MIGUEL ÁNGEL
- ¿Nombre? Michelangelo Buonarroti, conocido como Miguel Ángel.
- ¿Nacimiento? Nacido el 6 de marzo de 1475 en Caprese (cerca de Florencia).
- ¿Muerte? Fallecido el 18 de febrero de 1564 en Roma.
- ¿Contexto? El Renacimiento italiano.
- ¿Obras principales?
- La Piedad de la Basílica de San Pedro en Roma (1498-1499)
- David (1501-1504)
- La sagrada familia (Tondo Doni) (1506-1508)
- Los frescos del techo de la Capilla Sixtina (1508-1512)
- La tumba de Julio II (1504-1545)
- El Juicio final, en la Capilla Sixtina (1536-1541)
Miguel Ángel —escultor, arquitecto, pintor y poeta— es la perfecta encarnación del artista del Renacimiento, polivalente y ávido de curiosidad. Al contrario de lo que ocurre con su gran rival, el pintor Rafael (1483-1520), es un trabajador incansable, solitario y asocial que solo se guía por la tormentosa pasión que siente por el arte.
Protegido desde su juventud por grandes mecenas, desarrolla enseguida un excepcional talento artístico. Durante toda su carrera y de Florencia hasta Roma, este artista absoluto no deja de ceder ante las exigencias de sus comanditarios, aceptando pedidos cada vez más prestigiosos, entre los que destacan la tumba de Julio II o los frescos del techo de la Capilla Sixtina en Roma. Pero Miguel Ángel es un eterno insatisfecho y deja muchas obras inacabadas. Por otra parte, aunque durante sus años de aprendizaje se inicia en la pintura y en la escultura, se dedica hasta el fin de sus días a la arquitectura.
Su estilo colosal y monumental se sitúa en la frontera entre la tradición y la innovación. Aunque durante los primeros años de su vida siente apego por su herencia toscana, se acaba alejando de esta para adaptar sus obras a los principios de la arquitectura y de la escultura grecorromanas, al tiempo que va más allá los cánones de la Antigüedad. El arte de Miguel Ángel, adelantado a su tiempo, es una fuente inagotable de inspiración para las generaciones futuras.
BIOGRAFÍA
MIGUEL ÁNGEL Y LOS SCARPELLINI
Miguel Ángel Buonarroti nace el 6 de marzo de 1475 en la Toscana, en el seno de una familia de origen florentino. Su padre es podestá (primer magistrado) de las ciudades de Chiusi y de Caprese. La madre de Miguel Ángel muere cuando este tiene seis años, por lo que pasa a vivir con una nodriza casada con un escultor. Giorgio Vasari cuenta que el precoz gusto del artista por la escultura le vendría de su juventud, que transcurrió mientras observaba trabajar a los scarpellini (palabra derivada del italiano scalpello o scarpello, que significa «cincel»; en el Renacimiento, scarpellare se refiere al acto de tallar el mármol).
En 1488, Miguel Ángel integra el taller de Domenico Ghirlandaio (1449-1494) con un contrato de aprendizaje de tres años. Allí, el adolescente aprende la profesión de pintor y copia los frescos de Giotto (c. 1266-1337) y de Masaccio. Pero el joven se marcha del taller de Ghirlandaio antes del fin de su contrato para seguir las clases de Bertoldo di Giovanni (c. 1440-1491), que dirige una escuela de jóvenes escultores situada bajo la protección de Lorenzo de Médici. Este último se da cuenta enseguida del gran talento de Miguel Ángel y le invita a que copie las estatuas antiguas de su colección en los jardines de San Marcos. Es recibido en el palacio de Via Larga (el actual palacio Médici-Riccardi), donde frecuenta a las grandes personalidades de la época. Sus años de formación transcurren mecidos por las enseñanzas neoplatónicas de los filósofos humanistas Marsilio Ficino, Angel Politien y Pico della Mirandola.
Entre sus quince y sus diecisiete años, Miguel Ángel realiza sus primeros relieves esculpidos: la Virgen de la escalera y la Batalla de los centauros (1490-1492). En 1494, la muerte de Lorenzo de Médici y la llegada del ejército francés de Carlos VIII (1470-1498) en Florencia le instan a abandonar la ciudad. Tras hacer escala en Venecia, reside durante un año en Bolonia, donde realiza sus estatuas para la tumba de santo Domingo.
LAS GUERRAS ITALIANAS
A finales del siglo XV, Francia participa en una serie de conflictos contra varios estados italianos para intentar recuperar territorios que considera que le pertenecen, sobre todo el reino de Nápoles. En 1494, cuando Carlos VIII y sus tropas penetran en Florencia, el pueblo se rebela contra los Médici: los florentinos acusan a Pedro II de Médici (1472-1503) de haber cedido a las exigencias del rey francés. Los Médici son expulsados de la ciudad y se proclama la república, que durará hasta 1512, fecha en que los Médici vuelven a Florencia. En lo que a las guerras italianas se refiere, terminarán en 1559 con el tratado de Cateau-Cambrésis, en el que Francia renunciará a Italia.
LA HORA DE LAS GRANDES OBRAS
Cuando Miguel Ángel llega a Roma en junio de 1469, ya es considerado —a pesar de su juventud— uno de los mayores escultores de su época, admirado por su habilidad técnica y por sus conocimientos sobre proporción y anatomía. En esta época realiza la célebre Piedad de la Basílica de San Pedro de Roma (1498-1499).
En 1501, tras haber pasado cinco años en Roma, el artista vuelve a Florencia, donde se le encargan varias esculturas, siendo dos de ellas bajorrelieves ejecutados para comanditarios privados: el Tondo Taddei (1504-1505) y el Tondo Pitti (1504-1508). Además, Miguel Ángel realiza para la familia Doni un cuadro que representa a una Virgen con Niño, La sagrada familia (Tondo Doni) (1506-1508), y se le confía la realización del fresco de la batalla de Cascina para la Sala del Consejo del Palazzo Vecchio, un proyecto que enseguida abandona. Pero la gran obra de este periodo florentino es la escultura más conocida del artista a día de hoy: el David (1501-1504).
En 1505, a petición del papa Julio II (1443-1513), Miguel Ángel, de vuelta a Roma, comienza un colosal proyecto: la tumba de Julio II. Se trata de un monumento funerario majestuoso a imagen de los mausoleos antiguos, destinado a ser colocado en el corazón de la Basílica de San Pedro. El artista pasa ocho meses en las canteras de Carrara para elegir los mejores bloques de mármol, pero a su vuelta el papa ya ha pasado a otra obra: la construcción de la Basílica de San Pedro, que se le confía al arquitecto Bramante. Molesto por el desinterés que el soberano pontífice muestra sobre su proyecto, Miguel Ángel vuelve enseguida a Florencia, haciendo un alto en la obra de la tumba. Trabajará en este proyecto de forma intermitente durante toda su carrera, pero muere sin haberlo finalizado, siendo este así el drama de su vida, hasta el punto de que su biógrafo, Condivi, habla de la «tragedia de la sepultura» (Condivi 2007, 13).
En 1508, Julio II llama a Miguel Ángel para que acuda a Roma y pinte los frescos de la cúpula de la Capilla Sixtina. Durante cuatro largos años, el artista trabaja día y noche para culminar esta titánica empresa, suspendido a varios metros del suelo en un andamio. Esta incómoda postura y la rapidez de ejecución que impone la técnica del fresco le agotan. Miguel Ángel incluso se burla de sí mismo en un dibujo —que se encuentra en Florencia, en la Casa Buonarroti— en el que se representa de pie, con el cuerpo arqueado hacia arriba y la pintura goteándole en la cara.
En 1520, el sucesor de Julio II, el papa León X (1475-1521), hijo de Lorenzo el Magnífico, envía a Miguel Ángel a Florencia para culminar varias obras en la Basílica de San Lorenzo: la fachada (que nunca se llegó a realizar), las tumbas de la nueva sacristía y la Biblioteca Laurenciana adyacente al edificio (dos obras inacabadas). Miguel Ángel trabaja en ellas de manera intermitente hasta 1534.
A la muerte de León X en 1521, el nuevo papa, Clemente VII (1478-1534), le pide al artista una biblioteca destinada a acoger las obras de la colección de Lorenzo el Magnífico. Miguel Ángel comienza enseguida a realizar el vestíbulo y su imponente escalera tripartita antes de abandonar de nuevo la obra. Será Bartolomeo Ammannati (1511-1592) el que termine unos años más tarde el ambicioso conjunto arquitectónico. A continuación, Miguel Ángel sigue alternando sus estancias florentinas y romanas continuando con las distintas obras comenzadas. Los años 1530 están marcados por su amistad con el artista Tommaso Cavalieri (1509-1587) y la mujer de letras Vittoria Colonna (1490-1547).