Agradecimientos
A todos aquellas y aquellos padres y madres o profesionales de la infancia, investigadores o agentes sobre el terreno que confiaron en mí y me regalaron su tiempo para compartir sus conocimientos y su experiencia.
A todas las mujeres que, a través de lo que escriben, lo que dicen y lo que luchan me alimentan y me inspiran cada día.
A Olivia por su cariño y sus sagaces consejos.
A mis colegas «que saben que el cerebro es más femenino que la celulitis» por sus ánimos y su sororidad.
A mis padres, que me permitieron convertirme en una mujer libre.
A mis amigos por su ayuda y su consideración.
A Alix, que hace de lo cotidiano una aventura apasionante.
Y, especialmente, a Marcial por su confianza inestimable y su valiosísimo apoyo.
Aurélia Blanc es periodista. Ha trabajado en medios como Bondy Blog y Respect Mag, centrándose durante años en temas relacionados con la exclusión y la lucha contra la discriminación. Actualmente trabaja para la revista Causette, investigando sobre los derechos de las mujeres y el feminismo.
Bibliografía seleccionada
Para picotear o explorar, para leer o escuchar, he aquí una selección de libros, películas y podcasts para seguir reflexionando…
- VV.AA., Histoire de la virilité, tomo 3, La virilité en crise? XXe-XXIe siècle, coordinado por Alain Corbin, Jean-Jacques Courtine y Georges Vigarello, Points, Paris, 2015.
- VV.AA., Marianne et le garçon noir, coordinado por Léonora Miano, Fayard/Pauvert, Paris, 2017.
- BEAUVALET-BOUTOUYRIE, Scarlett, BERTHIAUD, Emmanuel, Le Rose et le Bleu, la fabrique du féminin et du masculin, Belin, Paris, 2015.
- DESPENTES, Virginie, Teoría King Kong, Literatura Random House, 2018.
- Dr. KPOTE, Génération Q, La ville brûle, Montreuil, 2018.
- GAZALÉ, Olivia, Le mythe de la virilité: un piège pour les deux sexes, Robert Laffont, Paris, 2017.
- KAUFMAN, Michael, KIMMEL, Michael, The Guy’s Guide to Feminism, Seal Press, Nueva York, 2011.
- LECOQ, Titiou, Libérées! Le combat féministe se gagne devant le panier de linge sale, Fayard, Paris, 2017.
- MATHIEU, Thomas, Les Crocodiles, Le Lombard, Paris, 2014.
Documentales
- BENOLIEL, Adrien (realizador), Le Bruit de nos silences, guion de Éloïse Bouton y D’ de Kabal, 2017, 52 min.
- SIEBEL NEWSOM, Jennifer, The Mask You Live In, Estados Unidos, 2015, 97 min.
Podcasts
- Les Couilles sur la table, un programa de Victoire Tuaillon, producido por Binge Audio.
- Un Podcast à soi (n.º 8): «Un autre homme est possible», un podcast de Charlotte Bienaimé, Arte Radio, mayo de 2018.
CONCLUSIÓN
Los que ven el vaso medio vacío dirán que la igualdad real entre hombres y mujeres aún está muy lejos de alcanzarse. Pero los que ven el vaso medio lleno saben que es posible de verdad. No, nuestros hijos no están condenados a perpetuar la dominación masculina ni a permanecer encerrados en una visión restrictiva y destructiva de la masculinidad. Por más que no tenemos el poder de hacer desaparecer el sexismo con una varita mágica (¡y mira que sería práctico!), podemos darles herramientas para que puedan crecer libres y realizarse liberados del yugo de la virilidad.
Al deconstruir los tópicos, día tras día, podemos limitar la influencia perjudicial de los estereotipos de género, que reducen los horizontes de los niños. Al rechazar los mandatos sexistas, les damos la posibilidad de explorar todo el espectro de la actividad humana, de desarrollar su potencial y, al mismo tiempo, de expresar plenamente su personalidad. Al mantener a distancia el sacrosanto modelo viril, con su exigencia de triunfar y de dominar, podemos impedir que caigan en la trampa de la masculinidad tóxica. Al desmitificar las relaciones entre chicas y chicos, podemos permitirles mantener relaciones más plenas e igualitarias con el sexo contrario. Cuando damos una educación feminista a nuestros hijos, no solo les sensibilizamos a la cuestión del sexismo: les estamos ofreciendo la oportunidad de convertirse en hombres libres. Hombres que viven su masculinidad de una forma plural y serena. Hombres que no temen la diferencia ni la igualdad. Hombres capaces, en resumen, de cambiar el mundo.
Cuestionar la tradicional «fábrica de niños» es un trabajo interminable. Y también, admitámoslo, una batalla diaria. ¿Y cómo iba a ser de otra forma? Lo que está en juego es, nada más y nada menos, una revolución. Una revolución íntima y silenciosa, cierto, pero una revolución, al fin y al cabo. Este cambio de paradigma no es solo deseable: es indispensable. Sin él, no hay igualdad posible. El caso Weinstein y el movimiento #MeToo nos lo recordaron: ¿de qué sirve prevenir a las niñas contra la violencia sexual si, por el otro lado, educamos a los niños para que se conviertan en machos dominantes? ¿Cómo poner fin al reparto desigual de las tareas domésticas si los hombres no se hacen cargo de su parte del trabajo? ¿Cómo imaginar un mundo igualitario si seguimos criando a los niños según un modelo sexista? Hay muchas preguntas y la respuesta es evidente: no lo conseguiremos sin implicar a nuestros hijos. Es decir, a aquellos que el día de mañana tendrán en sus manos el poder de acabar —o no— con la desigualdad y la violencia de género.
La revolución de lo masculino no es una utopía: ya ha empezado. Por todas partes, hay hombres que se cuestionan las normas sexistas, que se niegan a amoldarse al modelo viril y adoptan prácticas (verdaderamente) igualitarias, tanto en el ámbito laboral como en su vida personal. «Creo que estamos asistiendo a una cosa extraordinaria: la transformación de la paternidad. A través de Europa y de Norteamérica, vemos a cada vez más padres jóvenes muy diferentes de su propio padre. No se contentan con echar una mano a su pareja. Quieren estar totalmente implicados en la vida familiar», se regocijaba no hace mucho el intelectual y feminista canadiense Michael Kaufman en una entrevista en Le Monde. Estos padres desempeñan un papel esencial en la batalla por la igualdad. Según el modelo que representen, según la educación que den a sus hijes, serán los primeros en fomentar la eclosión de una nueva generación de niños menos sexistas y más igualitarios que los que les precedieron. Niños que, tal vez, harán suyos los valores feministas. Es, indudablemente, lo mejor que podemos desear para ellos. En interés de las mujeres… y de los hombres.
A mi hijo
Título original: Tu seras un homme -féministe- mon fils!
Aurélia Blanc, 2020
Traducción: Marta Armengol Royo
La editora digital ha intentado, en la medida de lo posible, actualizar los enlaces que fallaban. Pero algunos se han resistido.
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
INTRODUCCIÓN
Este libro nació a partir de una pregunta. La pregunta de una mujer que, antes de convertirse en madre, era una mujer feminista. No sabría decir cuándo surgió esta toma de conciencia. Tal vez cuando tenía doce años y empecé a ser víctima habitual de silbidos, miradas y lindezas como «guarra» por el mero hecho de andar por la calle. O tal vez a los quince, cuando un compañero de clase afirmó con aplomo que las chicas que practicaban el sexo a esa edad no eran más que «putas». O quizás a los diecisiete, cuando un hombre que hubiera podido ser mi padre me tocó el culo en el metro. O a los dieciocho, cuando oía a los chicos tratar de «zorras» precisamente a las chicas que ocupaban sus fantasías. O tal vez a los veinte, cuando un desconocido me ofreció diez euros por mirarlo mientras se masturbaba en plena calle. Sea como fuere, comprendí muy pronto lo que significa ser una mujer.