ADOLF HITLER
- ¿Nacimiento? El 20 de abril de 1889 en Braunau am Inn (Austria).
- ¿Fallecimiento? El 30 de abril de 1945 en Berlín (Alemania).
- ¿Hechos determinantes?
- Organización del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP).
- Instauración de un régimen totalitario en Alemania.
- Desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
- Organización del mayor genocidio del siglo XX.
Adolf Hitler, el personaje más controvertido del siglo XX, encarna en su persona los más espantosos horrores de su tiempo. Pero nada hacía presagiar que este fuera a ser el destino del austríaco. Apasionado por el arte y deseoso de forjarse una carrera en este ámbito, ve como se le cierran en varias ocasiones las puertas de la academia. Entonces se abre en su vida un período sombrío en el que dedica su tiempo a leer obras que radicalizan su pensamiento. Algunos años más tarde llega a Alemania, cuyo poder admira. En 1914, cuando la Primera Guerra Mundial acaba de empezar, se alista en el ejército y demuestra un gran entusiasmo. Es herido durante los combates y en el hospital se entera de la derrota Alemania, que en su opinión se debe a enemigos infiltrados en el país: judíos y comunistas. Cuando Hitler se recupera, descubre una Alemania profundamente humillada por el Tratado de Versalles y sumida en el caos. Entonces se afilia al Partido Obrero Alemán, que rápidamente reorganiza, y se convierte en su único líder. Pero su ambición llega aún más lejos: quiere ser el guía de una nueva civilización que salvaguardaría la pureza aria, a riesgo de destruir a otros para lograrlo. A pesar de que su putsch (golpe de Estado) de 1923 fracasa, está decidido a coger las riendas del país y se aprovecha del desastroso contexto del momento para ser designado líder de Alemania. Impulsado por sus convicciones, llega a ordenar cometer los peores crímenes de la historia moderna, y no dejará tras de sí más que cenizas y sangre.
BIOGRAFÍA
Retrato de Adolf Hitler de 1933.
LA INFLUENCIA PATERNA
Adolf Hitler nace el 20 de abril de 1889 en Braunau am Inn, un pueblo austríaco cerca de Baviera. Su padre, Alois Hitler (1837-1903) es agente de aduanas y tiene otros dos hijos fruto de un matrimonio anterior. En 1885 se casa en terceras nupcias con una joven prima, Klara Pöllz (1860-1907). La pareja tendrá otros dos hijos además de Adolf: Edmond en 1895 y Paula en 1896.
UN PARENTESCO COMPLEJO
Adolf Hitler habría podido perfectamente no apellidarse así. De hecho, Alois lleva durante mucho tiempo el apellido de su madre, Maria Schicklgruber (1795-1847), ya que la identidad de su padre era desconocida. Cinco años más tarde, esta se casa con un obrero llamado Georg Hiedler (1792-1857). Alois pierde a su madre con solo diez años, y el hermano de Georg, Johann (1808-1888) se hace cargo del niño. En 1876, Johann decide designarle heredero atestiguando que Alois sí era hijo de Georg. Como consecuencia, Alois puede adoptar el apellido de Hiedler, que se transcribe erróneamente y se convierte en Hitler. Aún hoy en día desconocemos si este reconocimiento estuvo motivado por un lazo de parentesco real o simplemente por el hecho de que los hermanos Hiedler no tenían un heredero varón que pudiera perpetuar su apellido. Sea lo que fuere, varios autores señalan con malicia que este reconocimiento favoreció sin duda la carrera de Adolf. De hecho, imagine el espectáculo que habrían ofrecido las multitudes gritando a pleno pulmón «¡Heil Schicklgruber!».
La infancia de Adolf transcurre de un lado para otro, en función del lugar al que su padre fuera destinado. Este se muestra muy orgulloso de su profesión y del estatus social que le confiere, y desea con todas sus fuerzas que su hijo siga sus pasos. Sin embargo, el joven tiene otros proyectos. En el colegio es considerado un alumno inteligente pero muy perezoso. Solo quiere trabajar en las asignaturas que le interesan, entre las que se encuentra el dibujo. De hecho, piensa seriamente en emprender una carrera artística. Pero su proyecto profesional se da de bruces con la hostilidad de su padre. El vínculo padre-hijo se deteriora rápidamente, y las peleas se vuelven tan frecuentes como violentas. El 3 de enero de 1903, cuando Alois fallece, la relación con su hijo seguía siendo igual de conflictiva.
¿ADOLF HITLER TENÍA ANTEPASADOS JUDÍOS?
Aunque en términos oficiales el abuelo paterno de Adolf Hitler es Georg Hiedler, no hay nada seguro y son muchos los rumores que circulan en torno a la verdadera identidad del amante de Maria Schicklgruber. Entre ellos, varios afirman que el padre de Alois Hitler era judío. En realidad, en el momento de su embarazo, Maria trabajaba como limpiadora en casa de una familia judía de Graz, los Frankenberger, y habría tenido una relación con el hijo mayor de la familia. Sin embargo, todavía no se ha encontrado el rastro de ninguna familia que portara ese apellido en la ciudad austríaca. Otros afirman que Maria habría trabajado en Viena para los Rothschild.
Hitler ordena varias investigaciones secretas sobre este tema, cuando menos espinoso, pero no logran ningún resultado concreto. Desesperado, hace que desaparezca todo rastro de los orígenes de su padre para que nadie descubra la verdad, sea cual pudiera ser.
EL FRACASO ARTÍSTICO
Adolf continúa su recorrido escolar en los colegios de Linz sin demasiada convicción. Es en esta ciudad donde el adolescente cogerá gusto por la lectura de novelas y de libros de historia, así como por la ópera. En 1907, antes de obtener su diploma, convence a su madre para que le deje cursar estudios artísticos en Viena. Alquila un cuarto de estudiante y se inscribe en la Academia de Bellas Artes. Le rechazan en la prueba de admisión y se da cuenta de que en realidad su verdadera pasión es la arquitectura, pero para poderse inscribir en esta escuela necesita poseer un diploma del que carece.
A finales de 1907, a Klara se le diagnostica cáncer de mama y, a pesar de los cuidados, fallece a causa de la enfermedad el 23 de diciembre. A principios del año siguiente, Adolf vuelve a Viena con su amigo August, que se ha inscrito en el conservatorio. En septiembre se vuelve a presentar a la prueba de admisión de la academia, pero vuelve a ser rechazado. Se siente incapaz de confesar su fracaso, por lo que corta cualquier contacto con su entorno y se sumerge en el anonimato de los indigentes. Es un período difícil para el joven Hitler, que sobrevive a duras penas en las calles de Viena: cobra una pensión de orfandad, realiza pequeños trabajos y se beneficia de la generosidad de las instituciones de caridad. Su situación mejora ligeramente a lo largo del año 1910, cuando empieza a pintar postales que luego vende en la calle.
Aunque vive en una situación precaria, Hitler hace todo lo posible para guardar las apariencias y dar la impresión de ser un artista incomprendido en vez de un fracasado. Siempre le apasionó la ópera, por lo que no duda en privarse de alimento para ahorrar lo necesario para asistir a una representación. Durante este período también retoma la lectura y se interesa por la geopolítica y por la historia europea. Siente una gran admiración por el poder alemán, mientras que solo siente desprecio por la despreocupada Austria. Estimulado por sus propios fracasos, comienza a desarrollar un pensamiento político cada vez más radical y se vuelve abiertamente antisemita. En su opinión, los judíos son responsables de todos los problemas de Europa, y también de los suyos.
¿POR QUÉ HITLER SE VUELVE ANTISEMITA?
El origen del antisemitismo de Hitler es la cuestión más espinosa que rodea a este personaje. Para muchos autores, un odio tan fuerte y que pueda llevar al genocidio solo puede estar provocado por un acontecimiento especialmente doloroso que haya implicado a uno o varios judíos. Existen muchas teorías, pero ninguna ha podido ser demostrada. Aunque al menos se ha admitido que la radicalización de Hitler tuvo lugar en Viena, no hay nada que demuestre que esto esté relacionado con un hecho concreto. Más bien al contrario: las investigaciones llevadas a cabo sobre esta cuestión hacen pensar que Hitler mantenía buenas relaciones con los judíos a los que conocía.