Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Sánchez de Friedemann, Nina, 1935-1998, autor
Herederos del jaguar y la anaconda / Nina S. de Friedemann y Jaime Arocha ; presentación, Carlos Guillermo Páramo Bonilla. – Bogotá : Ministerio de Cultura : Biblioteca Nacional de Colombia, 2016.
1 recurso en línea : archivo de texto Epub (6,3 MB). – (Biblioteca Básica de Cultura Colombiana. Antropología / Biblioteca Nacional de Colombia)
Incluye glosario e índice onomástico. -- Referencias bibliográficas al final de cada ensayo.
ISBN 978-958-8959-53-5 (e-Book)
1. Etnología – Historia – Colombia 2. Antropología – Historia - Colombia 3. Culturas indígenas - Colombia 4. Indígenas de Colombia - Vida social y costumbres 5. Libro digital I. Páramo Bonilla, Carlos Guillermo, autor de introducción II. Título III. Serie
CDD: 305.8009861 ed. 23 | CO-BoBN– a994091 |
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ISBN: 978-958-8959-53-5
Bogotá D. C., diciembre de 2016
© Jaime Arocha Rodríguez
© 1989, Carlos Valencia Editores
© De esta edición: 2016, Ministerio de Cultura –
Biblioteca Nacional de Colombia
© Presentación: Carlos Guillermo Páramo Bonilla
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ÍNDICE
N INA S. DE F RIEDEMANN , nacida en Bogotá, cursó estudios en el Instituto Colombiano de Antropología, en el Hunter College y en la Universidad de California. Ejerció la docencia en la Universidad Nacional de Colombia y, en calidad de profesora visitante, en la Universidad Estatal de Georgia y en la Universidad de Alabama. Participó en numerosas investigaciones sobre grupos negros y relaciones interétnicas. Entre sus últimas publicaciones se destacan «Troncos among black miners in Colombia» en Miners and mining in the Americas (Manchester University Press, 1985); Carnaval en Barranquilla (La Rosa, 1985); Lengua y Sociedad en el Palenque de San Basilio, en colaboración con Carlos Patiño (Instituto Caro y Cuervo, 1983); Ma Ngombe: guerreros y ganaderos en Palenque, en colaboración con Richard Cross (Carlos Valencia Editores, 1979). Dirigió películas de temas antropológicos. Fue miembro fundador de la Sociedad Antropológica de Colombia y de la Unión Nacional de Escritores; fue asociada permanente de investigación del cambio social de la Universidad de Emory, y miembro de la Asociación Antropológica Americana y de la Sociedad para la Antropología de la Comunicación Visual. Falleció en 1998.
J AIME A ROCHA se doctoró en Antropología en la Universidad de Columbia de Nueva York. Es profesor del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional; miembro de la junta directiva de la Corporación para el Fomento de las Ciencias Sociales en Colombia y del Comité Nacional del 45 Congreso Internacional de Americanistas. Ha publicado Clima, hábitat, proteínas, guerras y sociedades colombianas del siglo XVI (1976); La violencia en el Quindío (1979); Clientelismo, gasteo y violencia rural (1980); Caracterización sociocultural de Colombia rural (1985); en colaboración con Nina S. de Friedemann preparó la Bibliografía anotada y directorio de antropólogos colombianos (1979) y Un siglo de investigación social: antropología en Colombia (1984). Ganó el segundo premio en el I Festival de Cine en Super-8mm con el cortometraje Fiesta campesina quindiana.
E STE ES UN LIBRO MUY DE SU tiempo. Todo libro es de su tiempo, claro está, pero algunos libros encapsulan mejor, o de manera más inmediata, el espíritu de la época que los escribe, y este es uno de ellos.
En 1982, año de su primera edición —suntuosa, a gran formato, con buenas fotografías—, mientras se echaba a andar una nueva campaña electoral que llevaría a la presidencia a Belisario Betancur, mientras tímidamente se empezaba a hablar de que el poder del narcotráfico se había tomado la economía y la política con sus «dineros calientes»; mientras se cocinaba a fuego lento la idea de un decisivo proceso de paz con las guerrillas en pie de lucha y se hablaba de la reciente emergencia del primer grupo paramilitar de derecha en el Magdalena Medio, Nina S. de Friedemann y Jaime Arocha, con 47 y 37 años respectivamente, producían este texto con visos de urgencia. El afán lo expresaba muy bien Orlando Fals Borda en el prólogo: «¿Se terminan los indios? A esta pregunta, que se vienen planteando desde hace casi quinientos años personas interesadas en que así ocurra, los autores de la presente obra contestan con un rotundo ¡no! Ni los indios, ni lo indio».
No era una pregunta forzada o gratuita esa a la que aludía Fals Borda. El fin de la Colombia indígena era entonces una sombría posibilidad, no porque los pueblos indios por fin empezaran a dar visos de someterse resignados a la voluntad del mundo blanco —a su política, a su régimen de tierras, a sus unívocos principios utilitarios, que llamaban “mejora” a todo usufructo del territorio indígena o la tumba indiscriminada de monte— sino todo lo contrario, porque entonces el movimiento indígena sonaba con todo, se organizaba, se movilizaba e incluso en algunos lugares se armaba. La réplica oficial y paraestatal se hacía sentir con una represión violenta a rajatabla, encarcelando a los dirigentes, masacrando y desplazando a enclaves enteros, propiciando el asesinato selectivo de quienes juzgaba como sus más peligrosos adalides. La Colombia terrateniente, que era esencialmente la Colombia de los tres poderes, también se hacía sentir en consecuencia, tanto como para hacer posible preguntarse si, a la vuelta de un par de décadas, todavía iban a quedar indios. Que la respuesta era un sí rotundo, lo sustentaba Herederos del jaguar y la anaconda.
El objetivo fundamental de este texto era claro: mostrar que los pueblos indígenas en Colombia no iban a desaparecer porque, aparte de su extraordinaria diversidad, demostraban ser maestros de la adaptación, de saber cambiar para seguir siendo los mismos. Lo cual era tanto como decir algo que entonces no era de común recibo, y era que tenían historia, en el sentido de que no eran los mismos aborígenes precolombinos que habitaban los escaparates del Museo del Oro o los libros de colegio, primitivos congelados en el tiempo, sino que estaban vivos, que tenían conocimientos del todo específicos e importantes, y formas complejas de arte, de filosofía, de tecnología y de manejo del entorno.