El Alquimista cuenta la historia de Santiago, un joven pastor andaluz que abandona su España natal y sus ovejas para partir en busca de un tesoro que piensa que está oculto a los pies de las pirámides de Egipto. El viaje del joven se ve puntuado por numerosos encuentros y por experiencias que le llevarán a su tesoro, pero sobre todo por el descubrimiento de su propia identidad.
El Alquimista , una novela filosófica inspirada en un cuento de Jorge Luis Borges (escritor argentino, 1899-1986), recuerda que cada uno es libre de cumplir sus sueños y de estar en armonía con sus deseos. Publicado en un centenar de países y traducido a una cincuentena de idiomas, es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos.
RESUMEN
Una noche, un joven pastor llamado Santiago sueña que un niño le guía hasta las pirámides de Egipto y le dice: «Si vienes hasta aquí, encontrarás un tesoro escondido». Pero Santiago se despierta antes de conocer el emplazamiento exacto. En cualquier caso, este sueño le hará tomar la decisión de embarcarse en un largo viaje que le lleve de Andalucía a Gizeh.
El relato se abre con el personaje del Alquimista, que descubre una antología de Oscar Wilde (escritor irlandés, 1854-1900) en la que lee un texto inspirado en la leyenda de Narciso, pero cuyo fin ha sido cambiado: el lago llora la muerte del joven, en cuyos ojos disfrutaba contemplando su reflejo.
¿Sabías que…?
En la mitología griega, Narciso ve su propio reflejo en un lago y se enamora de sí mismo. Se obsesiona tanto con su propia imagen que acaba enloqueciendo y muriendo ahogado.
Santiago, un joven pastor con sed de descubrimientos, se detiene en una vieja iglesia para pasar la noche. Se alegra ante la idea de conocer próximamente a una joven que le había cautivado el año anterior. El encuentro y la decisión de Santiago de ser pastor para descubrir el mundo y tomar así las riendas de su destino se cuenta a través de dos flashbacks .
En Tarifa (España), una adivina acepta interpretar su sueño, pero le reclama una décima parte del tesoro. La anciana afirma que se trata de un sueño muy complicado, ya que forma parte del Lenguaje del Mundo. Santiago, decepcionado por lo absurdo de la predicción, se marcha.
Tras este encuentro, un anciano llamado Melquisedec, que asegura ser el rey de Salem, le aborda y le afirma que le indicará cómo conseguir el tesoro escondido a cambio de la décima parte de su rebaño. Según él, este tesoro constituye la Leyenda Personal del pastor, la misión que debe cumplir en la Tierra. Gracias a Melquisedec, Santiago decide comenzar su búsqueda. Los dos hombres se vuelven a ver a la mañana siguiente, y el rey aconseja a Santiago que esté atento a las señales y que tome las decisiones solo a partir de ese momento. Para ayudarle, le regala dos piedras de adivinación: Urim y Tumim.
Entonces, Santiago vende su rebaño y se va a África, a Tánger (Marruecos). No entiende ni la lengua árabe ni las «cosas infieles» (Coelho 2009, primera parte) locales. Es ingenuo y le roban el dinero. Al principio se siente desolado, pero las piedras Urim y Tumim le devuelven la esperanza y decide escuchar las señales y seguir adelante con su viaje.
A la mañana siguiente se encuentra con un vendedor de cristales y limpia su mercancía a cambio de comida. Al final, este le propone que trabaje para él para obtener el dinero que necesita para reanudar su periplo. Como está decidido a hacer lo que sea necesario para hacer cumplir su Leyenda Personal, Santiago acepta quedarse el tiempo que haga falta.
El joven intenta le propone al mercader cambios para mejorar su trabajo, pero este último se muestra reticente a las innovaciones: no entiende la necesidad de cambio. Le pregunta a Santiago las razones que le empujan a querer llegar a las pirámides cuando podría construir una en su jardín, a lo que el joven responde: «Usted nunca soñó con viajar».
Entonces, el mercader le explica las cinco obligaciones del islam, entre las que se encuentra la peregrinación a La Meca (Arabia Saudí). Dice que prefiere soñar con este viaje en lugar de hacerlo, porque tiene miedo de que, una vez hecho, ya no tenga razón de vivir.
Casi un año después de su llegada, Santiago anuncia su partida al mercader. Reemprende su marcha y se encuentra por el camino con un inglés que busca un alquimista. Los dos van en la misma caravana en dirección a al-Fayum (Egipto). El inglés le presta a Santiago sus libros de alquimia, pero este no entiende nada salvo que todos comparten una misma idea: «Todas las cosas eran manifestaciones de una sola cosa».
Santiago discute también con un camellero. Este le cuenta que amenaza con estallar una guerra entre clanes, pero que no teme nada porque él vive únicamente en el presente: «No vivo ni en mi pasado ni en mi futuro. Solo tengo el presente, y es lo único que me interesa», una idea que influirá en gran medida en el comportamiento futuro de Santiago.
La caravana llega al oasis donde se aloja el Alquimista. Mientras lo busca, Santiago conoce a Fátima, de la que se enamora y por culpa de la que siente la tentación de abandonar su periplo. Más tarde, al observar el vuelo de unos gavilanes, el pastor tiene la visión de una batalla cercana y se la comunica al jefe de la tribu. Su visión es exacta, por lo que es nombrado consejero.
Al día siguiente, al final del combate, Santiago va a ver al Alquimista. Este le recuerda que debe cumplir con su Leyenda Personal para que todo lo que ha vivido hasta entonces tenga sentido. Ante las dudas del pastor, el Alquimista le cuenta lo que será de su vida si renuncia y, esa misma noche, Santiago le anuncia a Fátima su partida. Esta no le retiene y decide esperarle.
Cuando caminan a través del desierto, el Alquimista le enseña a Santiago a escuchar a su corazón. Le enseña el Lenguaje del Mundo y le anima a seguir cada señal. Por el camino se enfrentan a soldados que los toman por espías, pero el compañero de Santiago lo presenta como un alquimista capaz de transformarse en viento. Entonces, los soldados quieren ver el milagro, pero para que este se realice son necesarios tres días de preparación.