Notas
[1] Para su estudio sobre los cuáqueros, Voltaire se documentó en la Theologie verae Christianiai Apología, de Barclay (1676) y en el libro de Sewel: The rise, increases and progress ofthe christian people called quaker; 1726.
[2] Mateo, III, 2 (citado por Barclay).
[3] I Corintios, I, 17. Este texto se lo señaló a Voltaire el cuáquero de Hampstead, Edward Higginson, haciéndole gran impresión, según se cuenta en la obra de Higginson: Account ofa conversation with Voltaire.
[4] La palabra «entusiasta» tiene frecuentemente en Voltaire un valor peyorativo, vecino a «iluminado» o «fanático». En este contexto está desprovista de agresividad, pero señala la distancia crítica que Voltaire guarda respecto a los cuáqueros, pese a sus elogios.
[5] En estas últimas líneas se contiene lo esencial del artículo «Guerra» del Diccionario Filosófico, donde Voltaire se hace agudo portavoz de la tesis de quienes luego se llamaron «objetores de conciencia».
[6] El Monumento es una columna erigida para conmemorar el incendio que asoló Londres en el año 1666.
[7] Estos «contorsionistas» se unen, en el desprecio de Voltaire, con los «convulsionarios» jansenistas que montaban sus números en el cementerio de Saint-Médard, último extremo para el escritor de la ridiculez en materia religiosa. Recordemos que el hermano de Voltaire era un jansenista furioso.
[8] Mateo: X, 8 (citado por Barclay).
[9] Tesis mantenidas por el sacerdote del Oratorio Nicolás Malebranche, nacido en 1638 y muerto en 1715, en su obra Recherche de la verité. Discípulo de Descartes y elocuente escritor, el padre Malebranche alcanzó gran renombre en su época.
[10] Georges Fox, fundador de la secta cuáquera, nacido en 1624 y muerto en 1690.
[11] «Donde no se encerraban» (alusión al cónclave cardenalicio).
[12] Sewel (véase nota 1) decía que este nombre les venía de la muy repetida frase de Fox: «Tremble at the world of the Lord.» Pero Barclay y los demás estudiosos suscriben la opinión de Voltaire.
[13] Lo que es más asombroso es que esta carta, escrita a un rey por un particular oscuro, tuvo su efecto y la persecución cesó.
[14] Esta IV carta está inspirada casi en su totalidad en una «Vida del autora que abría las Obras de William Penn; Londres, 1726.
[15] Irónica manera de aludir a Los principios de la filosofía, publicados en 1644 y dedicados a esta princesa, amiga y discípula de Cartesio. Voltaire no sentía ningún aprecio por la filosofía cartesiana aunque respetaba su geometría, como luego se verá.
[16] Esta V carta es el artículo «Anglicanos» del Diccionario Filosófico, edición de Kehl.
[17] Bill de 1711, contra la conformidad ocasional.
[18] Dissertation sur la validité des ordinations anglicanes et sur la sucession des evêques de l'églist anglicane, Bruselas, 1712. El libro causó en Francia un escándalo memorable.
[19] Milord Bolingbroke, Henry St. John, vizconde de (1678-1751). Escritor y político, gran amigo de Voltaire. Es autor de unas Cartas sobre el estudio y el uso de la historia y La idea de un rey patrita, además de estudios sobre deísmo y moral. Fue para Voltaire la idea más acabada del ilustrado inglés.
[20] Francisco Rabelais (1494-1553), autor satírico y cómico, autor de la Vida de Gargantúa y Pantagruel, los Aforismos de Hipócrates y una colección de Cartas. Más adelante tendremos ocasión de conocer la opinión que su obra le merecía a Voltaire.
[21] Esta carta VI forma el artículo «Presbiterianos» del antedicho Diccionario Filosófico.
[22] «Honnétes gens, honnéte homme», expresiones que encierran un ideal dieciochesco y que, por supuesto, no aluden principalmente a la «honradez» en el sentido habitual de lo que le sirve para probar la antigüedad de esta escuela de expresión. Se trata más bien de la imagen del burgués liberal, ilustrado y progresista, frente a la aristocracia y al clero. He traducido habitualmente el término por «gente de bien», «hombre de bien».
[23] De la herejía arriaría (de Arrio, siglo iv, combatida por San Atanasio en el concilio de Nicea), de la sociniana (de los dos Sozzini del siglo xvi) y de los unitarios ingleses, Voltaire no conserva más que su oposición al dogma de la Trinidad, lo que sirve para probar la antigüedad de esta escuela de racionalismo cristiano.
[24] Según unos, Rabelais. Según otros, Bolingbroke. O quizá el mismo Voltaire...
[25] Juan Francisco Pablo de Gondi, Cardenal de Retz, 1613-1679, uno de los jefes de la Fronda, movimiento revolucionario que durante la minoría de Luis XIV se opuso a la regencia de Ana de Austria y del Cardenal Mazarino. Dejó unas celebradas Memorias.
[26] Esta carta forma el articulo «Parlamento de Inglaterra» en el Dicc. Fil.
[27] En Questiom sur l'Encyclopedie, Voltaire rehace este artículo.
[28] La Carta Magna de 1215.
[29] Esta carta es el articulo «Inoculación» en la edición Kehl del Dicc. Fil.
[30] El tema de la inoculación variólica interesó bastante a Voltaire, que por haber padecido la enfermedad conocía bien sus estragos y la necesidad de combatirla. Cuando el Parlamento francés prohibió esta práctica, a petición de Omer de Fleury, escribió una farsa contra éste (1763). También satirizó al médico Van Swieten, opuesto a la inoculación, en Del horrible peligro de la lectura.
[31] Aquí Voltaire remacha una de sus ideas más caras, que preside su método de historiador; los grandes hombres son los sabios, benefactores de la humanidad, no los héroes ni los conquistadores.
[32] Términos usuales de filosofía escolástica.
[33] Dictamen de Anaxágoras.
[34] ¿No es cierto que el estilo de este párrafo es tan shakespearino que casi abonaría la leyenda de que el canciller fue el auténtico autor de las tragedias firmadas por Shakespeare? Aunque, como luego veremos, el estilo de éste tampoco gustaba demasiado a Voltaire.
[35] Esta carta forma el capítulo «Locke» en el Dic. Fil.
[36] Este sarcástico y «peculiar» resumen del pensamiento griego sobre el alma sirve para subrayar una de las principales características modernas de Voltaire: su desdén e incluso odio por toda tradición intelectual, por venerable que sea, su convencimiento de que la verdad verdadera era cosa del último medio siglo...
[37] Edward Stillingfleet, que fue obispo de Worcester, atacó de pasada a Locke en su Discourse in vindication ofthe Doctrine ofthe Trinity. Luego polemizó con él de 1697 a 1699, pero siempre con moderación y cortesía.
[38] La idea de que los animales son máquinas fue lanzada por Descartes y recogida por Malebranche, Spinoza, etc.. El siglo xvm en general y Voltaire en particular fue muy amante de los animales, que volvieron a ser ascendidos al rango de seres animados, mientras que comenzaba a hablarse del «home-machine» (La Mettrie)...
[39] El párrafo se refiere humorísticamente a algunas de las más conocidas teorías pitagóricas: transmigración de las almas entre hombres y animales o viceversa, vegetarianismo, prohibición de comer habas...
[40] «Gimnosofistas» (lit.: «sabios desnudos») era el nombre griego que recibían los santones hindúes.
[41] Frase de Lucrecio, repetida por Séneca en Troades, Acto II, coro final.
[42] Aquí este trozo enlaza con el final de la carta XIII: «Es preciso no temer nunca que algún sentimiento filosófico pueda dañar a la religión de un país, etc..»
[43] Esta carta es la sección 1.a del artículo «Newton y Descartes» del Dic. Fil.
[44] Virgilio: Eneida, canto I.
[45] Galileo murió en 1642. Descartes en 1650.
[46] Tratado de física, 1671. Reeditado en 1723.