Javier Castro-Villacañas y Luis Suárez
MIGUEL BLESA,
EL LOBO DE CAJA MADRID
Gestión, lujo y ruina de un depredador financiero
Primera edición: septiembre de 2014
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© Javier Castro-Villacañas Pérez, 2014
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Impresión: Huertas
Encuadernación: Huertas
Impreso en España- Printed in Spain
ÍNDICE
I NTRODUCCIÓN 5
I. L OS DOS ENCARCELAMIENTOS DE M IGUEL B LESA 6
Primer ingreso en Soto del Real 6 Aquellos 24 millones de euros que Blesa dio a Díaz Ferrán 10 La telaraña judicial 18 La segunda entrada en prisión de Blesa 22
II. U N JUEZ LLAMADO E LPIDIO 25
Elpidio significa «el que tiene esperanza» 25 La instrucción de Elpidio: las querellas por los créditos de Díaz Ferrán y la compra del Banco Nacional de Miami 28
III. M IGUEL B LESA , UN SEÑORITO DE L INARES 32
Infancia, juventud y Aznar 32 Los grandes sueldos de Blesa en Caja Madrid 38 Autocréditos de Caja Madrid a Miguel Blesa 40
IV. E L ÁNGEL CAÍDO , BALADA TRISTE DE C AJA M ADRID 41
Memoria histórica de Caja Madrid: trescientos años de crédito popular 41 Trescientos años de gloria y diez de hundimiento bajo el mandato de Miguel Blesa 42 Creación de la Caja de Ahorros de Madrid propiamente dicha 45 La Primera República y Caja Madrid 47 La Restauración 48 Siglo XX , cambalache 49 De la dictadura de Primo de Rivera a la Segunda República 50 La Guerra Civil y el saqueo de los montes de piedad 51 La dictadura franquista 52 El principio del fin: la desnaturalización de las cajas a través de «la comisión de mantenimiento» y la politización de sus consejos de administración 54 La trampa de la comisión de mantenimiento 55 Las cajas y el Estado de las Autonomías 56 Miguel Blesa, un presidente tóxico para Caja Madrid y todo nuestro sistema financiero 59
V. P ACTO DE PODER CON LOS COMUNISTAS 64
La politización de Caja Madrid 64 El chollo de ser consejero de Caja Madrid 70 Otras prebendas y regalías: las asambleas generales 72 El adiós de Miguel Blesa 74
VI. L OS PIRATAS DEL C ARIBE 75
Nuestro hombre en La Habana 76 Una mansión en Miami 79 Gürtel también estuvo en Florida 82 La compra del City National Bank de Florida (CNBF) 86 ¿Quién es Leonard Abess? 107 CNBF, un banco con antecedentes 109 La quiebra de Su Casita de México 115
VII. L OS NEGOCIOS RUINOSOS DE M IGUEL B LESA 116
1.082 millones de euros a Martinsa Fadesa 116 Caja Madrid y el caso Gescartera 123 La Corporación Cibeles 124 «Nos vamos de compras» 128 Operación Halley: o cómo colocar Air Comet a Iberia 131 El fondo hispano-saudí de la «princesa Corinna» 133
VIII. E L ENGAÑO DE LAS PREFERENTES 140
Una comercialización salvaje 140 Deuda subordinada y preferentes. Dos productos distintos y una sola finalidad: cuadrar el balance de la caja 146 Blesa invierte en bonos de BBVA antes que en preferentes 147 Ancianos, ciegos, niños y demás inversores de alto riesgo 148
IX. L A VIDA PREFERENTE DE TÍO M ICKY 153
La escopeta de Caja Madrid: cacerías, viajes y negocios 153 «Querido tío Micky» 156 Vega Sicilia, Valbuena... 158 Un avión en Miami 159 Un apartamento en Nueva York con Alejandro Agag 160 2,15 millones al contado por un chalé en La Florida 161 Los cuadros de Gerardo Rueda 162 El obelisco y otras menudencias 167
X. L A GOBERNANZA D E C AJA MADRID 169
El caudillaje 169 Caja Madrid y los medios 174
XI. O BITUARIO: LA MUERTE DE C AJA M ADRID 178
Los pecados capitales de la gestión de Blesa al frente de Caja Madrid 178 Esperanza Aguirre versus Alberto Ruiz-Gallardón 181
C RONOLOGÍA 187
A todos los trabajadores y clientes de la extinta Caja Madrid,
especialmente a todos aquellos que se vieron afectados y perjudicados por
la negligente gestión de Miguel Blesa en la comercialización salvaje de los
productos financieros conocidos bajo la denominación
de preferentes y deuda subordinada.
I NTRODUCCIÓN
La actuación de Miguel Blesa como presidente que fue de la cuarta entidad financiera de España, Caja Madrid, es un asunto que sigue abierto en diferentes juzgados de nuestro país. Con independencia del resultado final de cada uno de los procedimientos judiciales que aún siguen en marcha, la desaparición de una entidad pública, como lo fue Caja Madrid, y la necesaria aportación de más de 20.000 millones de euros por parte del Presupuesto del Estado, utilizados para el rescate de su heredera Bankia, es un asunto de interés general que requiere de la máxima información, el necesario debate contradictorio, así como de la aportación de cuantos documentos sean precisos para la más exacta explicación y entendimiento de lo que ha sucedido.
Este ha sido nuestro único objetivo al escribir el presente libro: ante un asunto de claro interés informativo, hacer uso de la libertad de expresión que protege nuestra Constitución para contar la historia de Caja Madrid; también la de su presidente, Miguel Blesa; así como intentar desmenuzar la telaraña de procedimientos e incidentes judiciales que se han tejido en torno a su figura y a su presidencia al frente de la entidad financiera madrileña durante los últimos años.
I. L OS DOS ENCARCELAMIENTOS DE M IGUEL B LESA
Primer ingreso en Soto del Real
Blesa no paraba de mirar su reloj. Apenas quedaban unos segundos para que dieran las nueve de la noche. Junto a él, de pie, se encontraba su abogado, Carlos Aguilar, quien intentaba tranquilizarle respecto a su inmediato futuro. «Hay que ser optimistas», se le escuchó comentar. Sin embargo, todo dependía exclusivamente de la decisión de un juez del que nunca antes habían oído hablar. Y del que les costaba recordar su nombre.
—¿Elpidio, Eldipio Silva…? ¿Cómo me has dicho que se llama su señoría? —volvió a preguntar Miguel Blesa a su abogado.
Blesa y Aguilar estaban esperando una resolución que se les iba a comunicar allí mismo, en persona.
—Auto in voce —anunció una funcionaria judicial.
Era por tanto cuestión de segundos, quizá unos minutos más… La espera ya se hacía interminable. En la bancada de enfrente, la acusación popular del sindicato de funcionarios Manos Limpias, ejercida bajo la dirección letrada de Luis Pineda, presidente de AUSBANC (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios), hacía una reflexión distinta respecto a la demora en la adopción de la decisión.
— Demasiado tiempo lleva ya el juez deliberando. Si no fuera a tomar una decisión trascendental ya le habrían dejado en libertad —comentó el abogado Pineda a una de sus colaboradoras.
De repente, la oscuridad, como una boca de lobo, se adueñó de todo el juzgado. Alguien, sin querer, había apretado un interruptor general y se apagaron todas las luces de la sala. Miguel Blesa, aficionado a la astrología y andaluz muy supersticioso, interpretó aquello como un presagio fatal. Miró por la ventana de la sala y comprobó que también la noche había caído sobre Madrid.
—Mal augurio —murmuró.
Eran demasiadas las horas que llevaba en el juzgado. Aquel fundido en negro general sepultó sus últimas esperanzas.
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