borgoña la dignidad real!
El gran collar de la Orden del Toisón y distintas condecoraciones oficiales.
Felipe el Hermoso y Juana la Loca habían tenido un hijo, Carlos, que disfrutó plenamente de la condición real como Carlos I de España y V de Alemania. Él heredó a un tiempo las coronas de Castilla y Aragón y la Orden del Toisón. A partir de entonces, el Toisón pertenece a los reyes de España.
Felipe el Hermoso había heredado de su madre el ducado de Borgoña y de su padre la jefatura de la casa de Habsburgo o Austria.
¿Qué era la casa de Habsburgo?
Era una dinastía real, oriunda de Suiza, con posesiones en el centro de Europa. Como carecía de grandes ejércitos, se había especializado en ampliar sus dominios por vía matrimonial.
Durante dos siglos, España estuvo regida por esa rama de la dinastía Habsburgo o Austria.
Mejor llamarla Austria, que nos resultará más fácil de pronunciar.
Los Austrias trajeron a España no solo la Orden del Toisón de Oro, sino también nuestra antigua bandera, blanca con la cruz de San Andrés en rojo, la primitiva enseña de Borgoña alusiva al patrón del ducado, san Andrés.
Los retratos de la familia
Pasear con una niña por el Museo del Prado en busca de los lienzos donde aparece el Toisón te permite reparar en aspectos inéditos de las pinturas que antes no habías notado.
Después de explicarle que esta dama es hija de aquella otra y sobrina del señor de más allá, Minerva pregunta: