Para Tito y Jenny, que me echaron a andar;
para Cathy, que me mantuvo en marcha,
y para Calum y Finlay, que pueden
hacerse cargo a partir de aquí
Primera edición, 2018
Primera edición en inglés, 2016
How Change Happens was originally published in English in 2016. This translation is published by arrangement with Oxford University Press. Grano de Sal is solely responsible for this translation from the original work and Oxford University Press shall have no liability for any errors, omissions or inaccuracies or ambiguities in such translation or for any losses caused by reliance thereon.
Traducción: Miguel Nadal Palazón
Diseño de portada: León Muñoz Santini
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ISBN 978-607-98059-0-6
Impreso en México • Printed in Mexico
El primer día de diciembre de 1955, Rosa Parks —una mujer afroamericana de 42 años— viajaba en un autobús del transporte público de la ciudad de Montgomery, en el estado de Alabama. El conductor le exigió ceder su asiento a un pasajero de piel blanca, a lo que Rosa se rehusó; el conductor llamó a la policía y la señora Parks fue arrestada. Días después comenzó un boicot que duraría más de un año: la comunidad afroamericana de Montgomery dejó de utilizar los autobuses del transporte público tratando de llamar la atención sobre la terrible segregación que existía en el sur de Estados Unidos. Martin Luther King, por entonces un joven pastor baptista local, declaró el día en que se inició ese boicot: “Estamos cansados: cansados de ser segregados y humillados, cansados de ser golpeados por los pies brutales de la opresión.”
El acto de desobediencia civil de Rosa Parks es considerado como uno de los momentos clave en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, pero también en el resto del mundo. Nueve años después se promulgaría en ese país la Ley de los Derechos Civiles, de 1964. Una cascada de hechos con cada vez mayores consecuencias siguió a la negativa de Rosa de moverse a la parte trasera del autobús. Curiosamente, la señora Parks no fue la primera persona que utilizó este tipo de resistencia. Durante algunos años anteriores a 1955, varios activistas hicieron lo mismo en Virginia, en Carolina del Norte y en el mismo Montgomery. Surgen entonces las preguntas: ¿por qué la acción de Rosa Parks fue la que más efecto tuvo en el movimiento por los derechos civiles?, ¿fue una combinación de su personalidad, de la oportunidad política y de los tiempos que corrían?, ¿fue una leyenda necesaria para motivar a los jóvenes activistas que arriesgaban su seguridad y muchas veces su vida para lograr que se les reconocieran todos sus derechos políticos y civiles?
El cambio social —en especial la búsqueda de mayor justicia social y mayor igualdad— es una de las grandes constantes en la historia de la humanidad. No obstante, sabemos muy poco sobre cómo ocurre, qué lo determina y cómo se desarrolla. Se han escrito cientos de estudios teóricos sobre casos específicos o con análisis comparativos, pero aún nos sorprende que un acto de desesperación, como el que llevó al joven vendedor de frutas tunecino Mohamed Bouazizi a inmolarse en el verano de 2010, pueda desencadenar cambios de régimen en seis países —la Primavera Árabe— con consecuencias inimaginables, algunas positivas, como el proceso de democratización y paz en Túnez, y otras terriblemente negativas, como la larguísima y muy compleja guerra en Siria.
El libro de Duncan Green Cómo ocurren los cambios nos revela varias pistas: entre las más importantes, creo yo, es que para identificar los grandes cambios sociales (y promoverlos entre las personas de espíritu más activista) es necesario dejar de pensar en causas y consecuencias en un continuo claro, lineal y sin incertidumbre. Lo que Duncan llama el “pensamiento sistémico” no nos dará muchas herramientas para predecir, pero sí para tratar de identificar todos los elementos y los actores que puedan jugar un rol en la situación específica donde pueda ocurrir el cambio. La aportación de Duncan va ligada al desafío que hacen varios académicos, como Lant Pritchett y Matt Andrews, a las soluciones aparentemente fáciles y que intentan ser exportadas de un contexto a otro como si fueran recetas de cocina, sin tomar en cuenta los actores y las relaciones de poder específicas de ese momento, la historia y la cultura, una variante de lo que los filósofos alemanes del siglo XIX denominaron Zeitgeist o “espíritu del momento”.
La actualidad nos ofrece oportunidades de sobra para utilizar las herramientas de este libro. En el primer cuarto del siglo XXI se han presentado cambios políticos muy profundos, de cuyas consecuencias más profundas aún no tenemos clara conciencia: la crisis financiera global de 2008, el auge de los movimientos populistas de derecha y la aparente desaparición de los partidos clásicos de centroizquierda en diversos países, la elección de Donald Trump en Estados Unidos, la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Estos cambios se traslapan con tendencias de más largo plazo y de aliento más consistente, como la lucha por la igualdad de género, la liberalización del uso de drogas y la búsqueda de derechos igualitarios para comunidades homosexuales. Si a esto le sumamos el rápido cambio tecnológico y las consecuencias que ya vemos en los mercados laborales, tenemos un coctel muy complejo que nos obliga a repensar cómo queremos organizar las sociedades en lo que resta de este siglo y cómo vamos a utilizar nuestra capacidad de acción para asegurar que estos cambios sociales impliquen una mayor inclusión de los grupos históricamente marginados, así como la protección de los derechos ya reconocidos y de los que aún están por serlo.
Latinoamérica es un caso especial. Las distintas elecciones que han ocurrido u ocurrirán en la región a finales de la segunda década de nuestro siglo reflejan de distintas formas los desafíos regionales ante las altas tasas de delitos, la apabullante desigualdad, la violencia contra las mujeres, el imperio de la corrupción y la impunidad, además de los cambios globales descritos arriba. El desencanto de las sociedades latinoamericanas con la joven democracia es un síntoma de sistemas que, a pesar de tener características democráticas, no reflejan los intereses de la mayoría. Y aunque el statu quo es insostenible, todavía no están claras las respuestas a preguntas de gran importancia: ¿cuál es el cambio que queremos?, ¿cómo vamos a lograrlo?
La lucha por la justicia social es, para bien o para mal, un recorrido sin fin. Sólo con mejor entendimiento de qué nos lleva al cambio positivo podremos evitar que continúen los abusos y las injusticias, la marginación y el olvido de los grupos en desventaja, el uso del Estado para el beneficio de unos cuantos. Este libro es un instrumento esencial para que ocurra ese cambio positivo que tanto deseamos.
R ICARDO F UENTES - N IEVA
Oxfam México
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”, dijo Karl Marx en uno de sus pasajes más célebres, que terminó siendo uno de sus dos epitafios (el otro es “Proletarios del mundo, uníos”). Ciertamente, Marx estaba en lo correcto al sostener que la teoría social no trata únicamente de entender el statu quo, sino de ofrecer alternativas para mejorar la situación; se equivocaba, sin embargo, al asumir que nadie antes que él había pensado de esta forma.
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