Nuestro agradecimiento al Ministerio de Cultura por su ayuda a la traducción de este libro, y al Arzobispo de Canterbury y la Biblioteca del palacio de Lambeth por su permiso para reproducir la miniatura de la cubierta.
Título original: Le Morte D'Arthur
En cubierta y contracubierta: Arturo y Mordred en la batalla de Camlann (Biblioteca del Palacio de Lambeth, ms. 6, f. 66v). La Tabla Redonda de Camelot (Ms. francés del S. XII; ms. fr. 343; Biblioteca Nacional de París).
Dirección: Luis Alberto de Cuenca y Jacobo F.-J. Stuart
1ª edición: septiembre 1985
2ª edición: mayo 1986
3ª edición: noviembre 1988
4ª edición: mayo 1991
5ª edición: mayo 1993
(c) De la traducción, Francisco Torres Oliver
(c) EDICIONES SIRUELA, S.A., 1985
Plaza de Manuel Becerra, 15. «El Pabellón»
28028 Madrid
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Durante los tiempos inciertos de la Guerra de las Dos Rosas, un caballero de vida azarosa, sir Thomas Malory, escribió desde la cárcel (como Cervantes) una refundición del vasto ciclo artúrico del siglo XIII a partir de versiones francesas. La obra fue impresa en 1485 en el taller de William Caxton, el primer impresor de Inglaterra, y éste la tituló Le Morte D'Arthur. Caxton, a su vez, prologó y unificó las ocho novelas que escribiera Malory en veintiún libros, dando así coherencia temática a la maestría narrativa de su autor.
Gracias a este libro, los relatos artúricos han conocido múltiples y variadas ediciones a lo largo de cinco siglos, siendo Malory, junto a Shakespeare y Chaucer, uno de los pocos autores ingleses de un pasado no cercano que siguen leyéndose.
Fruto tardío del Medievo otoñal, Le Morte D'Arthur es, sin embargo, la versión «moderna» del universo artúrico y, andando los siglos, no ha dejado de inspirar nuevas recreaciones desde Walter Scott a Tennyson, Mark Twain o los pintores prerrafaelistas hasta las más recientes versiones de T. H. White o J. Steinbeck.
Coincidiendo con el quinto centenario de la edición príncipe, esta primera traducción al castellano ha sido cuidadosamente realizada por Francisco Torres Oliver, autor de numerosas traducciones de reconocido prestigio.
Sir Thomas Malory
La Muerte de Arturo
Volumen I
ePUB v1.0
Flambeau18.04.12
LIBRO I
CAPÍTULO 1
Primero, cómo Uther Pendragon envió por el Duque de Cornualles e Igraine su mujer, y de su súbita partida otra vez
A CAECIÓ en los días de Uther Pendragon, cuando era éste rey de toda Inglaterra, y como tal reinaba, que había un poderoso duque en Cornualles que sostenía guerra contra él mucho tiempo. Y el duque se llamaba duque de Tintagel. Y por intermedio, envió el rey Uther por este duque, encargándole que trajese consigo a su mujer, pues era tenida por hermosa dama, y muy discreta, y se llamaba Igraine.
Cuando el duque y su mujer llegaron al rey, por intermedio de grandes señores fueron acordados ambos. Al rey le plació y amó bien a esta dama, y les hizo muy buen recibimiento, y deseó yacer con ella. Pero ella era muy buena mujer, y no quiso consentir al rey. Y entonces habló al duque su esposo, y dijo: «Creo que nos han enviado llamar para deshonrarme; por donde, esposo, os aconsejo que partamos de aquí súbitamente, que podamos cabalgar toda la noche hasta nuestro castillo» Y partieron como dijo ella, de manera que ni el rey ni ninguno de su consejo advirtió su marcha.
Tan presto como el rey Uther supo de su súbita partida, se enojó en extremo. Llamó luego a su consejo privado, y les habló de la súbita partida del duque y su mujer. Entonces aconsejaron ellos al rey que enviase por el duque y su mujer con gran requerimiento: «Y si no quiere venir a vuestra llamada, entonces podéis hacer lo que creáis mejor; tendréis motivo para hacer poderosa guerra sobre él.»
Así fue hecho, y los mensajeros tuvieron su respuesta, y fue ésta brevemente, que ni él ni su mujer irían. Entonces el rey se enojó en extremo, y le envió claro recado otra vez, conjurándole a que se aprestase, pertrechase y guarneciese, pues en término de cuarenta días le haría salir del castillo más fuerte que tuviera.
Cuando el duque recibió esta advertencia, al punto fue y abasteció y guarneció dos de sus fuertes castillos, de los cuales uno se llamaba Tintagel, y el otro Terrabil. Puso a su mujer doña Igraine, en el castillo de Tintagel, y él se puso en el castillo de Terrabil, el cual tenía muchas salidas y poternas. Vino entonces a toda prisa Uther con una gran hueste, y puso cerco al castillo de Terrabil. Hincó allí muchos pabellones, y hubo gran guerra por ambas partes, y mucha gente muerta.
Entonces por pura rabia, y gran amor por la hermosa Igraine, el rey Uther cayó enfermo. Y vino al rey Uther sir Ulfius, un noble caballero, y le preguntó al rey por qué estaba enfermo.
—Te lo voy a decir —dijo el rey—. Estoy enfermo de rabia y amor por la hermosa Igraine, de manera que no puedo sanar.
—Mi señor —dijo sir Ulfius—, buscaré a Merlín, y él os hará un remedio que placerá a vuestro corazón.
Partió Ulfius, encontró por ventura a Merlín con atavío de mendigo, y le preguntó Merlín a quién buscaba. Y Ulfius dijo que no tenía por qué decirle nada.
—Yo sé a quién buscas —dijo Merlín—, buscas a Merlín; por ende no busques más, pues soy yo, y si el rey Uther quiere recompensarme bien, y jura cumplir mi deseo, será más para honra y beneficio suyo que mío, pues yo haré que tenga todo su deseo.
—Todo esto prometo —dijo Ulfius—, pues nada más razonable sino que tengas tu deseo.
—Pues bien —dijo Merlín—, tendrá su propósito y deseo. Por ende —dijo Merlín— ve en tu camino, que no tardaré en ir detrás.
CAPÍTULO 2
Cómo Uther Pendragon hizo guerra al Duque de Cornualles, y cómo por la mediación de Merlín yació con la duquesa y engendró a Arturo
Entonces se alegró Ulfius, y cabalgó a más andar hasta que llegó al rey Uther Pendragon, y le dijo que se había encontrado con Merlín.
—¿Dónde está? —dijo el rey.
—Señor —dijo Ulfius—, no tardará mucho.
En esto advirtió Ulfius dónde estaba Merlín, en el toldo de la puerta del pabellón. Y entonces Merlín fue mandado venir al rey. Cuando el rey Uther lo vio, dijo que era bien venido.
—Señor —dijo Merlín—, conozco cada parte de vuestro corazón. Si me juráis como verdadero rey ungido que sois, cumplir mi deseo, vos tendréis el vuestro.
Entonces el rey juró sobre los cuatro Evangelios.
—Señor —dijo Merlín—, éste es mi deseo: la primera noche que yazgáis con Igraine engendraréis un hijo en ella; y cuando nazca, será entregado a mí para criarlo como yo quiera, pues será para honra vuestra, y el niño valdrá según sus merecimientos.
—De grado haré —dijo el rey— como tú quieras.
—Pues aprestad —dijo Merlín—. Esta noche yaceréis con Igraine en el castillo de Tintagel, y seréis como el duque su marido, Ulfius será como sir Brastias, uno de los caballeros del duque, y yo como un caballero llamado sir Jordans, otro de los caballeros del duque. Pero cuidad de no hacer muchas preguntas a ella ni a sus hombres, sino decid que estáis cansado, y apresuraos a meteros en la cama, y no os levantéis por la mañana hasta que yo vaya a vos, pues el castillo de Tintagel está a sólo diez millas de aquí.