El sentido de este libro
Esta obra quiere ser un análisis neutral (no partidista) y objetivo (desinteresado, desapasionado) del nacionalismo radical catalán en su contexto político y social. Contiene varias interpretaciones sobre algunos aspectos de la evolución del catalanismo político durante un par de siglos —y no de los sectores más radicales—, lo que, a mi modo de ver, es su mayor aportación. Hay ideas acerca de las relaciones, buenas y malas, de la política en Cataluña y en España como conjunto. Más que repetir respuestas ya conocidas, se exploran tendencias sociales y culturales para generar preguntas que deseo que sean nuevas, originales. Mi texto no es, ni busca ser, un estudio erudito sobre grupos y grupúsculos, partidos y personalidades. Hace medio siglo que soy historiador y vivo sobre la misma falla hispano-catalana que he investigado y sigo estudiando. Mi intención es, pues, rastrear un movimiento político desde sus orígenes hasta su incierto presente, en búsqueda de un patrón y el sentido de su trayectoria.
El libro no tiene una estructura convencional por capítulos. Usa una cadena de secciones breves. Se empieza, se sigue y se acaba, desde una época bastante lejana hasta el presente más inmediato. Se espera que este formato resulte de lectura más amable que la convencional, relatada por capítulos con frecuencia muy densos (o al menos, los míos).
El problema de fondo es cómo explicar muchas historias a la vez, para escribir una historia conjunta de tendencias diferentes y circunstancias variables a lo largo del tiempo.
Se sigue una narración compleja. Primero, se esclarecen los orígenes del concepto de «separatismo» en el mundo durante los siglos XVII , XVIII y XIX . Luego se traza cómo esa idea, o esa palabra —junto a otras muchas, y muy relacionadas, como «patriota» o «nacionalista»— se consolidaron en Cataluña, todas con unos sentidos concretos, entre mediados o finales del siglo XIX y la primera mitad del XX .
Cuando el separatismo catalán surgió en el invierno de 19181919 —no ya como noción, idea o insulto, sino como un movimiento político intencionadamente innovador—, era una forma supernacionalista, más radical y extrema que cualquier otro enfoque catalanista habido y, se creía, por haber. Pero lo paradójico es que se mostró a la vez como antinacionalista, si por nacionalismo catalán se entendía, como era habitual entonces, el mensaje de la Lliga Regionalista, supuestamente hegemónico entre 1901 y 1923.
Una vez establecido un separatismo político catalán a finales de 1918, se extendió rápidamente como una corriente política que envolvía un cierto medio social en Barcelona. Se ofrece aquí la narración de un siglo de política extremista hasta 2018. Como bien sabe el lector, los acontecimientos actuales —los que yo resumo y llamo la «revolución catalana» de 2017-2018— ofrecen un futuro bastante incierto. Parece que las cosas quedan claras un día, y al siguiente (o un par de días después) todo está otra vez al revés de lo esperado. No importa el criterio o las simpatías que se tengan, la confusión rige en el aquí y ahora. Este libro, por tanto, acaba en la duda más acuciante, que yo mismo no puedo resolver. Asimismo, traza el desarrollo del separatismo desde la década de 1920 en adelante y lo sigue a través de los años treinta, con la República (la Generalitat republicana) y el caos de la Guerra Civil de 1936-1939. Desde antes del conflicto, hubo una tendencia unitaria que definió el movimiento separatista. Pero convivió con otra, opuesta, que inspiró escisiones, partidos rotos y grupúsculos enfadados.
De un modo extraño, la dictadura franquista —el «régimen» por antonomasia— fue una continuación de los conflictos de los años treinta. Su misma existencia era una prueba de que «la guerra todavía no se había terminado».
En 1968, cincuenta años después de la fundación del separatismo político, surgió el independentismo como algo claramente diferenciado del separatismo, para confusión de muchos. Así que el separatismo y el independentismo están estrechamente relacionados: el independentismo deriva del separatismo, pero no es lo mismo.
Aquí se repasan las pautas organizativas que imperaron en esa mutación. Una vez surgido el independentismo en 1968, tampoco se detalla cada pelea ideológica, cada pequeña escisión, cada grupúsculo de la naciente esquerra independentista (izquierda independentista) y de su desarrollo como movimiento, con frecuencia más marcado por sus peleas internas que por sus aciertos políticos.
Finalmente, respecto a los últimos años (de 2010 a 2018), el libro sigue el relato del nuevo independentismo de masas: de aquellos que popularmente se llaman los indepes. Esta abreviación, un poco faltona, para referirse al gentío que llena las manifestaciones, no es un accidente. Otra vez nos encontramos con algo distinto dentro de un movimiento en curso, vivo, vinculado a una corriente política parecida, pero muy distinta. Aquí se presenta una tesis esencial: los independentistas no son lo mismo que los indepes, como tampoco la esquerra independentista es la multitud de los indepes. En las primeras dos décadas del siglo XXI , los indepes han pasado de comulgar con la política catalanista convencional —sobre todo con lo que, en su plenitud, fue Convergència Democràtica de Catalunya y el pujolismo—, para formar una cantidad ingente de contestatarios que se creen iguales entre sí pero no lo son. El libro termina con un esfuerzo por aclarar la naturaleza y el significado de los indepes, además de intentar explicar cómo surgió tal cambio, frente a la supervivencia de la esquerra independentista, hoy más conocida y mejor organizada como la CUP.
He añadido un repertorio de siglas, ya que el relato es inevitablemente una «sopa de letras» de partidos, grupos y micro-grupos en movimiento permanente.
No hay casi citas, ni hay notas. No se indican las fuentes. No es este un manual de estudio, ni un texto académico. Quien quiera profundizar en el tema, así como consultar de qué variedad de materiales —entre libros y artículos— he sacado algunas ideas, encontrará una bibliografía final, monográfica, de donde podrían salir nociones diferentes a las de esta obra, o contradecir la interpretación aquí presentada.
Introducción
Desde su aparición política en el invierno de 1918-1919 y hasta 2012, el secesionismo catalán —más conocido en su propio terreno primero como separatismo y más adelante como independentismo— fue siempre muy minoritario. No lograba votos. Sus partidos estallaban al poco de nacer, sus facciones se mostraban más dispuestas a diferenciarse entre sí que a sumar fuerzas.