Los Medios
en la Democracia
Enrique Peña Nieto Presidente
Emeterio Guevara Ramos
Copyright © 2012 por Emeterio Guevara Ramos.
Fotografías de Enrique Peña Nieto
con la autorización del equipo de campaña.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: | 2012913418 |
ISBN: | Tapa Dura | 978-1-4633-3570-0 |
Tapa Blanda | 978-1-4633-3569-4 |
Libro Electrónico | 978-1-4633-3568-7 |
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Índice
CAPÍTULO UNO
LA SUSTENTABILIDAD DEMOCRÁTICA EN MÉXICO
CAPÍTULO DOS
EL CAMINO HACIA LA DEMOCRACIA: EL PASADO
CAPÍTULO TRES
LA REFORMA DEL ESTADO
CAPÍTULO CUATRO
PARTIDOS POLÍTICOS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
CAPÍTULO CINCO
POLÍTICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
CAPÍTULO SEIS
ENRIQUE PEÑA NIETO PRESIDENTE
CAPÍTULO SIETE
LA CONSTRUCCION DEL TRIUNFO DE PEÑA NIETO
CAPÍTULO OCHO
CONCLUSIONES
ANEXO 1
MEXICO´S NEXT CHAPTER
A mi familia por el apoyo y comprensión durante el tiempo de mi ausencia para la elaboración de este libro. Especialmente a Claudia a quien le robé tiempo precioso que debí compartir con ella.
El objetivo de este libro es analizar las características e instituciones de la democracia mexicana, las reformas políticas que permitieron la primera alternancia, el papel de los partido políticos en la conformación de la democracia, los procesos electorales recientes y la estrategia de comunicación que llevó al triunfo de Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales del 2012, en un entorno de transición democrática, configurando la segunda alternancia en la Presidencia de la República.
Adicionalmente analizamos las características del entorno político y sus instituciones para determinar el papel de los medios masivos de comunicación y la responsabilidad de los partidos políticos en los procesos electorales en la alternancia. Desarrollaremos también la vinculación entre los partidos políticos, el Estado, los medios de comunicación y la sociedad civil en la sustentabilidad democrática.
El libro que presentamos es producto de la reflexión de varios proyectos académicos y políticos realizados al amparo de las reuniones de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE), en la cual tuve la fortuna y el privilegio de participar en su nacimiento, es resultado de investigaciones y de ponencias en distintos foros y de otros tantos anhelos y utopías personales. Refleja también una discusión necesaria, iniciada en los eventos SOMEE y en algunos círculos intelectuales, académicos y políticos del país sobre democracia y geografía política. Los ejes que dan unidad a la obra que presentamos son la pluralidad de pensamiento, el análisis crítico y el rigor en su elaboración. El autor comparte la necesidad de reflexionar, criticar propositivamente, antes que celebrar, los resultados de nuestro avance democrático. En las charlas de café con mis amigos me hicieron notar mi falta de crítica a Peña Nieto. Muchos me llamaron peñista, priista y una larga lista de otros adjetivos. La razón es que desde que inicié la investigación de la estrategia de comunicación de Peña Nieto - en noviembre del año 2011 - me propuse no realizar críticas porque tenía la ventaja de contar con información sistematizada, además de mi convencimiento de que quitarle un voto al PRI de Peña Nieto (y argumentos abundantes había como se verá en uno de los capítulos), era transferírselo al PRD de López Obrador; no a Josefina.
Analizamos también el proceso de cambio, ese cambio que ya durante el gobierno de Carlos Salinas, y después el de Ernesto Zedillo, fue impulsado por la globalización con una velocidad que nos rebasaba y, como consecuencia, México se rezagaba con respecto a otros países del mundo. Lo mismo sucedió durante el gobierno de Vicente Fox, periodo presidencial en el cual la velocidad de nuestro cambio fue lenta con el consiguiente retroceso en los indicadores de áreas como eficiencia gubernamental, corrupción, competitividad y crecimiento económico, entre otros. Los éxitos económicos de Brasil, Perú, Venezuela y Colombia, mudos testigos de los avances en América Latina parecen no tener eco en nuestro país. Durante los dos sexenios panistas poco se ha logrado además de la estabilidad macroeconómica. La población económicamente activa (PEA), en 2010, sumó 47.8 millones de personas. De éstas, solo 15 millones encontraron un empleo formal, ello significa que dos de cada tres mexicanos en edad productiva están sumidos en la informalidad con salarios erráticos y bajos, sin seguridad social, entre otras cosas. Lo anterior se relaciona con los altos niveles de pobreza y desigualdad que el país no puede superar.
En ese entorno, la frustración de los jóvenes es justificable pues culpan de su situación de marginación a un sistema político que no produce cambios rápidos. Y ellos tienen prisa. Por ello, pensar en el futuro del sistema político y la democracia en México y realizar un análisis de las elecciones presidenciales de 2012 debe hacerse a la luz de las grandes reformas electorales y políticas de los últimos 20 años, pero también de las reformas que deberán hacerse en el futuro, lo que implica la elaboración de un riguroso análisis crítico retrospectivo que permita hacer un balance de lo logrado en esos años, de los rezagos pendientes a solucionar y de las estrategias y programas para enfrentar los nuevos desafíos. Por ello, explicar el presente de la democracia en México, del sistema político y de los procesos electorales recientes requiere de aprehender y proyectar los hechos del pasado como nuevas utopías, como aquellos sueños que se plantearon los mexicanos y las fuerzas sociales y políticas durante la transición democrática y la alternancia política.
También es necesario entender el rechazo de los estudiantes al PRI, esos jóvenes que en elecciones anteriores habían dado su voto a este partido. Entre 1980 y 2000, el crecimiento económico promedio fue de 2.24 por ciento, en tanto que el incremento demográfico fue de 2.06. Por tanto, el PIB por habitante no creció (INEGI). Entre el 2000 y el 2012 el crecimiento promedio fue de 1.6 por ciento con un crecimiento del PIB per capita estancado. En ese entorno es fácil la manipulación para despertar la furia nacida de una frustración que a su vez se deriva parcialmente de esas condiciones económicos adversas para los que ya han sido llamados “los hijos de la crisis”
Para construir las utopías debemos dejar atrás las presiones sociales y políticas contra un régimen legal, pero para algunos ilegitimo: violencia, inseguridad, más de cincuenta mil muertos, pobreza y desempleo son factores que empujaron a la sociedad para votar por la salida y por la esperanza de un México diferente. Que no la representa el partido de un presidente legalmente electo, pero que con sus acciones no logró los resultados esperados para darle continuidad a su partido para gobernar éste país. El regreso del PRI al poder no era posible pensarlo en el México eufórico del año 2000, el año de la derrota del PRI. Ciertamente, hoy vivimos en un nuevo México.
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