El misterio
OVNI
El misterio
OVNI
Un alto secreto al descubierto:
investigaciones y evidencias
B RUNO C ARDEÑOSA
Colección: Investigación abierta
www.nowtilus.com
Título: El misterio OVNI
Subtítulo: Un alto secreto al descubierto: investigaciones y evidencias
Autor: © Bruno Cardeñosa
© 2006 Ediciones Nowtilus S. L.
Doña Juana I de Castilla 44, 3o C, 28027 Madrid
www.nowtilus.com
Editor: Santos Rodríguez
Coordinador editorial: José Luis Torres Vitolas
Diseño y realización de cubiertas: Rodil&Herraiz
Diseño y realización de interiores: JLTV
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece pena de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.
ISBN 13: 978-84-9763-342-0
Libro electrónico: primera edición
Este libro NO está dedicado a todos aquellos
que desde posturas negativistas, recalcitrantes y anticientíficas,
pretenden soslayar, esquilmar, tergiversar, ocultar y
menospreciar el mayor enigma de nuestro tiempo: la
presencia en nuestros cielos de los Ovnis. En especial, esta
“no dedicatoria” está pensada para aquellos negadores
profesionales adscritos al colectivo
“Alternativa Racional a las Pseudociencias” (ARP).
Y, por supuesto, SÍ está dedicado a todos los
investigadores, periodistas y ufólogos que tratan de resolver
el misterio más apasionante que existe.
Ciencia es creer en la ignorancia de los científicos
Richard Phillips Feynman
Premio Nobel de Física, 1965
Í NDICE
Capítulo 10. El secreto en Estados Unidos:
los ovnis llegan a los tribunales
C on este libro pretendo demostrar dos cosas: que los Ovnis sobrevuelan nuestros cielos con la misma intensidad que antaño, y que hay sobradas evidencias documentales, físicas y testimoniales para demostrar que nos enfrentamos ante un fenómeno absolutamente real.
Hubo un tiempo durante el cual el enigma OVNI mereció la consideración de la opinión pública de forma masiva. Sin embargo, el tratamiento que determinados medios de comunicación han efectuado de este enigma, dando pábulo y cancha a personajes delirantes por un lado, y a escépticos histéricos que niegan todo por sistema por otro, provocó que la sociedad comenzara a desconfiar sobre lo que había detrás de los No Identificados.
Sin embargo, las investigaciones no han cesado y las observaciones OVNI, durante los últimos años, en especial desde finales de los ochenta y durante los noventa, se cuentan por miles. El enigma de los No Identificados retornó a los cielos y también a los medios de comunicación, pero quizá no de la forma más recomendable.
Me daría por satisfecho si con esta obra se lograra reconsiderar la situación. Por ello me he centrado en dos asuntos cruciales: la actualidad OVNI de los últimos años, en especial desde 1988 y hasta finales de los noventa, y las más concluyentes investigaciones. Quienes piensen que ya no se ven Ovnis y que apenas existen pruebas para demostrar su existencia quizá no deberían obviar el trabajo que les presento.
Encontrarán decenas de casos sorprendentes, en los cuales los Ovnis han sido vistos por testigos dignos de todo crédito; episodios que son corroborados por radares y, en ocasiones, por miles de personas; avistamientos tras los cuales quedaron huellas de la presencia de los No Identificados, e incluso sucesos en los cuales los testigos sufrieron en sus propias carnes los efectos de estos misteriosos artefactos.
La “invasión OVNI” es silenciosa y esquiva, pero no –en absoluto– agresiva. Se trata de una “invasión” cuyo objetivo parece ser quebrar las conciencias e invitarnos a pensar que ni conocemos todo, ni sabemos si estamos solos en el Universo. No sé si los Ovnis son extraterrestres, o si sus tripulantes pertenecen a una esfera de vida inteligente que ni siquiera imaginamos, pero la posibilidad de que así sea exige continuar con las investigaciones.
En ello estamos.
4 de junio de 1947. 15.00 horas. Monte Rainer, estado de Washington (Estados Unidos).
A esa hora, ese día, y allí, iba a comenzar la historia moderna de la ufología…
Kenneth Arnold, un joven aficionado a volar en su avioneta privada, era un hombre de negocios próspero y acomodado. Pero el motivo de aquel vuelo no era ni mucho menos ocioso: buscaba los restos de un avión presuntamente estrellado días atrás con 32 militares a bordo.
A la hora del suceso el cielo presentaba un aspecto limpio y radiante. Tanto que el reflejo de aquellos artefactos fue un auténtico relámpago para sus ojos…
Reaccionó pronto al “fogonazo”, giró la vista y observó nueve objetos volando en formación. Parecían alas delta, con la parte delantera redondeada y sin cola. Estaba seguro de que aquellas aeronaves que efectuaban maniobras deslumbrantes no correspondían a nada conocido.
Horas después, preguntado por los periodistas, describió el movimiento de los nueve objetos como “platillos rebotando sobre el agua”. En contra de lo que comúnmente se ha dicho siempre, cuando Kenneth Arnold realizó esta descripción se refería al modo de desplazamiento de los objetos; no aludía en absoluto a su forma. Sin embargo, debido a la alquimia interpretativa de alguno de los primeros periodistas que dieron a conocer la sorprendente noticia, el término “platillo volante”, relativo al aspecto de los artefactos avistados, se hizo inmensamente popular.
Y, en cuestión de horas, todo el planeta hablaba ya de los “platillos volantes”…
A la izquierda, Kenneth Arnold explica su avistamiento. Horas antes había visto 9 "platillos volantes" sobre el monte Rainer en Washington (EE.UU.). Con él comenzó la historia moderna de la ufología.
L A PRIMERA OLEADA
Cuando Arnold quiso explicar que los objetos volantes que vio no eran así, ya era demasiado tarde. El mito, la leyenda y la fiebre OVNI ya se habían extendido por todo el mundo.
Desde entonces, los avistamientos se sucedieron uno tras otro sin solución de continuidad.
Los “platillos volantes” han sido la forma clásica de los OVNIs desde 1947. Sin embargo, Arnold no los describió como tal. Se refería, únicamente, al movimiento de las "alas volantes" que dijo ver: “Revoloteaban como platillos sobre el mar”.
En el mismo estado de Washington (no confundir con la ciudad que es capital de los Estados Unidos) los Ovnis ya se habían dejado ver tres días antes frente a la costa de Tacoma, sobre la Isla Maury. Un guarda costero, Harold A. Dahl, junto a su hijo y dos marineros, observó seis objetos enormes a una altura que según sus cálculos debía de ser de unos 600 metros. Eran similares a “rosquillas” rodeadas de ventanas. Uno de los objetos estaba en el centro y los otros cinco parecían flanquearlo.